Lovisa “Kiki” Sjoberg, una mujer de 48 años y fotógrafa aficionada, desapareció durante una caminata en el Parque Nacional Kosciuszko, en el suroeste de Australia, lo que dio inicio a una intensa búsqueda de casi dos semanas.
La alarma se encendió el lunes 21 de octubre, cuando la compañía de alquiler de autos notificó a la policía que el vehículo que Sjoberg había rentado no había sido devuelto en el plazo acordado y que ella no respondía. Además, la última vez que se la había visto manejando fue el 15 de octubre.
Tras rastrear el auto, los agentes lo encontraron en un área remota de Kiandra, un antiguo pueblo minero dentro del parque, sin ninguna señal de su conductora, informaron CNN y The Guardian. Esto disparó la preocupación de las autoridades y llevó al despliegue de un operativo de búsqueda.
La operación de rescate contó con la colaboración de varias agencias, que recorrieron el terreno hostil y de difícil acceso tanto a pie como en vehículos todoterreno, motos de trial, helicópteros y caballos. También se sumaron vecinos de la zona que, conocedores del paisaje, prestaron su ayuda.
A lo largo de seis días, los equipos cubrieron una extensa área del parque nacional. Revisaron senderos, cabañas y posibles rutas de excursionistas. El esfuerzo fue descrito como “buscar una aguja en un pajar” por el equipo de búsqueda y rescate en el bosque (BSAR), debido a la densa vegetación y lo implacable del terreno montañoso, según The Guardian.
Fue finalmente el domingo 27 de octubre cuando un oficial del Servicio de Parques Nacionales y Vida Silvestre de Nueva Gales del Sur avistó a Sjoberg en el sendero Nungar Creek. Toby Lindsay, superintendente de la policía de Nueva Gales del Sur, aseguró según CNN: “Tiene mucha suerte de estar viva y ha pasado por un momento muy difícil”.
Para entonces, Sjoberg estaba visiblemente afectada por las duras condiciones a las que había sido expuesta, según ABS News Australia. La mujer, quien permaneció perdida por casi dos semanas, presentaba signos de deshidratación severa y estaba herida: había sufrido un esguince de tobillo, lo cual dificultó su movilidad, y relató que fue mordida por una serpiente venenosa aproximadamente cuatro días antes de su rescate.
Las serpientes cabeza de cobre de la región son conocidas por sus mordeduras potencialmente letales si no se recibe tratamiento médico. Durante el tiempo que estuvo perdida, Sjoberg enfrentó temperaturas nocturnas que descendieron hasta el punto de congelación, y su estado físico evidenciaba la severidad de la situación que atravesó en un entorno donde el acceso al agua y la protección frente al frío eran extremadamente limitados.
Tras ser encontrada, según el medio australiano The Sydney Morning Herald, fue atendida por los paramédicos en el lugar y trasladada al hospital de Cooma, donde se recupera de las heridas y de los efectos de su prolongada exposición en la naturaleza.
Activismo y su dedicación a la fotografía
La intensa conexión de Sjoberg con el Parque Nacional Kosciuszko no era casual: en los últimos años, esta fotógrafa se había dedicado a capturar imágenes de los caballos salvajes de la región, conocidos como brumbies, y a participar activamente en su defensa.
Su amor por estos animales y el entorno natural de las Montañas Snowy la llevaba frecuentemente a adentrarse en zonas remotas del parque para fotografiarlos, según ABC News Australia. Todo para crear un extenso registro visual de estos caballos salvajes y sus desplazamientos por el paisaje alpino.
Su actividad como fotógrafa y defensora de los brumbies era conocida entre la comunidad local y en grupos de activismo, quienes la reconocían como una voz apasionada en favor de la preservación de estos animales. Muchas de las personas que la apreciaban por su activismo ayudaron en su búsqueda.