En los próximos días, el fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón, tomará una decisión crucial en el caso de Erik y Lyle Menéndez, quienes cumplen cadena perpetua sin libertad condicional tras ser condenados por el asesinato de sus padres en 1989. Gascón está evaluando si recomendar una nueva sentencia para los hermanos, casi 35 años después de su encarcelamiento, en un proceso que ha reavivado el debate sobre el impacto del abuso familiar y la rehabilitación.
Durante una entrevista con People el lunes 21 de octubre, Gascón afirmó que se basará en la información de las unidades de habeas corpus y de nueva sentencia de su oficina para tomar una decisión. “No solo escucharé la sesión informativa, sino también las recomendaciones de ambos equipos”, explicó. “Eso también influye, porque no son simplemente presentadores agnósticos. Presentarán lo que creen que debería ser el resultado”, añadió el fiscal, subrayando la importancia de evaluar todas las perspectivas en este caso tan mediático.
¿Un peligro para la sociedad?
Uno de los puntos claves en la discusión sobre una posible nueva sentencia es la evaluación de la peligrosidad de los hermanos Menéndez. Para Gascón, los hermanos no representan una amenaza para la sociedad, una opinión que ha sustentado a lo largo del proceso de revisión del caso. “Basándome en todo lo que sé, no creo que lo sean”, dijo Gascón a PEOPLE. “Francamente, probablemente no lo hayan sido durante mucho tiempo, si es que alguna vez lo fueron. No creo que anduvieran por ahí matando gente o robando a la gente en la calle”.
A pesar de la postura de Gascón sobre los hermanos, las opiniones dentro de su propia oficina están divididas. El tema del supuesto abuso sexual que José Menéndez habría ejercido sobre sus hijos antes de los asesinatos es una fuente de discordia. “Hay algunas personas en mi oficina que creen que no hay evidencia de abuso sexual. No estoy de acuerdo con eso, pero esa es ciertamente la posición que han adoptado algunas personas”, mencionó Gascón. Sin embargo, él sí cree en la veracidad de las acusaciones, argumentando que la existencia de pruebas de abuso y el largo tiempo que los hermanos han pasado en prisión son factores que deben considerarse.
Nueva evidencia en el caso
La posibilidad de una nueva sentencia para los hermanos Menéndez se ha intensificado tras la presentación de una petición de habeas corpus en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles en mayo de 2023, la que cita nueva evidencia que podría cambiar el rumbo del caso. Entre esta nueva información, se incluyen las declaraciones de Roy Rosselló, exintegrante del grupo Menudo, quien acusó a José Menéndez de abuso sexual en la década de 1980. Además, se ha descubierto una carta que Erik Menéndez escribió a su primo, Andy Cano, meses antes de los asesinatos, en la que describe los presuntos abusos sexuales sufridos a manos de su padre.
Gascón ya había abordado esta nueva evidencia en una conferencia de prensa el pasado 3 de octubre, en la que dijo que su oficina estaba “manteniendo una mente abierta” sobre la solicitud de liberación de los hermanos Menéndez. Según el fiscal, las pruebas presentadas deben analizarse con detalle para determinar si habrían influido en el juicio original. “Tenemos la obligación moral y ética de revisar lo que se nos está presentando”, afirmó Gascón, reconociendo también que los hermanos “eran claramente los asesinos”.
¿Rehabilitación tras casi 35 años?
Otro aspecto que influye en la decisión del fiscal es la posible rehabilitación de los hermanos Menéndez. Después de pasar casi 35 años en prisión, Gascón ha señalado que la rehabilitación es un factor que debe ser considerado. “Treinta y cinco años es mucho tiempo para estar en prisión. Y especialmente cuando se analizan las circunstancias detrás de este caso, simplemente me parece que en algún momento tiene que haber un lugar para la redención y la rehabilitación”, expresó Gascón en la entrevista con People. Sin embargo, destacó que, a pesar de sus opiniones personales, su decisión final dependerá más de una evaluación legal que de si cree o no que los hermanos deben seguir en prisión.
El caso ha cobrado mayor relevancia pública debido al apoyo familiar que los hermanos Menéndez han recibido en los últimos meses. La semana pasada, algunos miembros de la familia realizaron una conferencia de prensa frente al Centro de Justicia Penal Clara Shortridge Foltz en Los Ángeles, pidiendo la liberación de Erik y Lyle. Durante la conferencia, varios familiares mencionaron los abusos sexuales que los hermanos alegan haber sufrido a manos de su padre. Karen VanderMolen, sobrina de Kitty Menéndez, fue una de las voces que se alzó en apoyo de los hermanos: “Desde el principio, creí que Lyle y Erik fueron víctimas del abuso de su padre”. “El abuso de su padre destrozó sus vidas, y el hecho de que el tribunal no reconociera su trauma solo agravó esa tragedia”, agregó.