El emotivo adiós a un meteorólogo desde el ojo del huracán Milton

En un acto cargado de simbolismo, las cenizas de Peter Dodge fueron dispersas en el vórtice de la tormenta. El experto en huracanes fue despedido inmerso en los fenómenos que tanto amaba estudiar

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Peter Dodge, pionero en la meteorología de huracanes, voló en casi 400 tormentas durante su carrera (NOAA vía AP)

El 8 de octubre de 2024, un equipo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) rindió un homenaje inusual pero profundamente significativo a Peter Dodge, un reconocido meteorólogo que dedicó su vida a la investigación de huracanes y que falleció el año pasado a los 73 años. Sus cenizas fueron liberadas en el ojo del huracán Milton, cumpliendo con un deseo que simbolizaba el profundo vínculo entre su trabajo y la naturaleza impredecible de estos fenómenos. Durante más de cuatro décadas, Dodge había desafiado los peligros de volar en el corazón de los huracanes, y su último vuelo marcó el cierre de una carrera excepcional.

Un tributo planeado con precisión

La liberación de las cenizas de Dodge no fue un simple gesto simbólico; su familia y compañeros de la NOAA planificaron cuidadosamente el evento, asegurándose de que ocurriera en el momento perfecto dentro de la tormenta. Su hermana Shelley Dodge expresó lo conmovedor que fue ver cómo el legado de Peter se conectaba con el huracán. El paquete con sus cenizas, envuelto en una bandera de Nepal, lugar donde había sido voluntario antes de convertirse en meteorólogo, fue soltado desde el avión en lo más profundo del ojo de la tormenta. Así, Dodge se despidió de la misma manera en que vivió: inmerso en los fenómenos que tanto amaba estudiar.

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Las cenizas de Dodge fueron liberadas en el ojo del huracán Milton, cumpliendo su último deseo (WWLTV)

El impacto de Peter Dodge en la meteorología

A lo largo de 44 años, el meteorólogo ayudó a desarrollar la tecnología de radar que revolucionó la predicción y el estudio de los huracanes. Participó en casi 400 vuelos en medio de tormentas, enfrentándose a situaciones extremadamente peligrosas.

Su capacidad para mantener la calma y su habilidad para resolver problemas técnicos en pleno vuelo fueron características que sus colegas destacaron siempre. Uno de sus momentos más memorables ocurrió en 1989, durante el huracán Hugo, cuando el avión en el que volaba sufrió un incendio en uno de los motores. Gracias a la pericia de la tripulación, lograron salir del ojo de la tormenta, una experiencia que marcó su carrera y fortaleció su reputación como uno de los mejores “cazadores de huracanes”.

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Peter Dodge enfrentó situaciones de peligro, incluyendo un incendio durante un vuelo en el huracán Hugo (Imagen Ilustrativa Infobae)

El vuelo número 387 de Dodge, que coincidió con el huracán Milton, fue también el último capítulo de una vida dedicada a enfrentar lo que muchos evitarían. En los años previos a su fallecimiento, incluso después de perder la vista, continuó contribuyendo al desarrollo de programas informáticos que los cazadores de huracanes actuales utilizan para mejorar la seguridad y precisión de sus misiones. Su dedicación no cesó, y sus aportes tecnológicos continúan como una parte esencial de la NOAA.

El huracán Milton y su devastación en Florida

El huracán Milton, que sirvió como escenario del último homenaje a Peter Dodge, fue un fenómeno natural de gran magnitud que dejó una huella devastadora a su paso por Florida. Con vientos que alcanzaron los 193 km/h al tocar tierra y lluvias torrenciales que superaron los 460 mm en algunas zonas, Milton causó estragos a lo largo de todo el estado. Desde la Costa del Golfo hasta la Costa Espacial, dejó tras de sí un rastro de destrucción, con viviendas arrasadas, infraestructuras dañadas y vastas áreas inundadas.

El huracán Milton tocó tierra en Florida como un fenómeno devastador, dejando destrucción a su paso

Al tocar tierra cerca de Siesta Key, el huracán, que había alcanzado la categoría 3, generó marejadas ciclónicas y tornados que afectaron gravemente a comunidades costeras como Naples, Fort Myers y la populosa región de Tampa Bay. Las tormentas provocaron que más de 3 millones de personas quedaran sin electricidad, lo que complicó aún más las labores de rescate y recuperación. En total, se reportaron al menos 10 muertes.

El Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre el peligro de las marejadas ciclónicas, que alcanzaron hasta 1,8 metros en la costa del suroeste de Florida. Además, la tormenta generó docenas de tornados que azotaron la región central del estado, causando destrucción adicional. Las inundaciones afectaron gravemente ciudades como Bradenton Beach, donde los equipos de limpieza trabajaron incansablemente para reparar los daños y ayudar a los residentes afectados.

Aunque el huracán se debilitó a categoría 1 al avanzar hacia el interior, el impacto en Florida fue grande. FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) advirtió sobre los graves daños estructurales provocados por los tornados y las inundaciones, alertando que la recuperación será larga y costosa. En la comunidad de Pinellas, más de 430 personas fueron rescatadas tras las severas inundaciones que afectaron calles y viviendas.

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