Marty y Jess Ansen se despiertan cada mañana con el sonido del océano, que se cuela por la ventana de su camarote. El aire salado de la cubierta, una partida de ping-pong y un desayuno en el buffet del Coral Princess marcan el inicio de su día. Esta pareja de australianos ha dejado atrás la vida en tierra firme para vivir el retiro de sus sueños: navegando por los mares. Desde el 16 de junio de 2022, su hogar ha sido este crucero, y con 51 viajes consecutivos a bordo, han creado un estilo de vida único que ha capturado la atención de tripulantes y pasajeros por igual.
Los Ansen son, en palabras de la tripulación, como “celebridades” a bordo. No importa a qué puerto llegue el barco o quién sea el capitán, para Marty y Jess: el personal cambia, los pasajeros suben y bajan, pero ellos siguen allí, siendo parte del paisaje flotante. “Hemos olvidado cómo hacer la cama”, bromea Marty en una entrevista con A Current Affair, refiriéndose a la vida sin preocupaciones que llevan en alta mar. “No tenemos que preocuparnos por el alquiler o el supermercado”, comenta con una mezcla de humor y alivio, explicando por qué optaron por una vida que otros consideran un lujo efímero, pero que para ellos es mucho más barato que una residencia de ancianos.
Lo comenzó como una recompensa tras los años perdidos durante la pandemia, se ha convertido en su rutina diaria: explorar nuevos destinos sin desempacar jamás. Marty lo resume con una sonrisa: “Simplemente, seguimos reservando el siguiente crucero”.
A Marty y Jess seimpre le gustaron los cruceros y eran su estilo de vacaciones favorito. Inlsuos antes de retirarse ya habían hecho 30 viajes. Sin embargo, los dos años de restricciones severas en Australia por el COVID-19 cambiaron su perspectiva. Sentían que el confinamiento les había robado años preciosos de aventuras, de ese vaivén del océano que tanto amaban. “Le dije a mi agente de viaje: lo que venga, resérvalo”, recuerda Marty sobre cómo la idea de un crucero tras otro fue tomando forma. En junio de 2022, finalmente zarparon en su primer viaje del Coral Princess y desde entonces no han parado.
Ahora, Marty y Jess Ansen están navegando rumbo a Hawái, disfrutando de los días soleados en la cubierta del Coral Princess, mientras su hogar sigue siendo este gigantesco crucero que los ha llevado por medio mundo. Con más de dos años a bordo, ya no son simples pasajeros, son parte de la esencia misma del barco. La tripulación los recibe como si fueran familia. “Nosotros le damos la bienvenida a los capitanes”, dice Jess entre risas...
Ren van Rooyen, el gerente del hotel a bordo, confirma esta peculiar relación: “Son básicamente celebridades a bordo”. Pasajeros que suben para viajes más cortos suelen preguntar por ellos, curiosos de conocer a la pareja que ha inspirado a tantos con su estilo de vida flotante. Muchos se acercan solo para intercambiar palabras o compartir una cerveza en la cubierta, atraídos por su historia de retiro que desafía las normas.
Además del cariño y los grandes lazos afectivos que nacieron con la tripulación, varios tripulantes que los han conocido durante los viajes, suelen tener buena relación con la pareja. Jess, amante del baile, ha pasado horas en la pista de baile del barco, disfrutando de hula y bailes de salón, mientras Marty ha hecho amigos para toda la vida. “Nos despertamos, jugamos al ping pong y luego nos relajamos con una cerveza fría en la terraza”, dice Marty, describiendo su rutina perfecta. Pero más allá de las actividades diarias, el lazo con el personal se ha vuelto tan fuerte que, en una ocasión especial, los miembros de la tripulación organizaron una fiesta sorpresa para el cumpleaños de Jess, haciéndola sentir como en casa, aunque su hogar ya no esté en la tierra firme.
La aventura de Marty y Jess Ansen está lejos de terminar. En unos meses harán una breve pausa en tierra firme pero no será un descanso largo; ya tienen planeado embarcarse en su próxima travesía: un crucero de un año completo en el Crown Princess, un barco aún más grande, donde seguirán viviendo su vida de ensueño en alta mar. “Es un estilo de vida que no queremos dejar”, aseguró Jess en una entrevista con un programa de actualidad australiano llamado A Current Affair. Los puertos seguirán cambiando, pero su pasión por la vida en el océano permanece inalterable.
Para ellos, la decisión de pasar su retiro navegando se ha convertido en algo más que una simple aventura. Es una forma de estar en constante movimiento, de mantener viva la emoción de lo desconocido y de disfrutar cada momento sin las preocupaciones que muchos otros jubilados enfrentan en tierra. “¿Dónde más puedes ir a cenar, ver un espectáculo y bailar todas las noches?”, reflexiona Marty. “Es mucho más barato que un asilo, y además nos permite seguir viendo el mundo”.