En 2012, el mundo estaba cautivado por los Juegos Olímpicos de Londres, “Gangnam Style” dominaba las listas musicales, y millones de usuarios de smartphones se encontraban enganchados a un juego de aventuras llamado Temple Run. Este juego, que desafiaba a los jugadores a correr, saltar y deslizarse para evitar obstáculos, se convirtió rápidamente en un fenómeno global. Trece años después de su lanzamiento, este videojuego ha experimentado un resurgimiento inesperado, pero esta vez no en las pantallas de los teléfonos móviles, sino en la vida real, y con consecuencias alarmantes.
El majestuoso Angkor Wat, en Camboya, el complejo de templos más grande del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha sido elegido como el escenario principal de una nueva tendencia viral en TikTok. Los creadores de contenido, inspirados por las dinámicas del juego, están corriendo, saltando y deslizándose por las antiguas estructuras del templo, imitando las acciones de los personajes de Temple Run.
Estos videos han acumulado millones de visualizaciones y comentarios que elogian a los creadores por destacar la belleza de Camboya, pero este aparente acto de diversión ha generado serias preocupaciones entre conservacionistas y académicos.
Las estructuras de Angkor Wat, que tienen aproximadamente 900 años de antigüedad, están en un estado delicado, y esta nueva tendencia pone en riesgo su integridad. Los expertos advierten que la obsesión por capturar y publicar el video perfecto no solo puede dañar físicamente las piedras milenarias, sino que también puede restar valor a la experiencia auténtica de visitar un sitio con tanta significancia cultural e histórica. Simon Warrack, consultor de conservación, explicó a Bloomberg que “no se trata solo del potencial daño a las piedras por choques o golpes, sino también del impacto sobre el valor espiritual y cultural de los templos”.
Un portavoz de la UNESCO también expresó su preocupación a The Independent, señalando que aunque estas tendencias pueden resaltar la importancia turística de un destino, los efectos negativos del exceso de turismo pueden ser exacerbados por prácticas irresponsables como esta. La organización hace un llamado a los visitantes para que aborden sitios como Angkor Wat con el respeto que merecen, considerando no solo su valor físico, sino también su profundo significado cultural para el pueblo camboyano.
Situaciones similares han ocurrido en otros lugares históricos. En junio de este año, en la antigua ciudad italiana de Matera, un grupo de parkour dañó accidentalmente parte de un edificio histórico mientras realizaban sus acrobacias. Este tipo de actividades no solo pone en peligro la conservación de estructuras históricas, sino que también puede desencadenar una desconexión con el verdadero propósito de visitar estos sitios culturales.
Como explicó el portavoz de la UNESCO, “mientras que la intención puede no ser dañina, el impacto a largo plazo sobre el turismo y la conservación de estos lugares podría ser masivo”.
El resurgimiento del Temple Run Challenge en la vida real ha generado un debate sobre los límites entre la promoción turística y la conservación del patrimonio. Aunque el uso de redes sociales como TikTok para mostrar lugares históricos puede tener un impacto positivo al atraer visitantes, la manera en que se realiza es crucial. Transformar sitios de gran valor cultural en simples escenarios para videos virales menosprecia su importancia y pone en riesgo su conservación para las futuras generaciones.
Las autoridades y expertos instan a los turistas y creadores de contenido a reconsiderar estas prácticas y a encontrar maneras más responsables de interactuar con estos monumentos históricos. Angkor Wat, más que un telón de fondo para la fama momentánea en redes sociales, es un testimonio de la grandeza y la historia de la civilización jemer. Su preservación debe ser una prioridad, no solo para Camboya, sino para el mundo entero.
A medida que estas tendencias continúan propagándose, es esencial que la conciencia pública sobre la importancia de proteger nuestro patrimonio cultural también se expanda. El respeto y la consideración por los sitios históricos no solo garantizan su conservación física, sino que también honran las culturas y las historias que representan. Como concluye Simon Warrack, este tipo de conductas pueden comprometer tanto el valor espiritual como cultural de los templos, haciendo que las futuras generaciones solo encuentren en ellos ruinas, en lugar de un legado vivo.