En el norte de Francia, un equipo de estudiantes voluntarios que realizaba excavaciones arqueológicas en los acantilados cercanos a Dieppe se encontró con una inesperada conexión con el pasado. Mientras revisaban los restos de un antiguo pueblo galo, el 18 de septiembre, descubrieron algo sorprendente: una olla de barro que contenía en su interior un pequeño frasco de vidrio. Dentro de este frasco, se encontraba un mensaje escrito hace casi 200 años, una auténtica cápsula del tiempo.
El mensaje, cuidadosamente enrollado y atado con una cuerda, provenía de PJ Féret, un arqueólogo local de Dieppe que había realizado excavaciones en el mismo lugar, pero en enero de 1825. La nota de Féret revelaba que, además de ser miembro de varias sociedades intelectuales, continuaba investigando el área conocida como Cité de Limes o el Campo de César.
La nota decía: “PJ Féret, oriundo de Dieppe, miembro de varias sociedades intelectuales, realizó excavaciones aquí en enero de 1825. Continúa sus investigaciones en esta vasta zona conocida como la Cité de Limes o el Campo de César”.
Este hallazgo no solo fue sorprendente por su antigüedad, sino también por la conexión directa con un colega de siglos pasados que trabajó en el mismo sitio.
Guillaume Blondel, jefe del equipo actual y director del servicio arqueológico de la ciudad de Eu, calificó el descubrimiento, según el medio británico BBC, como: “Momento absolutamente mágico”.
Según el director, aunque sabían de excavaciones anteriores en la zona, jamás imaginaron encontrar un testimonio tan directo y personal de un arqueólogo del siglo XIX.
“A veces se ven estas cápsulas del tiempo dejadas por los carpinteros cuando construyen casas, pero es algo muy poco común en arqueología. La mayoría de los arqueólogos prefieren pensar que no habrá nadie que las busque porque ellos ya hicieron todo el trabajo”, explicó Blondel al medio británico.
Además, confirmó que el frasco en el que se encontraba el mensaje no era uno cualquiera: “Se trataba de un frasco que las mujeres solían llevar colgado del cuello y que contenía sales aromáticas”.
La importancia arqueológica del oppidum galo
El sitio donde se realizó el sorprendente hallazgo es parte de un oppidum, un pueblo fortificado galo que se encuentra en los acantilados al norte de Dieppe. Este histórico lugar, conocido como la Cité de Limes o el Campo de César, fue objeto de excavaciones desde hace siglos, pero su importancia arqueológica sigue siendo objeto de estudio y debate. Aunque los arqueólogos saben que se trata de un asentamiento galo, hay muchas incógnitas sobre su relevancia en la época.
Uno de los grandes desafíos para el equipo liderado por Blondel es descubrir si este lugar tenía una función destacada en la sociedad galo-romana. “Sabíamos que era un pueblo galo, pero lo que no sabemos es qué sucedía dentro del pueblo ¿Era un lugar importante?”, dijo el líder de los investigadores.
Las excavaciones actuales fueron cruciales para intentar responder estas preguntas, y aunque gran parte del oppidum ya desapareció debido a la erosión de los acantilados, los arqueólogos siguen recuperando valiosos artefactos.
En la semana que han trabajado en el sitio, el equipo descubrió diversos objetos además de la botella con el mensaje. Principalmente, hallaron piezas de cerámica que datan de hace unos 2.000 años, lo que confirma la ocupación galo-romana del lugar.
Además, en un comunicado de Eu en Facebook, aseguraron que esta botella con el mensaje estaba acompañada con dos monedas. Sin embargo, aún queda mucho por investigar para entender el papel que jugaba este oppidum en la estructura social y política de la región.
En la misma publicación, aseguraron la importancia de seguir investigando en sitios como este oppidum: “Se financian y realizan en asociación con el Servicio de Arqueología Regional como parte de los yacimientos arqueológicos que están en peligro de extinción por el declive del litoral”.