Una nueva investigación reveló detalles sobre una batalla de hace 3.250 años en Europa

En la zona se recuperaron más de 12.500 huesos y al menos 300 objetos metálicos como espadas y puntas de flecha

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Una batalla de hace 3.250 años en el valle de Tollense, descubierto en 1996, revela detalles históricos profundos (Wikipedia / Botaurus stellaris)
Una batalla de hace 3.250 años en el valle de Tollense, descubierto en 1996, revela detalles históricos profundos (Wikipedia / Botaurus stellaris)

Hace 3.250 años, en el tranquilo valle de Tollense, en el noreste de Alemania, se libró una batalla que cambiaría la percepción que tenemos de la violencia en la Edad de Bronce. Este campo de batalla, descubierto en 1996 por un arqueólogo aficionado, es hoy considerado el más antiguo de Europa.

La escena que dejaron aquellos combatientes nos habla de un conflicto violento que involucró a cientos de guerreros, y los restos encontrados en el sitio -armas, huesos y herramientas- permitieron a los arqueólogos reconstruir una historia largamente oculta en las tierras del norte europeo. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Antiquity.

En el valle de Tollense se recuperaron más de 12.500 huesos y al menos 300 artefactos metálicos, entre ellos espadas, palos de madera y puntas de flecha de bronce y sílex. Algunas de estas puntas se hallaron aún incrustadas en los huesos de los guerreros caídos, lo que evidencia un combate feroz que tuvo lugar alrededor del 1250 a.C.

Puntas de flecha del valle de Tollense. Núms. 1–16: tipo 4 A; 17–23: tipo 4 B1; 24–27: tipo 4 B2; 28–29: tipo 4 C; 30: tipo 2 A; 31–39: tipo 5 A; 40–53: tipo 5 A/B; 54–63: puntas de flecha de sílex (fotografías de Leif Inselmann, Joachim Krüger (núms. 4–6, 44–45), LAKD MV/Sabine Suhr (núms. 3, 19, 43), Jana Dräger (núms. 55, 63)).
Puntas de flecha del valle de Tollense. Núms. 1–16: tipo 4 A; 17–23: tipo 4 B1; 24–27: tipo 4 B2; 28–29: tipo 4 C; 30: tipo 2 A; 31–39: tipo 5 A; 40–53: tipo 5 A/B; 54–63: puntas de flecha de sílex (fotografías de Leif Inselmann, Joachim Krüger (núms. 4–6, 44–45), LAKD MV/Sabine Suhr (núms. 3, 19, 43), Jana Dräger (núms. 55, 63)).

Los restos humanos pertenecen principalmente a hombres jóvenes, fuertes y físicamente aptos, muchos de ellos con heridas curadas de enfrentamientos anteriores, lo que demuestra su experiencia en batalla. Las excavaciones proporcionaron evidencia directa de un combate de una magnitud sin precedentes para la época, y permitieron a los investigadores indagar en los orígenes y las causas de esta sangrienta lucha.

Orígenes de los combatientes

Las excavaciones continuas revelaron cientos de objetos que, junto con los restos humanos, sugieren un conflicto armado de grandes dimensiones. Además de que proporcionaron pistas sobre los involucrados en el combate.

Al examinar 4.743 puntas de flecha de diferentes regiones de Europa Central, los arqueólogos detectaron diferencias significativas en su diseño, lo que les permitió identificar tanto a combatientes locales como a guerreros foráneos que participaron en la batalla.

Según el medio estadounidense CNN, estas armas, algunas de las cuales estaban aún incrustadas en los huesos de las víctimas, hablan de la brutalidad de este enfrentamiento y de la importancia del tiro con arco como arma de guerra.

Frecuencia de puntas de flecha de bronce por tipo encontradas en diferentes lugares del valle de Tollense (mapa de Leif Inselmann; gráficos de Leif Inselmann y Thomas Terberger).
Frecuencia de puntas de flecha de bronce por tipo encontradas en diferentes lugares del valle de Tollense (mapa de Leif Inselmann; gráficos de Leif Inselmann y Thomas Terberger).

Las puntas de flecha con bases rectas o en forma de rombo, junto con otras características como los espolones laterales y las púas, fueron claves para identificar la presencia de este contingente extranjero.

Si bien muchas de las puntas de flecha coincidían con los estilos típicos de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, el área donde se encuentra el valle, otras tenían características únicas que las vinculan con regiones distantes del sur de Europa Central, como Baviera y Moravia.

Según el arqueólogo y líder del estudio Leif Inselmann, es poco probable que estas armas hubieran sido importadas por los locales; más bien, sugiere que al menos una facción completa de la batalla provenía de regiones tan distantes como el sur de Alemania o Bohemia.

“Esto sugiere que al menos una parte de los combatientes o incluso una facción de batalla completa involucrada en el valle de Tollense provienen de una región muy distante”, dijo Inselmann a CNN.

Según los investigadores, este podría ser uno de los primeros ejemplos de un conflicto armado a gran escala entre diferentes regiones de Europa. Los estudios genéticos y de isótopos de los restos humanos también apoyan esta idea, ya que indican que algunos de los individuos no eran locales.

Distribución de puntas de flecha de la Edad del Bronce en el Valle del Tollense (símbolos negros: puntas de flecha de bronce; símbolos grises: puntas de flecha de sílex)
Distribución de puntas de flecha de la Edad del Bronce en el Valle del Tollense (símbolos negros: puntas de flecha de bronce; símbolos grises: puntas de flecha de sílex)

“Nuestro estudio de este campo de batalla cambia por completo nuestra comprensión de la sociedad de la Edad del Bronce”, dijo Thomas Terberger, coautor del estudio y profesor de arqueología prehistórica e histórica en la Universidad de Göttingen, según el medio británico The Independent.

Teorías sobre la causa del conflicto y su magnitud

Aunque las causas exactas de la batalla en el valle de Tollense siguen siendo inciertas, los arqueólogos formularon diversas hipótesis. Una de las más destacadas es que el enfrentamiento estuvo relacionado con el control de una ruta comercial estratégica que cruzaba el río Tollense.

Esta calzada, construida unos 500 años antes de la batalla, pudo haber sido un punto crucial en el tráfico de bienes entre el sur de Europa y el Báltico. Según explicó CNN, Terberger cree que este cuello de botella comercial podría haber sido el origen del conflicto, ya que controlar dicha ruta habría sido de gran valor económico y político para los grupos locales y foráneos.

Sin embargo, otros investigadores, como Barry Molloy de la University College de Dublín y que no participó del estudio, señalan que la falta de evidencias claras de recursos de gran valor, como minas de metales o depósitos de sal, debilita la teoría del comercio como la causa principal.

En su opinión, el conflicto probablemente fue parte de una lucha mayor por el control político y la explotación de riquezas a largo plazo, un fenómeno común en las civilizaciones de la Edad de Bronce, según explicó a CNN.

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