La escena es conocida por la mayoría. Un grupo de soldados estadounidenses se adentra en la Francia ocupada por los nazis en busca de un hombre cuyo destino se ha vuelto una prioridad de Estado: un joven recluta que debe ser rescatado a toda costa. Tres de sus hermanos han muerto en combate, y el gobierno no está dispuesto a que la tragedia familiar se complete con su fallecimiento.
Lo que pocos saben es que esa historia, inmortalizada en la película Rescatando al soldado Ryan, de Steven Spielberg, tiene sus raíces en una realidad que es igual de desgarradora. La verdadera inspiración detrás de la trama son los hermanos Niland, una familia de cuatro jóvenes de Tonawanda, Nueva York, que lucharon durante la Segunda Guerra Mundial. Su historia, aunque sin los heroicos rescates de cine, conmocionó a una nación entera.
Si bien el personaje de James Francis Ryan (interpretado por Matt Damon) no existió, la epopeya que relata su salvamento está basada en el drama que vivió Frederick “Fritz” Niland, el único sobreviviente de cuatro hermanos que partieron a la guerra, solo para ver cómo el conflicto desintegraba a su familia.
Una familia unida por la guerra
La familia Niland, como tantas otras en los Estados Unidos, se vio marcada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Los cuatro hermanos: Fritz, Bob, Preston y Edward Niland se enlistaron en distintas ramas del ejército estadounidense tras el ataque a Pearl Harbor en 1941.
Pero, aunque los jóvenes intentaron mantenerse juntos, las tragedias familiares de la época obligaron al ejército a separar a los hermanos para evitar un destino similar al de los hermanos Sullivan, cinco hermanos que perecieron juntos a bordo del crucero ligero USS Juneau en 1942.
Cada uno de los Niland fue asignado a diferentes unidades. Bob y Fritz se unieron a la legendaria 101ª División Aerotransportada, mientras que Preston fue destinado al 22º Regimiento de Infantería y Edward a la Fuerza Aérea. A lo largo de la guerra, sus caminos se separaron en distintos frentes, pero el destino parecía empeñado en unirlos en un trágico final.
El destino cruel de los hermanos Niland
El primero en caer fue Bob Niland, quien murió en Normandía el 6 de junio de 1944, durante el famoso Día D, mientras defendía heroicamente la posición de su pelotón ante una embestida alemana. Su valentía permitió que muchos de sus compañeros pudieran retirarse a un lugar seguro. Al día siguiente, Preston Niland también encontró la muerte tras desembarcar en la Playa Utah, mientras luchaba en el avance hacia el interior de Francia.
La noticia de la muerte de ambos llegó rápidamente a la madre de los Niland, Augusta, en un golpe desgarrador que se hizo aún más cruel cuando le notificaron que Edward Niland, el mayor de los hermanos, había sido declarado desaparecido en acción tras un accidente en Birmania (actual Myanmar). Para la familia, Fritz pasaba a ser el único sobreviviente de los cuatro hermanos.
El regreso de Fritz
La tragedia de los Niland llegó a oídos de las autoridades militares, quienes decidieron que era necesario salvar al único hijo que quedaba con vida. Al igual que en la película, no fue un grupo de soldados quien lo rescató, sino el capellán Francis Sampson, un sacerdote católico que se encargaba de asistir espiritualmente a los soldados de la 101ª División Aerotransportada. Tras encontrar a Fritz Niland luchando en Francia, Sampson le informó de la muerte de sus hermanos y le comunicó la decisión del ejército de enviarlo de vuelta a casa.
Fritz, devastado por la noticia, no quería regresar. Según se cuenta, su deseo era seguir combatiendo y vengar la muerte de sus hermanos, pero finalmente fue obligado a dejar el frente y enviado de vuelta a Nueva York, donde pasó el resto de la guerra sirviendo como policía militar.
Sin embargo, el destino aún tenía una última sorpresa para la familia Niland. En mayo de 1945, cuando la guerra ya estaba llegando a su fin, las fuerzas aliadas liberaron un campo de prisioneros en Birmania y entre los sobrevivientes encontraron a Edward Niland, el hermano dado por muerto. Había sido capturado por los japoneses y pasó más de un año como prisionero de guerra, pero logró sobrevivir a las duras condiciones del cautiverio.
El regreso de Edward fue un rayo de esperanza para la familia, aunque el peso de haber perdido a Bob y Preston nunca se disiparía. Los hermanos que sobrevivieron vivieron el resto de sus vidas en Tonawanda, donde trataron de reconstruir lo que quedó de su familia. Fritz falleció en 1983, mientras que Edward lo hizo un año después, en 1984.
El legado de los Niland
Hoy, la historia de los hermanos Niland se ha convertido en una parte esencial de la memoria histórica de la Segunda Guerra Mundial. Aunque el rescate heroico de Salvando al soldado Ryan difiere en varios aspectos de la realidad, la tragedia que inspiró la película es igualmente conmovedora.
Los hermanos Bob y Preston Niland están enterrados en el cementerio americano de Colleville-sur-Mer, en Normandía, junto a los miles de soldados que dieron su vida en la liberación de Europa.
La historia de los hermanos Niland no solo refleja el sacrificio de una familia, sino también el de miles de jóvenes que dejaron todo atrás para combatir en uno de los conflictos más devastadores de la historia.