Un día común en la remota isla St. Paul, en Alaska (Estados Unidos), sobre el mar de Bering y con 350 habitantes, cambió repentinamente cuando un residente afirmó haber visto una rata cerca de su casa. Lo que podría ser un hecho ordinario en muchos lugares del mundo, en este lugar provocó una reacción inmediata.
St. Paul, parte de las Islas Pribilof, es un santuario de vida silvestre y un refugio para aves marinas, por lo que un avistamiento de este tipo se convierte en una amenaza para la integridad del ecosistema de la isla. Por lo que revoluciona a todo el pueblo.
Las ratas, conocidas por invadir islas remotas al esconderse en barcos, pueden destruir las poblaciones de aves al alimentarse de huevos, polluelos e incluso de aves adultas. En respuesta al posible avistamiento en junio, los funcionarios de vida silvestre de la isla movilizaron rápidamente un operativo para confirmar la presencia del roedor, informó la agencia de noticias AP.
Colocaron trampas con mantequilla de maní, instalaron cámaras de seguimiento y rastrearon posibles huellas o excrementos alrededor del área. Sin embargo, hasta el momento, no se encontró ninguna evidencia de la existencia de ratas.
Impacto de las ratas en el pasado
El avistamiento de una rata en la isla St. Paul no se toma a la ligera debido al devastador impacto que estos roedores pueden tener en los ecosistemas insulares, explicó AP. A lo largo de la historia, se documentó que la introducción de ratas en islas remotas fue catastrófica para las poblaciones de aves marinas.
En Alaska, un claro ejemplo de este fenómeno se dio en una de las Islas Aleutianas, anteriormente conocida como Rat Island, según información del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos que citó AP.
Rat Island, que recibió su nombre debido a la infestación de ratas que se cree llegaron con un naufragio japonés en el siglo XVIII, sufrió una drástica reducción en la población de aves marinas. Las ratas se alimentaban de huevos y polluelos, alterando por completo el ecosistema de la isla.
Sin embargo, tras años de esfuerzos de conservación, que incluyeron la erradicación de zorros árticos en 1984 y un programa masivo de eliminación de ratas en 2008 mediante la dispersión aérea de veneno, se logró restaurar el equilibrio natural, informó la agencia. Hoy en día, la isla ha recuperado su nombre nativo, Hawadax, y especies de aves que se creían extintas comenzaron a regresar.
Medidas preventivas y comparación con otras islas
La isla St. Paul mantuvo un programa de vigilancia de roedores durante años debido a los peligros que representan las ratas para su delicado ecosistema. Este programa se enfoca en áreas clave, como el aeropuerto y las zonas costeras desarrolladas, donde llegan barcos y donde el riesgo de introducción de especies invasoras es mayor, según el medio británico The Guardian.
La experiencia previa demostró que incluso con todas las medidas preventivas, capturar una rata puede ser un desafío. Por ejemplo, la última rata conocida en St. Paul fue detectada muerta en 2019, tras evadir las defensas de la comunidad por casi un año.
Para este último reporte de junio, las autoridades intensificaron sus esfuerzos preventivos, utilizando bloques de cera en las zonas desarrolladas, los cuales están diseñados para registrar cualquier mordedura que delate la presencia de ratas.
Además, algunos de estos bloques están fabricados con material ultravioleta, lo que permite a los inspectores utilizar luces negras para detectar posibles excrementos brillantes, una técnica eficaz para rastrear roedores en terrenos difíciles, según The Guardian.
A pesar de que no se han encontrado rastros de ratas desde el avistamiento, la vigilancia continúa. Las autoridades también han solicitado permiso al Departamento de Agricultura de EE. UU. para traer un perro rastreador, ya que los perros están normalmente prohibidos en las islas Pribilof para proteger a los lobos marinos, informó AP.