En Lewes, una pequeña localidad al sureste de Londres, se está llevando a cabo un innovador proyecto de reforestación de la biodiversidad en la Reserva Natural Urbana del Railway Land. El plan, gestionado por Railway Land Wildlife Trust, utiliza perros que llevan mochilas especiales diseñadas para dispersar semillas de plantas nativas.
El objetivo es replicar el comportamiento de los lobos que, antes de su extinción en el Reino Unido alrededor de 1760, recolectaban semillas en su pelaje y las esparcían en largas distancias, permitiendo así el crecimiento de nuevas colonias de plantas.
Según explicó Dylan Walker, gerente del proyecto, “en un entorno urbano, es difícil introducir grandes herbívoros como bisontes o caballos salvajes que son los que usualmente se utilizan en procesos de rewilding”. Por ello, decidieron aprovechar los numerosos paseos de perros que se realizan diariamente en la reserva, según explicó al diario británico The Guardian.
En Chile, un proyecto similar llevado a cabo en 2019 por dos hermanas con sus tres perros logró reforestar áreas devastadas por incendios, según CBS News. Inspirados por este ejemplo, los organizadores británicos están utilizando mochilas que contienen una mezcla de semillas y arena, la cual ayuda a los encargados del proyecto a rastrear la distribución de las semillas. Los pequeños agujeros en las mochilas permiten que las semillas caigan gradualmente mientras los perros recorren la reserva.
La Reserva Natural Urbana del Railway Land ha perdido varias especies de plantas nativas debido a su popularidad entre los visitantes, especialmente los paseadores de perros. “Queremos que la gente venga a la reserva, pero inevitablemente eso tiene un impacto en el hábitat”, indicó Walker. A través de este proyecto piloto, espera restaurar esa biodiversidad perdida.
Los participantes en el proyecto pueden recoger las mochilas con semillas del personal de la reserva. Durante las pruebas iniciales, Ruthie Martin observó que su perro, un golden doodle, no tuvo ningún inconveniente llevando la mochila mientras caminaba por la reserva. “No les molestan las mochilas en sus espaldas,” comentó Martin.
Cressida Murray, otra de las propietarias de perros que participa en la iniciativa, expresó su entusiasmo: “Me inscribí porque pensé que encajaba perfectamente. Puse un arnés con la mochila a mi perro y él comenzó a esparcir semillas como lo hacían los lobos hace muchos años,” comentó a The Guardian.
Además de los beneficios ecológicos, el proyecto espera educar y comprometer a la comunidad con los impactos ambientales positivos del rewilding. Walker resaltó que “un proyecto comunitario como este no solo ayuda a enseñar a las personas sobre los impactos ecológicos de la fauna, sino que también nos permite enriquecer nuestra vida silvestre y nuestros entornos”.
El proyecto ha recibido financiamiento de Ouse Valley Climate Action y, aunque aún es temprano para ver resultados definitivos, ya se han observado algunos indicios de germinación de semillas. La mayoría son plantas perennes que podrían tardar unos años en establecerse y florecer por completo.
Los organizadores del proyecto esperan que en un par de años se pueda apreciar el verdadero impacto de esta iniciativa en la biodiversidad de la reserva. “Ya hemos empezado a ver la germinación de semillas en algunas áreas,” dijo Walker, “pero las plantas perennes pueden tardar un par de años en establecerse completamente, así que esperamos ver resultados más claros el próximo año”.