En medio de la guerra civil en Sudán, el Museo Nacional de Jartum, considerado uno de los más importantes de África, fue escenario de un saqueo masivo. Decenas de miles de piezas arqueológicas e históricas, algunas con más de 4.500 años de antigüedad, fueron robadas.
Este incidente, que refleja la situación crítica que enfrentan los bienes culturales del país, fue documentado por un funcionario del museo que pidió anonimato. Según informó el medio británico The Guardian, la fuente confirmó que imágenes satelitales capturaron camiones cargados con artefactos que se dirigían hacia las fronteras de Sudán.
El conflicto entre el ejército regular y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar, tuvo un impacto devastador en el patrimonio cultural de la nación. El museo, ubicado en una zona bajo control de las FAR, fue víctima de lo que las autoridades describen como una “operación de saqueo y contrabando a gran escala”, según The Guardian. Las FAR niegan las acusaciones.
El destino de los objetos saqueado aún es incierto, aunque diversos informes apuntan a que muchos de estos artefactos fueron trasladados fuera de Sudán, con especial énfasis en la frontera con Sudán del Sur.
Las imágenes satelitales y el seguimiento de los camiones sugieren que algunos de estos bienes culturales fueron transportados a través de las fronteras y, según informó la agencia EFE, incluso puestos a la venta en Internet y en redes sociales. Aunque no está claro si estas transacciones fueron concretadas, la situación provocó una fuerte indignación entre académicos y especialistas.
Osama Sayed Ahmed al Husein, de Cooperación Internacional del centro, expresó en un comunicado recogido por EFE: “Las antigüedades que se ofrecieron a la venta en internet no pertenecen únicamente al pueblo sudanés, sino que es un antiguo patrimonio cultural humano que tiene más de siete mil años de antigüedad, y las leyes y costumbres internacionales exigen su preservación y cuidado”.
El Centro de Investigación sobre Cultura, Historia y Civilización de Sudán solicitó la ayuda del presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, para localizar y recuperar las piezas robadas, según la agencia española. En una carta firmada por más de 200 investigadores y profesores universitarios, se hizo un llamamiento para que se persiga a los responsables y se detenga el contrabando de estos objetos a través de la región.
El valor cultural de las piezas
El saqueo del Museo Nacional de Jartum no solo implica una pérdida material, sino que también pone en riesgo una de las colecciones arqueológicas más valiosas de África. Con más de 100.000 piezas en su acervo, la institución albergaba artefactos que abarcaban desde la Edad de Piedra hasta las eras cristiana e islámica, informó The Guardian.
Entre los objetos robados destacan momias embalsamadas de aproximadamente 2.500 a.C., consideradas algunas de las más antiguas y significativas en el ámbito arqueológico mundial. También se encontraban esculturas, cerámicas y murales que documentaban la rica historia del Sudán antiguo.
El funcionario del museo, visiblemente afectado, describió en The Guardian el saqueo como una experiencia traumática: “Estos objetos son nuestra identidad, la identidad del pueblo sudanés. ¿Pueden imaginar lo que se siente al perder la identidad? Se pierde la existencia en este mundo”.
El intento por recuperar los objetos
A raíz de este saqueo masivo, los esfuerzos para recuperar los objetos robados comenzaron a movilizarse. Según The Guardian, autoridades y especialistas en Sudán están intentando negociar con los gobiernos vecinos y con agencias internacionales para facilitar la devolución de las piezas expoliadas.
Sin embargo, bajo las condiciones actuales del conflicto, estos esfuerzos resultaron complicados. El funcionario del Museo Nacional de Jartum destacó: “En circunstancias normales, ni siquiera está permitido trasladar las piezas de un lugar a otro dentro del museo a menos que esté presente la policía”. Ahora, la falta de control y el tráfico de los objetos fuera de las fronteras sudanesas agravan el reto de su recuperación.
Este no fue un caso aislado. Además del saqueo al Museo Nacional de Jartum, otros dos importantes museos sudaneses también fueron blanco de robos. La Casa Khalifa, en la ciudad de Omdurman, y el Museo de Nyala, en Darfur del Sur, sufrieron expolios en medio de la guerra civil, informó The Guardian.
EFE informó que la UNESCO aún no emitió una respuesta oficial ante estos hechos. Pero la comunidad internacional y los académicos continúan presionando para que se tomen medidas en defensa de este valioso patrimonio cultural, que está en peligro de desaparecer por completo en medio del conflicto.