“Tenemos 60.000 israelíes desplazados que tuvieron que dejar sus casas por los ataques de Hezbollah, necesitamos que toda esa gente pueda volver sin el temor de que un cohete ruso lanzado desde Líbano impacte en la ventana de uno de nuestros ciudadanos”, afirmó en diálogo con Infobae Roni Kaplan, vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel.
Kaplan explica que, por el momento, la situación es de “guerra limitada” pero que el Ejército está listo y preparado para una guerra ilimitada contra Hezbollah en el Líbano: “Cuando lo decida el Gobierno, nosotros estamos prontos”, advirtió. “La ventana diplomática está abierta, pero si no, estamos listos. No nos queda otra”, insiste.
El Ejército israelí marca 43 puntos en el mapa donde la población israelí tuvo que evacuar. “Tres semanas después del 7 de octubre, 60.000 israelíes tuvieron que dejar su casa y para Hezbollah ese es un logro estratégico, nosotros necesitamos restaurar la seguridad allí de forma urgente, ahora es una zona fantasma”.
A diferencia del escenario en el sur, donde la guerra en Gaza tiene como objetivo principal la vuelta de los 101 rehenes y el desmantelamiento completo del grupo terrorista Hamas, en el norte, con Hezbollah, el propósito principal es la defensa: “No buscamos el desmantelamiento de Hezbollah, lo que queremos es que se corran hacia arriba, arriba del río Litani, para estabilizar nuestro territorio norte y que nuestros 60.000 desplazados puedan volver a sus casas”.
Hoy, los 120 kilómetros de frontera que recorren la línea azul determinada por la ONU luego de que Israel se retirara de ese territorio en 2000, están en alerta máxima.
“Ellos comenzaron a atacarnos el 8 de octubre, un día después de la incursión de Hamas, son el eje principal del círculo de fuego que construyó el régimen de Irán y tienen 200.000 misiles apuntando contra Israel, así que claro que estamos preparados para una guerra”, asegura Kaplan.
Cuando el vocero militar habla del “círculo de fuego iraní” incluye el financiamiento y entrenamiento de Hezbollah en Líbano -”que tiene línea directa con Teherán”- y la financiación de grupos terroristas en Yemen, Siria, Irak y la Franja de Gaza.
“Irán lleva años construyendo ese círculo de fuego. Los cohetes que caen en Israel, o los drones, o los intentos de infiltración por el norte, tienen detrás una misma casa matriz: el régimen de los ayatollah, en Teherán”, afirma Kaplan.
El ministro de Defensa Yoav Gallant se reunió ayer con los reservistas de la Brigada Oded en el norte de Israel y marcó la importancia de ese frente: “El centro de gravedad se está desplazando hacia el norte, estamos a punto de completar nuestras misiones en el sur, pero tenemos una tarea aquí que no se ha llevado a cabo, y esta misión es cambiar la situación de seguridad y devolver a los residentes a sus hogares”.
Ahora bien, un enfrentamiento abierto con Hezbollah tiene grandes riesgos, justamente por lo implicado del régimen iraní en la zona. Una guerra “ilimitada”, como la llama Kaplan, podría empujar al régimen persa a participar de forma directa… Y si llegara a entrar Irán, habría que pensar en el posible papel de Rusia y China en ese hipotético conflicto.
Estados Unidos sigue de cerca el escenario en el Líbano, intenta contenerlo y hace llamados continuos a una solución diplomática. “Sería catastrófico”, repiten desde Washington. Amos Hochstein, enviado esperacial norteamericano para el Líbano lleva meses intentando persuadir al gobierno de Benjamin Netanyahu.
Sin embargo, Israel se mantiene firme en su objetivo de restablecer la seguridad de su población en el norte. Además del Ejército, el ex ministro del gabinete de guerra Benny Gantz y principal figura de la oposición hoy en Israel, también declaró que el Norte debería ser prioritario.
“Estamos listos, para nosotros esta es una guerra existencial, y podemos pelearla en varios frentes”, afirmó el vocero del Ejército Israelí.