En Lisboa, los turistas están furiosos tras descubrir que podrían estar pagando más que los residentes locales en restaurantes. Según un informe del periódico portugués Expresso, los restaurantes de la ciudad estarían utilizando un sistema de precios en dos niveles, una práctica descrita como “ilegal” por expertos de la industria.
Expresso asegura que los residentes reciben precios más bajos mediante códigos transmitidos “verbalmente, en susurros o indicados en menús colocados en áreas discretas o incluso ocultas”. Esto ha generado una ola de insatisfacción y controversia entre los visitantes y defensores de la transparencia en precios.
The Independent también hizo eco de estas denuncias, afirmando que los menús multilingües en algunos restaurantes ofrecen tarifas secretas a los residentes de Lisboa. La Asociación Portuguesa de Hoteles, Restaurantes y Similares (AHRESP) expresó su desconocimiento sobre estas prácticas y subrayó la necesidad de mantener precios “totalmente transparentes” para todos los clientes.
La situación de sobrecarga turística en Lisboa se volvió insostenible según los locales. A inicios de este año, los residentes ya habían mostrado su frustración por el impacto de los Tuk-Tuks en el tráfico de la ciudad. En una entrevista con EuroNews, Rosa Alves, de 78 años, manifestó que estos vehículos “aparecen al amanecer y desaparecen por la noche”, causando un caos constante en áreas como Gracia.
Además, hay crecientes preocupaciones sobre el impacto del turismo en el mercado inmobiliario. El Movimiento por un Referéndum de Vivienda ha estado recopilando firmas para impulsar una consulta sobre el destino de los apartamentos turísticos, algo que han logrado recientemente. Diogo Guerra, miembro del movimiento, comentó a Expresso sobre la falta de acción de los políticos y la necesidad de que los locales tomen medidas. “Si bien el turismo es un factor, somos perfectamente conscientes de que la crisis no se debe a un solo factor”, resaltó Guerra, destacando la falta general de construcción de viviendas como otro gran problema.
Una problemática que se replica en Europa
Por otro lado, otros medios también han reportado sobre crisis similares en otras ciudades europeas. The Guardian destacó que Barcelona ha sido escenario de protestas donde los residentes han gritado “¡Turistas, fuera!” y disparado pistolas de agua a los visitantes. Además, Málaga, Tenerife y Mallorca también han visto grandes protestas. En Menorca, los locales han ocupado playas, y Venecia ha implementado una tarifa de entrada para los turistas diarios con el fin de reducir el número de visitantes.
“El turismo no es bueno para todos. Para la mayoría implica precios altos, pobreza e indignidad”, comentó un residente en The Independent, reflejando el sentimiento común entre muchos locales que sienten que el turismo está desplazando a los residentes y aumentando los costos de vida. Otro residente señaló que, incluso dentro de Portugal, un lusitano en el Algarve puede ser tratado como un extranjero, destacando que esta problemática no es nueva y que siempre ha habido precios especiales para los “amigos”.
En el caso específico de Sintra, un sitio reconocido por la UNESCO al oeste de Lisboa, la afluencia de visitantes ha convertido el área en un “parque de diversiones congestionado”, según la asociación local, QSintra. El tráfico y el comportamiento irrespetuoso de algunos turistas impiden que los residentes realicen diligencias cotidianas, lo que ha provocado continuas demandas de acción por parte de las autoridades municipales.
The Guardian y Expresso argumentan que estas medidas discretas por parte de los restaurantes pueden parecer una forma inevitable de resistencia al turismo excesivo, aunque claramente “cobrar secretamente a una clase de personas más que a otra es discriminatorio”, como destaca el medio británico.
Con toda esta información, surge la pregunta sobre cómo las ciudades deben manejar el turismo para equilibrar los beneficios económicos con la calidad de vida de sus residentes. “Se siente que algo debe hacerse”, añadió The Guardian en su análisis sobre las protestas y medidas en diversas ciudades europeas.