Un hombre británico sobrevivió a un ataque masivo de avispas en su hogar en Brecon, una pequeña ciudad en la zona de Powys, Gales. Andrew Powell, de 57 años, quedó gravemente herido tras recibir más de 200 picaduras. El hecho sucedió luego de que un granjero local alterara accidentalmente un nido mientras cosechaba su campo.
Todo ocurrió cuando acababa de regresar de un paseo en bicicleta y estaba alimentando a sus gallinas. Al principio parecía ser un día más para él. Pero de repente vio volar al enjambre y, en segundos, notó que estaban yendo en su dirección.
“Salí a echar un vistazo a los campos, como suelo hacer habitualmente. De repente, vi avispas que salían de lo que debía ser un nido. Creo que el granjero, que estaba cosechando, las había molestado sin darse cuenta”, contó a Wales Online, medio galés.
Comenzaron las picaduras
“Cuando llegué a mi puerta trasera, probablemente cuatro segundos después, ya estaba cubierto”, declaró el hombre al medio británico Sky News. Y en diálogo con la BBC, otro medio británico, aseguró: “El cielo se volvió marrón”.
Powell describió que se dirigió corriendo a su baño, abrió la ducha, pero el baño se llenó de avispas. “Corrí hacia la casa, pero en ese momento me olvidé de cerrar la puerta y entraron a la casa. Por supuesto que debería haber cerrado la puerta, pero tenía mucha prisa”, contó el hombro. “Me picaron a través de la ropa en la ducha”, recordó el hombre tras el traumático suceso.
Su esposa, Gina, también jugó un papel crucial al intentar liberar a su marido de las avispas. En ese momento, como en la ducha lo continuaban picando al hombre, la mujer comenzó a tirarle baldazos de agua para ahuyentar a las avispas. Pero la mayoría de los insectos seguían a pesar del agua.
Según WalesOnline el hombre expresó que podría haber recibido hasta 240 picaduras antes de perder el conocimiento, mientras que la BBC informó que fueron unas 160. Incluso afirmó que le picaron unas 15 veces en la nuca, pero logró no recibir ni una en la cara.
“Podía sentirlas bajo mis pantalones. Estaban por todas partes”, declaró Powell. Según le aseguró a Sky News, estaba en “agonía” después del ataque. Y también recordó que quedó temblando del dolor y la impresión que le había generado la situación.
De la ducha, al hospital
La situación se tornó crítica y gracias a la rápida intervención de Richard, su amigo, el hombre pudo ser trasladado con urgencia a la unidad de lesiones menores del Brecon War Memorial Hospital. “De lo contrario, no creo que hubiera llegado allí en el auto, porque estaba entrando y saliendo de la conciencia”, dijo.
El tratamiento hospitalario fue vital para la recuperación de Powell. El hombre aseguró que las enfermeras fueron “increíbles” al administrarle adrenalina, morfina y co-codamol para el dolor. Y agradeció a los médicos por su trabajo: “Si no lo hubieran hecho, entonces estaría muerto”.
Las heridas que sufrió Powell fueron severas. Y después del tratamiento inicial en Brecon, fue trasladado al Hospital Prince Charles en Merthyr Tydfil, otra ciudad de Gales, para una evaluación más exhaustiva.
“El médico vino a verme finalmente alrededor de las 02:30 de la mañana y me dijo que creía que había sufrido un par de picaduras”, contó. Y luego agregó: “El médico se sorprendió cuando le dije que fueron 160 picaduras”.
De momento, está enfocado en su recuperación, que no está siendo sencilla. “Me siento realmente bastante débil y cansado porque no he dormido desde que ocurrió porque hay demasiado dolor. Las picaduras han empeorado y se han vuelto moradas”, concluyó.