En un espeluznante descubrimiento, los exploradores urbanos Mitch Johnson y Jake Parr, conocidos por sus aventuras y exploraciones, se encontraron con un intimidante bungalow en Escocia que los dejó profundamente perturbados. “Probablemente, fue uno de los lugares más incómodos en los que he estado”, dijo Johnson al medio Kennedy News, confesando su inquietud.
Selkirk, Escocia, fue el destino de estos exploradores, quienes viajaron desde Manchester, Inglaterra, durante seis horas y media para explorar una casa abandonada con una tenebrosa historia. El dúo había oído hablar de esta propiedad, donde una mujer acumulada juguetes tras la muerte de su esposo en los años ochenta.
“El taller de su marido también permaneció intacto y sus herramientas parecían estar justo donde las dejaron”, narró Johnson. “Solo se podía entrar al dormitorio, el resto eran ositos de peluche, así que tenía como dos metros de profundidad”. Cuando los amigos viajan a casas que han encontrado por internet, nunca saben si podrán entrar a la propiedad porque se niegan a entrar a la fuerza.
Johnson describió el bungalow como uno de los lugares más aterradores que ha visitado “El aire estaba húmedo y la atmósfera cargada de polvo”, lo que hacía incluso difícil respirar. “El lugar estaba lleno de telarañas”, agregó en su relato.
A pesar de que la casa estaba situada en una zona remota del bosque, lo que implicó una caminata de aproximadamente una hora, lograron entrar a través de un hueco en el panel faltante de la puerta trasera. “Estábamos atravesando un bosque de pinos y escuchábamos todo tipo de ruidos y ramas que se rompían”, dijo Johnson, describiendo lo solitario y aislado que era la ubicación.
Cada habitación del bungalow estaba repleta de juguetes y ositos de peluche, algunos de ellos coleccionables y de alto valor. “Había como 200 o 300 muñecas de colección, algunas costaban mil dólares cada una”, detalló Johnson. Ambas salas y pasillos estaban invadidos por peluches de Monsters Inc., Care Bear y otras figuras conocidas. “Todos los ositos de peluche que puedas imaginar. Abundaban ositos de peluche”, afirmó Mitch.
El recorrido dentro de la casa se volvió intolerable para Johnson, quien terminó abandonando el lugar prematuramente mientras su compañero, Jake Parr, se quedó para tomar fotografías. “No podía esperar a salir de allí”, confesó Johnson, destacando que había sacrificado tomar varias fotografías por el miedo que tenía.
Durante la exploración, Johnson admitió haber alcanzado una sensación emocional al ver tantas pertenencias reunidas por la difunta. “La vida es extremadamente corta y las cosas que acumulas no significan absolutamente nada”, reflexionó Johnson.
Johnson y Parr, quienes se conocieron en 2015 y han explorado múltiples lugares juntos desde entonces, comparten sus experiencias a través de la página de Facebook No Limits, que cuenta con más de 51.000 seguidores. También tienen una cuenta de YouTube e Instagram.
La exploración para Johnson es más que solo una actividad, es una conexión con la historia y las vidas pasadas de lugares abandonados. “Puedes sentir lo húmedo que estaba el lugar”, describió Johnson el interior del bungalow, una característica que resaltó como un testimonio de las duras condiciones dentro de la casa.
Johnson exploró sitios tan diversos como palacios en Portugal y mansiones abandonadas en Marbella. Además, investigan y comparten en sus redes sociales algunos lugares remotos como bosques, casas deshabitadas e incluso la icónica mansión victoriana abandonada del alcalde de Manchester. En distintas plataformas, los chicos comparten con sus seguidores cómo logran entrar esta clase de lugares y suelen subir clips donde el público se asombra y esperan con ansias cuál será la próxima aventura.