Gante: una joya escondida en Bélgica

Situada estratégicamente entre Bruselas y Brujas, Gante, conocida en neerlandés como Gent, es una joya escondida que ofrece una mezcla única de historia, cultura y modernidad. Esta ciudad flamenca, con una población de alrededor de 250,000 habitantes, es uno de los destinos más encantadores y menos explotados turísticamente en Bélgica. A diferencia de sus vecinas más conocidas, Gante conserva una autenticidad y un dinamismo que la hacen destacar como un lugar imprescindible para visitar.

Gante tiene un rico pasado histórico, evidenciado en su impresionante arquitectura medieval. Uno de los principales atractivos es el Castillo de los Condes (Gravensteen), una majestuosa fortaleza del siglo XII que fue residencia de los condes de Flandes. Este castillo, restaurado en el siglo XIX, ofrece una fascinante mirada al pasado bélico y feudal de la región. El centro histórico de Gante también alberga la majestuosa Catedral de San Bavón (Sint-Baafskathedraal), donde se encuentra una de las pinturas más influyentes del arte occidental: el políptico “La Adoración del Cordero Místico”, obra de los hermanos Van Eyck. Además, la torre de Belfort, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ofrece vistas panorámicas impresionantes de la ciudad y es otro de los icónicos monumentos que no se pueden perder.

Gante es una ciudad vibrante y juvenil, en gran parte gracias a su importante población estudiantil. Alberga la Universidad de Gante, una de las instituciones educativas más reconocidas de Bélgica, lo que le infunde un aire de dinamismo y modernidad. La vida nocturna de Gante es igualmente activa, con una amplia oferta de bares, cafés y restaurantes que ofrecen una variada gastronomía, desde platos tradicionales flamencos hasta opciones internacionales. El corazón cultural de la ciudad, sin embargo, pulsa fuertemente en su oferta artística. El Museo de Bellas Artes (MSK) y el Museo de Arte Contemporáneo (S.M.A.K.) son destinos obligados para los amantes del arte. Además, el Festival de Gante, que se celebra cada julio, convierte a la ciudad en un enorme escenario donde se realizan conciertos, espectáculos teatrales y diversas actividades culturales al aire libre.

Gante es una ciudad de canales, a menudo comparada con Brujas por su encanto acuático, aunque menos saturada de turistas. Los paseos en barco a lo largo de estos canales ofrecen una perspectiva única de la ciudad, navegando entre antiguas casas gremiales y modernos edificios que se integran armoniosamente con el entorno histórico. Las áreas verdes no faltan en Gante; el Parque de la Ciudadela (Citadelpark) es ideal para un paseo relajante, mientras que los Jardines Botánicos de la Universidad ofrecen una exuberante variedad de flora. Además, el río Lys proporciona un hermoso telón de fondo para actividades recreativas y picnics.

Gante también se enorgullece de ser una ciudad ecosostenible, destacándose por sus numerosas iniciativas ambientales. Ha implementado un ambicioso plan para reducir su huella de carbono y promover el uso de bicicletas, con una extensa red de carriles para ciclistas que facilitan el transporte limpio y eficiente. Asimismo, la ciudad combina perfectamente su rica historia con toques modernos. El barrio de Dok Noord, un antiguo puerto industrial, se ha transformado en una vibrante zona con innovadores proyectos residenciales y comerciales, reflejando el espíritu progresista de Gante.

Finalmente, Gante ha recibido premios por la iluminación nocturna de sus monumentos, entre ellos uno otorgado por Phillips. Los motivos para fotografiar en esa hora azul son muchos: un campanario Patrimonio de la Humanidad, el castillo de los Condes de Flandes, la Antigua Lonja del Pescado o el puente de San Miguel. Mirando hacia el canal, se pueden apreciar los antiguos muelles de Graslei y Korenlei; girando la vista a la derecha, aparecen las torres alineadas de la iglesia de San Nicolás, el Ayuntamiento y la catedral de San Bavón.

Gante es una ciudad que fascina por su rica historia y su impresionante arquitectura medieval y por otro lado cautiva con su vibrante vida cultural y su compromiso con la sostenibilidad.