Arqueólogos han desenterrado un esqueleto sorprendentemente bien conservado de una persona influyente de hace 2.200 años en la antigua ciudad romana de Literno, dentro de la fascinante “Tumba de Cerbero”. Este hallazgo, ubicado en la ciudad de Giugliano al noroeste de Nápoles, fue descubierto cerca de una necrópolis romana.
Los investigadores han revelado que el esqueleto, cubierto por un sudario y acompañado por utensilios funerarios como frascos de ungüentos y una herramienta romana utilizada para raspar la suciedad del cuerpo antes de los baños, se encuentra en un “estado de conservación excelente”. “Las condiciones dentro de la cámara funeraria parecen haber mineralizado el sudario”, explicó el Ministerio de Cultura de Italia.
Los arqueólogos han encontrado previamente un gran número de sitios de entierro en la misma área, que datan de la época de la República Romana (510 a.C. a 31 a.C.) hasta la Era Imperial Romana (31 a.C. a 476 d.C.). Guigliano, situada en Campania, fue colonizada por los antiguos griegos entre los siglos VIII y VII a.C. La tumba fue descubierta por la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje, que no solo quedó impactada por lo bien conservados que estaban los cuerpos, sino también por el método utilizado.
Según enfatizaron desde el Ministerio, “la Tumba de Cerbero continúa proporcionando información valiosa sobre el territorio Flegreo cerca de Liternum”. El impacto de esta tumba ha sido de mayor relevancia no solo por su contenido, sino también por su erudita ornamentación, que incluye pinturas del perro infernal de tres cabezas Cerbero, símbolo de guardián del inframundo y la policía infernal que evita que los muertos escapen del infierno.
Además de Cerbero, el mural de la tumba presenta dibujos de centauros marinos con cabeza y torso de hombre, patas delanteras de caballo, y cola de pez. Esta decoración suntuosa llevó a los investigadores a sospechar que el sepulcro fue construido por una familia influyente. De acuerdo con Marian Nuzzo, superintendente de la región, “en los últimos meses, los análisis de laboratorio realizados sobre muestras tomadas de las inhumaciones y de las camas deposicionales han devuelto una cantidad considerable de datos sobre el tratamiento del cuerpo del difunto y el ritual funerario llevado a cabo, enriqueciendo significativamente nuestro panorama de conocimiento”.
Un equipo interdisciplinario de científicos, compuesto por arqueólogos, químicos y antropólogos, está investigando los restos. Se cree que el individuo podría haber sido “el progenitor de la familia para la cual se construyó el mausoleo”, basado en el cuidado particular otorgado al fallecido. “Los hallazgos podrían arrojar más luz sobre la demografía social y cultural de Nápoles hace unos 2000 años”, según lo revelado por el Ministerio de Cultura de Italia.
Los análisis de pólenes encontrados en la tumba sugieren que la persona enterrada fue tratada con ungüentos que contenían ajenjo (artemisia) y una planta floreciente llamada chenopodio. Estos hallazgos botánicos proporcionan pistas sobre las prácticas funerarias y los rituales de conservación del cuerpo en esa época.
Dentro del sarcófago, los arqueólogos también hallaron otros elementos acompañantes que esperan estudiar para determinar su origen y fabricación. Este análisis ayudará a comprender mejor las técnicas utilizadas por los antiguos romanos y los posibles intercambios culturales y comerciales de la época.
El siguiente paso en la investigación incluye la realización de análisis de ADN con la esperanza de identificar los restos humanos momificados en la tumba. Estos esfuerzos podrían proporcionar una visión incomparable sobre las costumbres funerarias y los vínculos de parentesco de la antigüedad romana.
La región donde se encuentra la Tumba de Cerbero es rica en restos funerarios que datan desde la era republicana hasta la edad imperial romana, lo que convierte a cada descubrimiento en una pieza clave para entender la evolución de las prácticas funerarias en esta área.