El Parlamento turco ha dado un paso más hacia la aprobación de un proyecto de ley que busca regular los millones de perros callejeros en el país, generando preocupaciones entre los activistas de derechos de los animales. La medida, propuesta por el partido gobernante de Recep Tayyip Erdogan, ha sido aprobada en comité y está a la espera de una votación final en la asamblea.
El presidente turco abordó la problemática tras la aprobación del comité, declarando que “aunque algunas personas lo ignoran persistentemente, Turquía tiene un problema con los perros callejeros”. Citando informes del gobierno, el presidente agregó que aproximadamente 4 millones de perros callejeros deambulan por las calles y áreas rurales de Turquía. Si bien muchos de estos animales no son peligrosos, un número creciente forma manadas y ha causado ataques en Estambul y otras ciudades.
El proyecto de ley establece que los ayuntamientos deben capturar a los perros callejeros y alojarlos en refugios donde serían esterilizados. Los perros que estén en dolor, con enfermedades terminales, representen un riesgo de salud para los humanos o sean agresivos, serían sacrificados. Los alcaldes que no cumplan con sus responsabilidades podrían enfrentar penas de cárcel de seis meses a dos años, y las multas para aquellos que abandonen mascotas se incrementarían de 2000 liras (60 dólares) a 60,000 liras (1800 dólares).
Expertos y defensores de derechos animales expresan serias preocupaciones sobre la implementación de estas medidas. Turkan Ceylan, veterinaria y activista, señaló que “cuando hablamos de refugios para perros callejeros, ya existen muy pocos en Turquia. Abrir un camino para la matanza de estos animales”. Ella también advirtió sobre el peligro que representa para los animales las condiciones en los refugios y los vehículos utilizados para capturarlos. “No hay animal que entre a un refugio que salga sano”, afirmó Ceylan.
Por otro lado, las regulaciones existentes ya exigen capturar, esterilizar y devolver a los perros a sus lugares de origen, pero la falta de implementación eficaz ha resultado en una explosión de la población canina. Activistas sugieren que una aplicación adecuada de las actuales regulaciones sería suficiente para controlar la población. Según Associated Press y varios medios, el ministro de Justicia Yilmaz Tunc, al ser cuestionado por periodistas afirmó que “cualquiera que mate perros sin razón será castigado”.
El principal partido de la oposición, que ganó municipios clave en las elecciones locales de marzo, teme que el gobierno de Erdogan utilice esta ley para atacar a los alcaldes de la oposición. Mientras tanto, Murat Pinar, líder de una asociación que busca medidas para garantizar la seguridad en las calles contra perros callejeros, sostuvo que al menos 75 personas, incluidos 44 niños, han sido asesinadas como resultado de ataques o accidentes de tráfico causados por perros desde el año 2022.
Durante las reuniones públicas sobre el proyecto de ley la semana pasada, los representantes de algunas ONG fueron excluidos de las observaciones procedimentales. Activistas se han congregado en parques exigiendo la retirada de lo que llaman la “ley de la masacre”. En palabras de un activista concernido, “Sabemos muy bien que esto significa muerte.”
Erdogan también mencionó que los perros callejeros “atacan a niños, adultos, ancianos y otros animales, dañan los rebaños de ovejas y cabras y causan accidentes de tráfico”. La propuesta también obliga a los municipios a construir refugios para perros o mejorar las condiciones de los existentes para el año 2028.
El tema ha suscitado una profunda división en la sociedad turca, generando un amplio debate sobre la eficacia y la ética detrás del control de la población de perros callejeros. Defensores de los animales insisten en que los recursos deben destinarse a la educación pública, la vacunación y la esterilización, en lugar de centrarse en el confinamiento y la eutanasia.
Con estas medidas, el gobierno afirma buscar una solución permanente al problema de los perros callejeros, aunque aún queda por ver cómo se traducirán estas regulaciones en la práctica diaria y si cumplirán los objetivos de proteger tanto a la sociedad como a los animales.