Con solo 1.300 habitantes, el pintoresco pueblo de Montgomery, ubicado en el corazón del campo galés y cerca de la frontera con Inglaterra, alberga una vasta historia que lo convierte en un destino atractivo tanto para los amantes de la historia como para los amantes de la gastronomía. Este pequeño pueblo cuenta con las ruinas de un imponente castillo, una iglesia histórica, un restaurante mencionado en la Guía Michelin, y una leyenda espeluznante de hace 200 años.
La historia de Montgomery se remonta casi un milenio atrás. En 1070, el señor normando Roger de Montgomery construyó un castillo motte-and-bailey de madera en Hen Domen, al noroeste del actual pueblo. Posteriormente, el rey Enrique III reemplazó esta fortificación con un castillo de piedra más robusto en 1223 para defenderse del príncipe galés Llywelyn el Grande.
Aunque el castillo resistió ataques en los siglos XIII y XV, fue destruido durante las Guerras Civiles Inglesas en 1644 por el ejército parlamentario. Hoy en día, solo quedan muros en ruinas, protegidos por Cadw, la organización oficial encargada del patrimonio histórico galés.
Al descender por el empinado peñasco donde se erigen las ruinas del castillo, se llega al tranquilo pueblo de Montgomery, cuya configuración urbana ha permanecido prácticamente inalterada desde el periodo medieval. Cabe destacar la iglesia parroquial de San Nicolás, de 1226, y el mercado medieval que, desde 1227, se lleva a cabo semanalmente en el ayuntamiento, independientemente del clima.
Qué es lo que hace a Montgomery tan especial
Una de las características más intrigantes de Montgomery es la Tumba del Ladrón, ubicada en el cementerio de la iglesia de San Nicolás. Según una leyenda local, en 1821, un yesero de Wrexham fue ahorcado públicamente tras ser encontrado culpable de robo y asalto. En sus últimas palabras, profetizó: “Si soy inocente, la hierba no cubrirá mi tumba durante al menos una generación”. Asombrosamente, la predicción parece haberse cumplido, ya que aún hoy en día, la tumba sigue mostrando parches desnudos donde no crece hierba.
Montgomery también es notable por su ayuntamiento construido en 1748, ubicado en una pintoresca plaza adornada con coloridas banderas. La arquitectura alrededor de la plaza, incluyendo el mismo ayuntamiento, presenta una fuerte influencia georgiana. Entre los 141 edificios catalogados del pueblo, destaca uno conocido como The Dragon Hotel, que se refiere a una construcción con entramado de madera que data de 1630 y que en su momento fue una posada para diligencias. Este hotel es actualmente un establecimiento familiar.
El pueblo de Montgomery alberga una gran variedad de negocios locales. Se encuentran desde cafeterías, tiendas de antigüedades y librerías, hasta una cervecería y un viñedo. Asimismo, destaca The Checkers, un restaurante que antiguamente fue una posada del siglo XVII. El lugar, gestionado por una pareja de esposos, ha sido incluido en la Guía Michelin y es conocido por su excelente gastronomía.
Para aquellos interesados en contextualizar la evolución histórica del pueblo, un museo de historia local y un museo de coches a escala proporcionan una visión detallada del pasado y los intereses de la comunidad. Además, Montgomery recibió una Carta Real en 1227, lo que le permite realizar ferias y mercados que atraen tanto a residentes como a turistas.
Montgomery es mucho más que un pueblo pequeño; es un tesoro escondido que ofrece una combinación única de historia medieval, tradiciones consagradas y vibrante vida local. Su rica historia, desde su fundación tras la conquista normanda hasta las leyendas que persisten hasta el día de hoy, transforma este lugar en un destino imprescindible para aquellos que buscan una experiencia auténtica y educativa en el corazón de Gales.