En la década de 1930, ser judío en Alemania significaba vivir bajo una intensa presión y peligro constante. El ascenso al poder de Adolf Hitler y el Partido Nazi en 1933 marcó el inicio de una sistemática persecución y discriminación hacia la comunidad judía. Las políticas racistas y antisemitas del régimen nazi, junto con la creciente violencia, hicieron la vida cada vez más insoportable para los judíos alemanes. La situación se agravó dramáticamente en 1938 con eventos como la Kristallnacht, una noche de violencia extrema que resultó en la destrucción de sinagogas y la detención de miles de judíos.
En este contexto de creciente hostilidad y peligro, las familias judías intentaban desesperadamente encontrar una salida del país. Una de esas historias dramáticas se centra en Rolf Friedland, un joven judío de 17 años que, solo y aislado, supo que dejar Alemania era crucial para su supervivencia. Su encuentro con el defensor inglés Bert Sproston cambió el curso de su vida, permitiéndole escapar de la persecución nazi y comenzar de nuevo con una nueva identidad: Ralph Freeman.
Todo comenzó luego de que Alemania recibiera al equipo de fútbol de Inglaterra en mayo de 1938, Rolf Friedland esperaba pacientemente fuera del Olympiastadion de Berlín. Como muchos fans del deporte, este joven estaba ansioso por conversar con algunas de las estrellas del fútbol; pero para él, había mucho más en juego. Friedland sabía que uno de los jugadores ingleses en ese partido tenía el poder para salvar su vida.
“Me van a matar”
La familia de Friedland ya había huido de Alemania, dejándolo solo y aislado, consciente de que salir del país era esencial para su supervivencia. “Psicológicamente, él estaba desesperado por salir”, contó su hijo, Alan Freeman en diálogo con CNN. “Se quedó con la esperanza de que sus padres pudieran sacarlo, pero no estaba completamente seguro de ello”.
Determinación y desesperación llevaron a Friedland al estadio ese 14 de mayo de 1938. Ideó un plan para atraer la atención de un jugador inglés que pudiera ayudarlo a escapar del país.
Al salir los jugadores del estadio, fue Bert Sproston, defensor del Tottenham Hotspur, quien se detuvo a escuchar a Friedland. “No creo que mi padre seleccionara especialmente a Sproston como la persona más probable para ayudarle”, dijo Alan. “Simplemente habló con ese jugador en particular, y ese jugador registró la desesperación de mi padre. Tocó su corazón y decidió hacer algo al respecto”.
Sproston fue un destacado defensor inglés cuya carrera deportiva abarcó varios equipos importantes en el fútbol inglés. Inició su carrera profesional en el Leeds United en 1931, donde jugó hasta 1933 antes de unirse al Manchester City. Su paso por Manchester City fue notable, contribuyendo significativamente al equipo hasta 1938, año en que se trasladó a Tottenham Hotspur. Después de su etapa en el Tottenham, también jugó brevemente para el Bolton Wanderers. Además, Sproston tuvo el honor de representar a su país, vistiendo la camiseta de la selección de Inglaterra en varias ocasiones.
La vida en peligro de los judíos en Alemania
Mientras que Sproston no conocía los detalles específicos de la vida de los judíos en Alemania, el autor y periodista John Leonard cree que estaba al tanto de la hostilidad nazi hacia los judíos. “Estoy seguro de que se dio cuenta de que para los judíos en Alemania, para decirlo educadamente, les esperaba un tiempo difícil”, comentó Leonard.
Europa estaba al borde de la guerra cuando Inglaterra se dirigió a Berlín en 1938. Las tensiones geopolíticas estaban al límite y el poder de Hitler y el Partido Nazi continuaba creciendo. Ese año incluyó eventos críticos como la anexión de Austria y la Kristallnacht, la Noche de los Cristales Rotos, en noviembre.
“1938 fue un año realmente crucial”, explicó Berkowitz. La violencia contra los judíos aumentó dramáticamente, incluyendo la quema de sinagogas y ataques en las calles. Según el Museo Memorial del Holocausto de EE.UU., al menos 91 judíos fueron asesinados y 30,000 hombres judíos alemanes fueron arrestados y enviados a campos de concentración durante la Kristallnacht.
Conseguir una visa para el Reino Unido y comenzar una nueva vida
Después de hablar con Sproston, quien llevó sus detalles de vuelta a Gran Bretaña, Friedland obtuvo una visa para el Reino Unido y pudo dejar Alemania antes de los eventos de noviembre. “No solo Bert Sproston cambió la vida de Ralph Freeman. Le salvó la vida”, sostuvo Leonard. “Sin su intervención, las probabilidades eran que Ralph Freeman hubiera terminado en un campo de concentración”.
El resultado de ese encuentro fue que Sproston tomó los datos de Freeman y los llevó de vuelta al Reino Unido. Gracias a su intervención, él obtuvo una visa para visitar Inglaterra y ver a su equipo favorito jugar. “Necesitas a alguien que te respalde, o puedes venir como parte de algún esfuerzo organizacional”, explicó Berkowitz a CNN. Añadió que era muy difícil obtener una visa sin conexiones personales.
Así, Freeman logró abandonar Berlín y llegó a Londres semanas antes del 9 y 10 de noviembre de 1938 cuando ocurrió la Kristallnacht. Este momento marcó una diferencia clave para sus perspectivas de sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial. Freeman fue finalmente capaz de huir antes de que se intensificara la persecución que llevó a muchos judíos a los campos de concentración.
Un legado que perdura
Sproston falleció en 2000, y Ralph Freeman en 2010, pero permanecieron en contacto hasta el final. Alan Freeman comentó que su relación se mantuvo fuerte, incluso tras la muerte de Sproston, gracias a la conexión que habían formado.
Alan concluyó: “Si todos pudiéramos actuar con decencia hacia los demás de la manera en que Bert lo hizo con mi padre, el mundo sería un lugar mejor”.