Los zapatos han sido una parte integral de la vida humana desde tiempos antiguos. Las sandalias más antiguas conocidas tienen 10.400 años y fueron encontradas en la cueva Fort Rock en Oregón, Estados Unidos, según declaró Thomas Connolly, director de investigación arqueológica del Museo de Historia Natural y Cultural de la Universidad de Oregón. Sin embargo, la historia del calzado podría remontarse a fechas mucho anteriores.
Los hallazgos más antiguos
En 1938, los arqueólogos comenzaron las excavaciones en la cueva Fort Rock y descubrieron docenas de sandalias tejidas con corteza de artemisa y otras fibras naturales. Connolly señaló que calzado similar ha sido encontrado en casi una docena de yacimientos alrededor de la Gran Cuenca, una región árida situada entre la Sierra Nevada y las Montañas Rocosas. “En general, están muy bien hechas, con suela plana y cubrepiés”, explicó Connolly a Live Science.
Los investigadores han encontrado otros zapatos antiguos en distintas partes del mundo. En Armenia, se hallaron zapatos de cuero con una antigüedad de 5.500 años, mientras que en España se encontraron sandalias de hierba de unos 6.200 años. En Missouri, Estados Unidos, se ha encontrado calzado de hasta 8.300 años. No obstante, estos registros palidecen en comparación con los hallazgos hipotéticos de huellas de zapatos en África.
En un estudio realizado en 2023, los investigadores liderados por Charles Helm, investigador asociado de la Universidad Nelson Mandela de Sudáfrica, analizaron huellas fósiles en una playa de Sudáfrica. Estas huellas, datadas en hasta 150.000 años, podrían haber sido hechas por humanos que llevaban algún tipo de calzado rudimentario. Las huellas presentan similitudes con huellas humanas, salvo por la ausencia de impresión de los dedos. “Es maravillosamente evocador pensar en nuestros antepasados, que hace mucho tiempo tenían la capacidad de desarrollar y usar zapatos”, comentó Helm a Live Science.
Usos históricos del calzado en América del Norte
Los científicos entrevistaron a grupos nativos en el área de Oregón, como los pueblos Klamath y Paiute del Norte. Descubrieron que el calzado tejido se utilizaba principalmente en invierno para trabajar en pantanos y lagos fríos, donde era necesario recuperar redes de pesca o cosechar juncos para esteras y cestas. “Los informantes de Klamath le dijeron al etnógrafo Samuel Barrett que se usaban zapatos tejidos para ‘poder caminar en pleno invierno con relativa comodidad a través de pantanos donde el agua es extremadamente fría’”, mencionó Connolly. Aunque estas sandalias eran porosas, sus fibras ayudaban a retener el calor corporal, manteniendo los pies calientes incluso cuando estaban mojados.
Un conjunto de restos humanos encontrado en Nevada, conocido como la momia de la cueva Spirit, podría contener evidencia de calzado más antiguo que las sandalias de Fort Rock. Estos restos tienen aproximadamente 10.600 años, y la momia está vestida con mocasines de piel. Sin embargo, aún no se ha medido la edad de este calzado, según expresó Connolly.
Experimentación para recrear huellas antiguas
Para investigar cómo podrían haber sido los zapatos antiguos, Helm y su equipo fabricaron varios tipos de calzado y crearon huellas en las arenas de la costa sur de Sudáfrica. Descubrieron que un diseño abierto, de suela dura y con huellas hechas en arena húmeda y moderadamente blanda era el más adecuado para compararse con las huellas fósiles analizadas. Además, examinaron arte rupestre san de 2.000 años de antigüedad que mostraba a un chamán con zapatos, lo cual aportó más contexto histórico a la investigación.
Aunque no hay evidencia directa de zapatos tan antiguos como 150.000 años, Helm sugiere que “es probable que las sustancias orgánicas con las que se fabricaba el calzado antiguo se hayan extinguido hace mucho tiempo, por lo que tuvimos que buscar otras pruebas”.