La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó con éxito el cohete Ariane 6 en su primer vuelo desde el Centro Espacial de Guayana, ubicado en Kourou, Guayana Francesa. Este acontecimiento marca el fin de una prolongada espera para la ESA que buscaba un nuevo vehículo de lanzamiento tras el retiro del Ariane 5 en julio de 2023.
El lanzamiento inicial del Ariane 6 consiguió completar la mayoría de los hitos previstos sin complicaciones significativas. Durante la misión, el cohete desplegó sus primeros satélites, lo que fue celebrado en la sala de control con aplausos.
Sin embargo, aproximadamente dos horas y cincuenta minutos después del despegue, se reportó una “anomalía” que impidió que el cohete completara su misión como se había planeado inicialmente. Esta anomalía se produjo cuando el motor del cohete dejó de funcionar antes de lo esperado, según informaron los oficiales de la ESA: “Un problema en el reinicio del motor causó que la misión no se completara como estaba previsto”.
A pesar de este inconveniente, el lanzamiento del Ariane 6 representa un gran avance para la ESA, que busca reducir su dependencia de proveedores externos y competir en el mercado global de lanzamientos satelitales, dominado principalmente por SpaceX y sus cohetes Falcon. “Ahora es el momento de que Europa apoye su acceso autónomo al espacio”, dijo Josef Aschbacher, director general de la ESA, criticando la decisión de EUMETSAT de usar un Falcon 9 de SpaceX para lanzar un satélite meteorológico en lugar de optar por el Ariane 6.
El surgimiento de ArianeSpace y el desarrollo de Ariane 6
La empresa Arianespace, fundada en 1980 y operadora del Ariane 6, ha sido una pieza clave en el desarrollo y la operación de lanzamientos espaciales comerciales. Parte del grupo ArianeGroup, una empresa conjunta entre Airbus y Safran, Arianespace se enfrenta al desafío de competir en un mercado que ha cambiado drásticamente en las últimas décadas debido a la entrada de SpaceX con precios relativamente asequibles.
El Ariane 6, cuyo coste de desarrollo ascendió a unos 4 mil millones de euros (4,325 mil millones de dólares), pretende ofrecer lanzamientos a un costo por debajo de los 100 millones de dólares, según declaraciones oficiales. Esto contrasta con el Falcon 9 de SpaceX, cuyo precio base es de 67 millones de dólares y que puede transportar una carga ligeramente mayor a la órbita terrestre baja.
El vuelo inaugural del Ariane 6 incluyó el lanzamiento de pequeños satélites, experimentos y demostraciones tecnológicas. El plan de la misión era que el motor que impulsa la parte superior del cohete se reiniciara dos veces para practicar múltiples paradas en órbita. Sin embargo, solo se logró un encendido antes de que se produjera la anomalía, logrando desplegar algunas de sus cargas útiles.
Cuáles son los problemas que tuvo Ariane 6
La industria europea del lanzamiento espacial ha enfrentado varios desafíos últimamente. Además del retiro del Ariane 5, el cohete Vega-C ha estado en tierra desde un fallo en diciembre de 2022. Estos contratiempos han causado que varios clientes potenciales, como EUMETSAT, busquen opciones alternativas en lugar de arriesgarse con los retrasos europeas.
A pesar de estos obstáculos, el lanzamiento del Ariane 6 ha generado expectativas positivas. Funciona como un primer paso para que Europa recupere su autonomía en el acceso al espacio y pueda competir en el mercado de lanzamientos comerciales, aunque no sea posible igualar a SpaceX en términos de precio.
“El final del lanzador está a la vista, y ahora es el momento de que Europa apoye su acceso autónomo al espacio”, enfatizó Aschbacher. Además, Arianespace ya ha firmado contratos importantes, incluidos planes para lanzar algunos de los nuevos satélites de la constelación de internet de Amazon.
El lanzamiento del Ariane 6 refuerza la capacidad europea en la industria aeroespacial y representa un intento por resolver la crisis de acceso al espacio que la ESA ha enfrentado en los últimos meses. A pesar de la “anomalía” durante el vuelo inaugural, los funcionarios de Arianegroup, Arianespace y la ESA celebraron el suceso como un hito que marca el regreso de Europa al espacio. La misión concluía con la expectativa de que la etapa superior del cohete se hundiera deliberadamente en el océano cerca de Punto Nemo, pero esto no llegó a suceder debido a la detención prematura del motor.