Antonya Cooper, de 77 años, quien reside en Abingdon, Inglaterra, confesó haber administrado una dosis letal de morfina a su hijo Hamish en 1981, cuando éste tenía 7 años y padecía de cáncer en etapa 4. En una entrevista con BBC Radio Oxford, Cooper declaró que su intención era aliviar el intenso dolor que sufría su hijo debido a un neuroblastoma, una forma de cáncer común entre niños.
Hamish fue diagnosticado con esta enfermedad a los 5 años y recibió un tratamiento de 16 meses en el Hospital Great Ormond Street de Londres, según informó BBC. Pese a los cuidados médicos, el niño seguía experimentando un dolor severo. Cooper explicó que, en su última noche, le preguntó a Hamish si quería que le quitara el dolor, a lo que él respondió afirmativamente. A través de su catéter Hickman, le administró una gran dosis de morfina, lo que provocó su muerte.
En su relato a BBC Radio Oxford, Cooper mencionó sentir que su hijo, de alguna manera, sabía lo que estaba sucediendo y que la intervención era inevitable. Aunque afirmó que fue lo correcto, también reconoció que su acción era legalmente cuestionable y estaba dispuesta a enfrentar las consecuencias. Sin embargo, comentó que debido a su propio estado terminal, será difícil que las autoridades la juzguen.
La policía de Thames Valley informó que ha iniciado una investigación sobre estos hechos ocurridos hace más de 40 años. Una portavoz de la policía dijo a PEOPLE que están al tanto de los informes relacionados con el supuesto caso de muerte asistida de un niño de siete años en 1981 y que se hará una investigación preliminar para determinar los pasos a seguir.
Según la BBC, Cooper, después de la muerte de su hijo, se dedicó a crear conciencia sobre el neuroblastoma y fue parte de la fundación de la organización benéfica Neuroblastoma UK. La organización se formó en 1982, después de que un grupo de padres que habían perdido a sus hijos por esta enfermedad se unieran para apoyar a otros niños y sus familias.
El neuroblastoma, según la Organización Mundial de la Salud, es uno de los tipos de cáncer más comunes en la infancia. Se desarrolla a partir de células nerviosas inmaduras que generalmente se encuentran en las glándulas suprarrenales, aunque también puede aparecer en diversas partes del cuerpo como los riñones, el pecho, el cuello y la columna vertebral. La Clínica Mayo añade que el tratamiento para esta enfermedad puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia y trasplante de médula ósea.
Cooper insistió en la necesidad de revisar las leyes sobre la muerte asistida en el Reino Unido. En la entrevista con BBC Radio Oxford, subrayó que no entendía por qué el alivio del sufrimiento que se ofrece a los animales domésticos no puede aplicarse también a los seres humanos en situaciones terminales o de dolor extremo.
Según The Times, Cooper ha sido diagnosticada con cáncer de mama y páncreas, el cual también se ha extendido a su hígado. Este estado terminal hace que la posibilidad de enfrentar una consecuencia legal sea incierta. Para Cooper, la prioridad era evitar el sufrimiento prolongado y severo de su hijo, algo que reitera constantemente en su entrevista.
De acuerdo con The Times, a lo largo de los años, Cooper ayudó a lanzar y desarrollar la organización benéfica Neuroblastoma UK, que continúa su misión de apoyar a familias que enfrentan esta difícil enfermedad. La sociedad, inicialmente creada como la Sociedad de Neuroblastoma en 1982, nació del deseo de varios padres en duelo de ayudar a otros niños.
Hamish, quien fue diagnosticado a los 5 años y originalmente se le dio un pronóstico de solo tres meses de vida, recibió tratamiento prolongado pero no pudo escapar del dolor. La madre ahora busca que otros niños no tengan que pasar por el mismo nivel de sufrimiento que enfrentó su hijo.
La situación ha reabierto el debate en el Reino Unido sobre la legalidad y la ética de la muerte asistida, un tema que sigue siendo controvertido y divisivo. Cooper, en su entrevista, expresó la esperanza de que su historia impulse un cambio en las políticas que permitan aliviar el sufrimiento extremo en enfermos terminales.