En el siglo XII, en el tranquilo pueblo inglés de Woolpit, ubicado en Suffolk, Inglaterra, ocurrió un evento que desafía la lógica y sigue siendo objeto de debate entre los historiadores: la aparición de dos niños con la piel verde. Según los relatos históricos conservados por los cronistas William de Newburgh y Ralph de Coggeshall, estos niños, un niño y una niña, fueron descubiertos alrededor de 1150 por campesinos locales.
Según los testimonios, los niños fueron encontrados durante la cosecha, emergiendo de uno de los pozos destinados a cazar lobos que dieron nombre al lugar, ya que Woolpit en inglés antiguo es wulf-pytt.
La reacción inicial de los aldeanos fue de sorpresa y curiosidad. Más allá de su piel verde, los niños vestían ropas hechas de materiales desconocidos y de colores extraños. Pero lo más desconcertante de todo fue que hablaban en un idioma que nadie entendía. Este “galimatías”, como lo describieron los lugareños, y su actitud nerviosa aumentaron el misterio.
Al ser llevados a la casa de Sir Richard de Calne, un noble local, los niños continuaron desconcertando a todos al rechazar los alimentos que se les ofrecían. Sin embargo, después de unos días, encontraron en el jardín de De Calne unas judías verdes, que comieron con entusiasmo. Con el tiempo, fueron aceptando la comida que los aldeanos les proporcionaron y su piel verde comenzó a perder su peculiar tono. Aunque el niño no sobrevivió mucho tiempo, la niña, bautizada como Agnes Barre, prosperó, aprendió inglés y logró contar su historia de vida a los habitantes de Woolpit.
La leyenda detrás de la tierra de San Martin
Agnes, una vez alcanzada una comprensión básica del inglés, narró una historia que solo añadió más capas al enigma de su origen. Según ella, ambos niños provenían de una misteriosa tierra llamada San Martin. Esta región era descrita como un lugar donde el sol rara vez brillaba y la luz predominante era similar al crepúsculo que precede al amanecer o sigue al atardecer. Según su relato, era un país cristiano con iglesias y una gran veneración hacia San Martín. Esta tierra también estaba separada de otra región más luminosa por un considerable río.
La niña explicó que un día, mientras ella y su hermano estaban alimentando los rebaños de su padre, escucharon un sonido fuerte, parecido al de las campanas que ahora escuchaban en San Edmund. Mientras escuchaban con admiración, fueron trasportados de repente al lugar donde los encontraron en Woolpit, como si hubieran sido hipnotizados y llevados a otro mundo.
Este relato dejó perplejos a historiadores y entusiastas del folklore. Algunas versiones sugieren que la descripción de San Martín podría simbolizar un lugar subterráneo lleno de cavernas y pasajes, donde la luz solar no llega y la vida se desenvuelve en una penumbra permanente. Otros, sin embargo, han interpretado esta descripción como evidencia de su origen extraterrestre, sugiriendo que Agnes y su hermano podrían haber venido de un mundo distinto, ya sea bajo tierra o fuera de nuestro planeta.
¿De dónde vienen los niños verdes de Woolpit?
La verdadera procedencia de los niños verdes de Woolpit sigue siendo motivo de conjeturas y teorías diversas, cada una aportando su granito de arena a este misterio.
Una de las explicaciones más pragmáticas postula que los niños estaban gravemente desnutridos, lo que podría haber causado la extraña coloración de su piel. La clorosis, o “la enfermedad verde”, es una condición causada por la anemia que puede conferir un tono verdoso a la piel debido a la falta de hierro.
La evidencia de que el color verde de la piel de los niños desapareció tras mejorar su dieta apoya esta teoría. Sin embargo, hay expertos que argumentan que la clorosis no da un tono verde tan intenso como el que describen las crónicas.
Otra teoría plausible sugiere que los niños podrían haber sido descendientes de inmigrantes flamencos que se refugiaron en Inglaterra. Durante el período conocido como ‘La Anarquía’, los conflictos internos en Inglaterra resultaron en la persecución y muerte de muchos flamencos. Los niños, perdidos y sin sus padres, podrían haber terminado en Woolpit, hablando su lengua nativa, el flamenco. Esto explicaría por qué los aldeanos consideraron su idioma como un “galimatías”.
Además, el “crepúsculo” podría referirse a la densidad del bosque de Thetford, cerca de Woolpit, que habría bloqueado la luz del sol, creando un ambiente oscuro y tenebroso.
Una teoría más fantástica pero ampliamente difundida es que los niños verdes de Woolpit eran en realidad seres extraterrestres. Esta especulación surgió en el siglo XVII cuando Robert Burton, en “La anatomía de la melancolía” (1621), sugirió que los niños “cayeron del cielo”. La idea de que la piel verde, la ropa extraña y el idioma ininteligible son características de seres de otro mundo ha persistido, encontrando eco en las descripciones modernas de extraterrestres como “pequeños hombrecillos verdes”. Aunque esta teoría carece de pruebas concretas, sigue siendo popular en el imaginario colectivo debido a su atractivo exótico.
La versión de Ralph de Coggeshall y William de Newburgh
Ambos cronistas, Ralph de Coggeshall y William de Newburgh, proporcionan relatos detallados pero ligeramente diferentes de los acontecimientos. Coggeshall, que escribió sobre los niños en su crónica, enfatiza el hecho de que fueron encontrados en un estado de desorientación cerca de uno de los pozos de lobos.
Según su relato, el cuidado y la alimentación proporcionada por Sir Richard de Calne permitieron a los niños recuperar su salud y aprender inglés. Newburgh, por otro lado, se muestra más intrigado por la aparición y el aspecto surrealista de los niños, y aunque registra el evento como un “prodigio milagroso”, no ofrece una explicación concreta para su origen.
Investigadores contemporáneos como los de Historic UK y Mental Floss han intentado dar sentido a esta historia a través de un enfoque más científico y racional. Las hipótesis modernas examinan la posibilidad de que los niños hayan sido envenenados con arsénico, lo que podría explicar el tono verdoso de su piel. También se han propuesto teorías sobre su posible refugio en túneles subterráneos durante tiempos de guerra, lo cual coincide con la descripción de un “país subterráneo” hecho por Agnes.