En una decisión sorprendente y controvertida, Grecia se diferenció de la tendencia global de semanas laborales más cortas. Optó en su lugar por una semana laboral de seis días y de 48 horas totales. Esta medida, que entró en vigor el último lunes, ha generado tanto apoyo como oposición en el país y en el ámbito internacional.
Según las autoridades, la medida de seis días laborales sólo se aplicará a las empresas privadas que operan las 24 horas del día. Los empleados en ciertos sectores podrán optar por trabajar dos horas extra cada día o un turno adicional de ocho horas. Otros, deberán cumplir con los seis días laborales.
Además, el aumento salarian por las horas agregadas será de un 40%. Y si el sexto día de trabajo es un domingo o feriado, los empleados recibirán un 115% adicional sobre el salario diario.
El gobierno pro empresarial de Kyriakos Mitsotakis, primer ministro griego, defendió esta iniciativa como una respuesta necesaria a varios desafíos críticos, como la disminución de la población y la escasez de trabajadores calificados. Mitsotakis describió la situación demográfica como una “bomba de relojería” para el país, según The Guardian.
Según el Ejecutivo, la medida viene a cubrir una “condición excepcional”, ya que en períodos específicos hay falta de oferta de trabajadores especializados en ciertos sectores que tiene que cubrirse de algún modo.
El éxodo de trabajadores jóvenes y educados, estimado en alrededor de 500.000 personas desde el estallido de la crisis de deuda en 2009, ha exacerbado la escasez de mano de obra.
Aunque esta ley está destinada a aplicarse solo en “períodos excepcionales” de aumento de carga de trabajo, los críticos temen que la medida se convierta en la norma, dado el histórico de pocas inspecciones laborales en Grecia.
El actual ministro de Trabajo, Adonis Georgiadis, defendió la ley. Argumentó que busca poner “orden” en un mercado laboral que describió como una “jungla”, donde la explotación laboral y las horas extras no declaradas son comunes, según la agencia EFE.
Según Georgiadis, la medida es una respuesta a la “falta de oferta de trabajadores especializados en ciertos sectores” que necesita ser abordada de algún modo.
La reacción de los sindicatos ha sido contundente. Akis Sotiropoulos, miembro del comité ejecutivo del sindicato de funcionarios Adedy, criticó duramente la nueva medida. “No tiene ningún sentido”, afirmó según The Guardian. “Cuando casi todos los demás países civilizados están poniendo en marcha la semana laboral de cuatro días, Grecia decide hacer lo contrario”, agregó.
Los críticos argumentan que la reforma erosiona derechos laborales básicos y da excesivo poder a los empleadores, quienes podrán imponer un sexto día de trabajo. Sotiropoulos concluyó: “Una mayor productividad conlleva mejores condiciones de trabajo, una mejor calidad de vida y eso, ahora sabemos, se trata de menos horas, no de más”.
Por su parte, Grigoris Kalomoiris, líder del sindicato de maestros jubilados Pesek, también criticó la medida. En declaraciones tomadas por The Guardian dijo: “Sabe que la mayoría de los griegos, con un salario mensual medio de 900 euros, solo pueden sobrevivir hasta el día 20 de cada mes”.
Y agregó: “Esta última medida bárbara no va a resolver el problema fundamental de la escasez de mano de obra y muchos de nosotros creemos que es muy injusta para los jóvenes griegos desempleados que tal vez nunca tengan un trabajo”.
Contexto Internacional
La tendencia global en muchos países ha sido reducir las horas laborales para aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida de los empleados.
En 2022, Bélgica aprobó una ley que permite a los empleados distribuir su semana laboral en cuatro días en lugar de cinco. Y países como el Reino Unido, Alemania, Islandia, Japón, Sudáfrica, Finlandia, Canadá y Nueva Zelanda, entre otros, han experimentado con programas similares.