A una hora de Montreal, se puede recorrer una impresionante Abadía que inspiró una famosa novela de misterio y asesinatos. En los cantones del este de Quebec, Canadá se encuentra la Abbaye de Saint-Benoît-du-Lac, una pintoresca Abadía que influyó en la exitosa novela de la autora canadiense Louise Penny, titulada “El bello misterio” que se estrenó el 28 de agosto de 2012.
La novela “El bello misterio”
En la apasionante novela de Louise Penny, publicada en 2012, los lectores son absorbidos por el mundo aislado y lleno de suspenso de un monasterio rural canadiense en los municipios del este de Quebec. Allí, decenas de monjes benedictinos de clausura viven devotos a la oración y la paz, hasta que el director del coro es asesinado. La novela sigue al inspector jefe Armand Gamache, quien investiga el asesinato en el monasterio ficticio Saint-Gilbert-Entre-les-Loups. Este monasterio ficticio, basado en la Abbaye de Saint-Benoît-du-Lac, muestra un entorno que refleja a cabalidad la vida monástica y su aislamiento, elementos que incrementan el dramatismo y la intriga de la trama.
Arquitectura y ubicación
Construida en 1938, la Abbaye de Saint-Benoît-du-Lac presenta una arquitectura que evoca las iglesias de Francia y los Países Bajos. La Abadía es un ejemplo destacado de cómo la influencia europea ha dejado su huella en la arquitectura canadiense. Las imponentes torres y las detalladas fachadas hacen que los visitantes sientan como si hubieran sido transportados al continente europeo. A poco más de una hora de Montreal y de Vermont, un viaje por la pintoresca autopista 10 E de Quebec hasta la Abadía ofrece una escapada tranquila. La abadía brinda a los viajeros la oportunidad de sumergirse en su impresionante arquitectura, explorar sus interiores sorprendentes y degustar sus famosas muestras de queso y sidra artesanales, proporcionando una experiencia contemplativa de la vida monástica.
Visitas guiadas y auto-guiadas
Antes de visitar la Abbaye de Saint-Benoît-du-Lac, es útil estar informado sobre los tipos de visitas guiadas que se ofrecen. Durante septiembre y octubre, se realizan recorridos en grupo para 15 personas o más, mientras que los grupos más pequeños pueden visitarla durante todo el año. Los tours tienen un costo de 14 euros para adultos y gratis para niños menores de 6 años. Además, las familias con niños menores de 18 años pueden obtener un paquete familiar por 30 euros.
La visita guiada dura aproximadamente una hora y 15 minutos e incluye una exploración exhaustiva de la vida monástica, abarcando desde los servicios y rituales hasta la elaboración artesanal de queso y sidra. Los visitantes pueden observar de cerca cómo los monjes utilizan técnicas tradicionales para mantener su autosuficiencia y sustentar a su comunidad.
Para aquellos que prefieren explorar a su propio ritmo, también se ofrece un recorrido autoguiado con audio, el cual proporciona una narración detallada sobre la historia, la arquitectura y las prácticas diarias de la Abadía. A través de este recorrido, se puede obtener una comprensión profunda de la vida monástica sin la necesidad de un guía físico, haciendo la experiencia más personalizada y flexible.
Cómo llegar
Saint-Benoît-du-Lac es uno de los municipios más pequeños de Quebec y se encuentra a unos 130 kilómetros de Montreal, lo que implica un viaje de aproximadamente 90 minutos. La autopista que conduce a la Abadía serpentea a través de los municipios del este, ofreciendo vistas panorámicas y oportunidades para detenerse y admirar el paisaje. Conducir a través de esta región es especialmente popular en otoño, cuando las hojas cambian de color y los largos tramos pintorescos permiten disfrutar del paisaje campestre de Quebec. El viaje en sí se convierte en una experiencia memorable, con colores vibrantes y una atmósfera relajante.
Exploración de la Abadía
Al llegar a la Abadía, los visitantes son recibidos por el majestuoso techo azul huevo de petirrojo y su llamativo campanario, que se alza frente a las vistas del lago Memphremagog. Los terrenos abarcan 534 acres (216 hectáreas), habitados por 25 residentes y 25 monjes. Esta vastedad de espacio proporciona un ambiente de serenidad y aislamiento, ideal para la reflexión y el retiro espiritual. Curiosamente, el abad de la Abadía también se desempeña como alcalde de la ciudad, un detalle que destaca la conexión profunda entre la abadía y la comunidad local.
El interior de la Abadía es igualmente impresionante. La combinación armoniosa de diseño moderno y tradicional se refleja en los colores vibrantes, abundante luz natural y la proporción áurea, que simboliza la perfección divina. Los arquitectos incorporaron estos elementos para crear un espacio que no solo es estéticamente agradable, sino también espiritual y contemplativo.
La simetría y geometría crean un ambiente propicio para la reflexión y la meditación. Las vidrieras, donadas por el gobierno de Francia, realzan el ambiente espiritual del lugar, proyectando luces de colores que llenan el espacio interior de una sensación trascendental. Además, destaca el impresionante órgano de tubos, que cuenta con 2.692 tubos, proporcionando una acústica excepcional y elevando las experiencias litúrgicas a nuevas alturas.
Actividades y productos ofrecidos
Además de las visitas, la Abbaye de Saint-Benoît-du-Lac es conocida por sus productos artesanales, que incluyen quesos y sidras elaborados por los monjes. Estos productos no solo son un sustento económico para la Abadía, sino que también representan la herencia culinaria y las habilidades tradicionales de los monjes. Los visitantes pueden comprar estos productos en la tienda de la abadía, llevándose un recuerdo de esta experiencia única a casa. Estos productos son altamente valorados por su calidad y autenticidad, siendo el resultado de décadas de perfeccionamiento y dedicación.
La Abbaye de Saint-Benoît-du-Lac ofrece un deleite visual y espiritual y también permite a los visitantes experimentar un fragmento de la vida monástica que inspiró la narrativa de la conocida novela de Louise Penny. Esta Abadía, enclavada en las colinas de los cantones del este de Quebec, sigue siendo un testimonio vivo de la arquitectura, la historia y la paz interior que enriquecen tanto la vida de sus residentes como la de sus visitantes.