La Acrópolis de Atenas, la colina rocosa de la capital griega que alberga el icónico templo del Partenón, sigue revelando nuevos datos arqueológicos. Un estudio reciente publicado en el American Journal of Archaeology describe el hallazgo de un templo perdido en el actual sitio del Partenón. Este importante descubrimiento, realizado por Merle Langdon de la Universidad de Tennessee y Janric van Rookhuijzen, comenzó con el hallazgo de un antiguo grafiti.
El grafiti se encontró en un afloramiento rocoso de mármol en Vari, a unos 20 km al sureste de Atenas. Esta pieza es parte de un grupo de más de 2000 grafitis realizados por pastores y cabreros que han sido estudiados por Langdon en los últimos años. Esos escritos y dibujos representan barcos, caballos y escenas eróticas, todos datados en el siglo VI a.C. El grafiti específico que ha llamado la atención es un dibujo rudimentario de un edificio con columnas y escalones, identificado como un templo.
“El edificio de 100 pies… por Mikon”, se lee en la inscripción griega que serpentea alrededor del dibujo. Aunque no se conoce nada más del autor, probablemente un pastor llamado Mikon, el uso de un antiguo alfabeto griego confirma que el grafiti fue realizado en el siglo VI a. C. El término “Hekatompedon”, que en griego significa “de 100 pies”, es de gran importancia porque era el viejo nombre oficial del templo dedicado a la diosa Atenea, ahora conocido como Partenón.
La relevancia del descubrimiento radica en que el grafiti representa un templo que podría ser más antiguo que el Partenón, construido alrededor del 450 a.C. Esto abre la posibilidad de que existieran templos previos en la Acrópolis, una creencia sostenida por la arqueología, aunque las fechas y aspectos específicos han sido objetos de debate. “Es probable que algunas de las esculturas del templo que se encuentran en el museo pertenezcan a este templo perdido”, señala Langdon.
Una calamidad histórica complica aún más la comprensión de estos templos antiguos: en el 480 a. C., durante las guerras greco-persas, un ejército persa llegó a Atenas y destruyó todos los edificios en la Acrópolis. En el Museo de la Acrópolis de Atenas se encuentran grandes esculturas rotas que en su momento decoraron estos templos, posiblemente dañadas en el ataque persa de 480 a.C. Si este templo Hekatompedon mencionado por Mikon existió, pudo haber sido uno de los templos que sufrió durante ese ataque.
Otra pieza del rompecabezas es un decreto democrático de la Antigua Grecia, anterior a la destrucción persa y la construcción del Partenón, que menciona un Hekatompedon en la Acrópolis utilizado para almacenar tesoros. “Este decreto sugiere que los templos griegos también funcionaban como almacenes de tesoros ofrecidos a los dioses”, destacan los investigadores. Esto refuerza la idea de que el término Hekatompedon en el decreto podría referirse a un templo, y no a un patio abierto, como algunos arqueólogos han sugerido.
La importancia del grafiti también se extiende al ámbito de la alfabetización en la Antigua Grecia. “Contrariamente a lo que se piensa normalmente, los pastores sabían leer y escribir”, afirma van Rookhuijzen. Este dato desafía la concepción común de que la alfabetización en el mundo griego estaba restringida a las clases más altas y urbanas. Los pastores, aparentemente, realizaban estos grafitis quizás como una forma de evasión durante las horas de trabajo.
El grafiti descubierto por Merle Langdon en Vari no solo revela la posible existencia de un templo anterior al Partenón, sino que también proporciona un valioso insight sobre la alfabetización y las prácticas culturales de los pastores en el siglo VI a.C. “Un pequeño garabato puede ser la llave para resolver enigmas históricos”, concluye el análisis de los investigadores.