En el mundo globalizado actual, la capacidad de comunicarse en varios idiomas es una habilidad valiosa y codiciada. Aunque tradicionalmente se ha creído que la niñez es el mejor momento para aprender nuevas habilidades, como un idioma, la ciencia sugiere que los adultos también tienen ventajas significativas en este proceso. Esta revelación no solo desafía percepciones antiguas, sino que abre puertas a innumerables oportunidades de desarrollo personal y profesional.
Los adultos poseen un rango más alto de vocabulario y una mayor comprensión de conceptos de los que puede tener un niño que tiene que esperar varios años antes de aprender algunas palabras, simplemente porque son demasiado pequeños para entender los conceptos, al igual que pasa cuando adquieren su lengua materna.
Un adulto, al tener la motivación de aprender y todas sus capacidades desarrolladas, puede encontrar oportunidades para instruirse no solo asistiendo a clase sino también a través de libros, revistas, películas en versión original, intercambios lingüísticos, viajes al extranjero o redes sociales especializadas, entre otras opciones.
Según Boaz Keysar, profesor de psicología en la Universidad de Chicago, ser bilingüe puede mejorar la memoria, la flexibilidad cognitiva y la capacidad de pensar de manera creativa. Además, diversos estudios sugieren que el bilingüismo puede ayudar a retrasar la aparición de demencias y otras enfermedades neurodegenerativas, por este motivo que, el ejercicio mental que requiere el aprendizaje de una nueva lengua, ha sido objeto de varios estudios científicos que han descubierto como ayuda a mejorar capacidades cognitivas como la memoria, lo que a su vez puede ayudar a prevenir o retrasar la aparición de enfermedades tales como el Alzheimer.
Los adultos también pueden aprender nuevos idiomas con éxito
Aprender un segundo idioma durante la adultez puede parecer un desafío, pero los adultos cuentan con ventajas significativas en este proceso. A diferencia de los niños, los adultos poseen una mayor capacidad de concentración y experiencia previa en el aprendizaje, lo que les permite abordar nuevos idiomas con estrategias más efectivas. Además, la motivación personal y profesional suele ser más clara y fuerte en la edad adulta, impulsando de manera relevante la perseverancia y el progreso. Esta habilidad no solo abre puertas a nuevas oportunidades laborales y culturales, sino que también contribuye al bienestar cognitivo, retrasando el envejecimiento cerebral y mejorando la flexibilidad mental.
La noción tradicional de que aprender idiomas es más fácil antes de llegar a la edad adulta está siendo cuestionada. Estudios recientes muestran que los adultos tienen capacidades únicas que les permiten aprender una segunda lengua de manera eficiente, ofreciendo valiosos beneficios cognitivos y sociales.
Lourdes Ortega, profesora de lingüística en la Universidad de Georgetown, quien habla cuatro idiomas, explicó a NatGeo: “Las investigaciones dicen que los adultos son mejores aprendices en todo porque tenemos mucha autorregulación y somos muy intencionados cuando queremos aprender algo”.
Qué se necesita para aprender un idioma
Mientras que la Oficina del Censo de Estados Unidos revela que aproximadamente el 20% de la población estadounidense habla un segundo idioma, en Europa la cifra es mucho mayor, alcanzando el 59%. Esto refleja diferencias culturales respecto al valor del aprendizaje de idiomas en diversas regiones.
El éxito en el aprendizaje de un nuevo idioma no solo depende de la edad, sino también de otros factores como la inmersión y la práctica constante. Según el Foreign Service Institute (FSI), los hablantes nativos de inglés pueden aprender español o francés en unas 24 a 30 semanas, mientras que idiomas culturalmente más diferentes, como el griego o el ruso, requieren unas 44 semanas. Además, existen otros idiomas considerados excepcionalmente difíciles, como el árabe o el mandarín, que pueden llevar hasta el doble de tiempo de aprendizaje.
El profesor Joshua Hartshorne del Instituto de Profesiones de la Salud del MGH comenta que “las personas siguen mejorando en un nuevo idioma durante unos 30 años”, desafiando la percepción de que el aprendizaje de idiomas se estabiliza rápidamente.
Aprender una segunda lengua también tiene importantes beneficios para la salud cognitiva y la vida social, especialmente para los adultos mayores. Boaz Keysar, profesor de psicología en la Universidad de Chicago, señala que ser bilingüe puede aumentar la memoria y el vocabulario, además de prevenir la demencia.
La creciente demanda de aprendizaje de idiomas y el desarrollo de aplicaciones como Babbel y Duolingo han hecho que esta tarea sea más accesible, permitiendo a los individuos aprender a su propio ritmo.
Nunca es demasiado tarde para aprender un idioma siendo adulto porque el cerebro humano tiene una notable capacidad de adaptación y aprendizaje a lo largo de toda la vida. La neuroplasticidad permite la creación de nuevas conexiones neuronales, esenciales para el aprendizaje de un idioma. Además, la experiencia de vida y conocimientos previos de los adultos pueden facilitar la adquisición de nuevas lenguas. Estos estudios mencionados demuestran que el aprendizaje continuo puede mejorar la memoria, agudizar la mente y retrasar el deterioro cognitivo. Por tanto, la edad no debe ser un impedimento para el aprendizaje lingüístico.