La construcción de túneles y puentes bajo el agua es una de las hazañas más impresionantes de la ingeniería moderna. Aunque pueda parecer que estos proyectos se construyen directamente en el fondo del agua, la realidad es más compleja y fascinante. Los ingenieros emplean diversos métodos, muchos de los cuales implican trabajar en la tierra y luego trasladar las estructuras al agua.
La construcción bajo el agua presenta desafíos únicos. Los seres humanos, los materiales y la maquinaria no funcionan bien bajo el agua. Las personas necesitan un suministro constante de aire, y colocar concreto es difícil. El equipo submarino también es limitado, ya que los motores de combustión necesitan aire para operar. Además, el agua siempre buscará llenar cualquier vacío, por lo que debe ser bombeada continuamente.
A pesar de estos retos, existen técnicas para manejar estas situaciones. Una alternativa es transformar temporalmente el sitio subacuático en uno seco. Esto se puede lograr utilizando diques de contención o cajones, como se describió antes.
Construcción subterránea
En muchos casos, lo que parece ser construcción bajo el agua es realmente construcción subterránea. Las máquinas perforadoras de túneles, también conocidas como “topos”, excavan horizontalmente a través del suelo, creando túneles que pueden ser posteriormente revestidos y reforzados. Este método fue empleado en la construcción del Túnel del Canal de la Mancha, conocido como el Chunnel, que conecta Inglaterra y Francia bajo el Canal de la Mancha.
La historia de la construcción subterránea comenzó hace unos 200 años con escudos de tunelización, estructuras temporales que proporcionaban un espacio seguro desde el cual los trabajadores podían excavar. Estos escudos evolucionaron hasta convertirse en las modernas máquinas perforadoras de túneles.
Construcción de puentes
Para construir puentes bajo el agua, los ingenieros a menudo emplean cajones y diques de contención. Los cajones son estructuras prefabricadas y herméticas, generalmente con forma de copa invertida, que se sumergen en el agua. Se mantienen presurizados para evitar la entrada de agua, permitiendo que los trabajadores construyan en su interior. Estos cajones se convierten en parte de la estructura final.
Los diques de contención son recintos temporales y herméticos que se pueden drenar para proporcionar un sitio seco y seguro para la construcción. Una vez que el recinto está cerrado y libre de agua, se puede proceder con la construcción regular. Los pilares del Puente de Brooklyn fueron construidos utilizando cajones, aunque esta técnica no está exenta de riesgos. El ingeniero en jefe, Washington Roebling, sufrió la enfermedad de los cajones, más conocida como “mal de descompresión”, y tuvo que renunciar.
Métodos modernos
En lugar de construir bajo el agua, los ingenieros a menudo construyen partes de la estructura en tierra y luego las trasladan al agua. El Túnel Ted Williams en Boston se construyó en secciones en un astillero. Los trabajadores dragaron el camino futuro del túnel en el Puerto de Boston, limpiando el lodo y otros desechos. Luego, colocaron las secciones selladas a lo largo de la trinchera preparada. Una vez conectadas, se abrieron los extremos de las secciones para crear un tubo largo y continuo. Finalmente, el túnel fue cubierto con tierra y rocas.
En casos de agua poco profunda, los trabajadores pueden construir directamente desde la superficie. Por ejemplo, pueden construir muros de contención hechos de chapa metálica directamente desde una barcaza, sin necesidad de desviar el agua.
En resumen, aunque el proceso de construcción bajo el agua es complicado y requiere una gran cantidad de planificación y tecnología, los ingenieros han desarrollado diversos métodos para superar estos desafíos. Muchos de estos métodos implican trabajar en tierra firme y luego trasladar las estructuras al agua, o crear entornos temporales secos para permitir una construcción más fácil.
La importancia de la supervisión y el mantenimiento
Una vez que la estructura está en su lugar, se lleva a cabo una constante supervisión y evaluación para asegurarse de que no sufra daños por la inmersión. Solo algunas tareas, como la alineación y unión de secciones pre-construidas de túneles o la inspección para asegurar que la sumersión no haya dañado nada, se realizan bajo el agua.