La inspiradora vida de Marzieh Ebrahimi, la joven iraní que fue atacada con ácido en 2014 por llevar no usar el velo

Convertida en figura de lucha, la mujer se pronuncia contra la violencia de género y aborda las secuelas del ataque que sufrió

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Marzieh Ebrahimi asegura que su lucha no es solo personal, sino también por otros sobrevivientes a quienes visita regularmente.
Marzieh Ebrahimi asegura que su lucha no es solo personal, sino también por otros sobrevivientes a quienes visita regularmente.

Marzieh Ebrahimi, una mujer iraní oriunda de la región de Isfahan, sufrió un ataque con ácido en 2014 que marcó un antes y un después en su vida. Con tan solo 25 años, pasó de ser una joven que trabajaba como partera en un hospital a convertirse en un símbolo de resistencia y lucha contra la violencia de género en Irán. “Quiero hablar con ellos, verlos a los ojos y preguntarles: ¿por qué? ¿Por qué un ataque con ácido? ¿Por qué a mí?”, rememoró Ebrahimi durante un evento en la Universidad Amir Kabir, años después del ataque.

El incidente de Isfahan en 2014 no fue aislado; al menos cuatro mujeres fueron atacadas con ácido tras los comentarios de Yousef Tabatabaei-Nejad, representante del Líder Supremo y Imam de los viernes en Isfahan, sobre la falta de observancia del hijab.“Ya no basta con dar un aviso [por incumplimiento]”, dijo. “Debemos levantar la vara y usar la fuerza para combatir el mal hiyab”. Estos ataques cambiaron radicalmente la vida de las víctimas afectadas.

Cómo fue la vida de Marzieh post-ataque

Al principio, Ebrahimi estaba traumatizada, como contó su hermano al periódico Etemad. El sonido de los motocicletas y las ventanas cerradas del coche eran reflejo de su miedo constante. Sin embargo, con el tiempo, decidiótomar una postura activa. Participó en una sesión fotográfica con la fotógrafa Negar Masoudi en 2018, con imágenes que captaron la atención del público y se expusieron en el Foro de Artistas Iraníes en Teherán. “El único motivo para participar en esta exposición fue ver restricciones o una prohibición total sobre la compra y venta de ácido en Irán”, expresó la mujer.

En 2019, fue al parlamento para pedir legislación más estricta sobre el ácido (Instagram: Marzieh Ebrahimi)
En 2019, fue al parlamento para pedir legislación más estricta sobre el ácido (Instagram: Marzieh Ebrahimi)

Ebrahimi y otras víctimas de ataques con ácido fueron al Parlamento iraní en mayo de 2019 para abogar por legislación más estricta respecto a estas sustancias. Durante su intervención ante los diputados, declaró: “En nombre de cuatro víctimas de Isfahan, les informo que hasta ahora no hemos recibido respuesta [sobre nuestros atacantes] y no ha habido expiación. Han pasado cinco años desde el incidente. No estoy aquí para quejarme, sino para pedir su apoyo en incrementar el castigo por este crimen y disminuir la probabilidad de ataques con ácido”.

Marzieh Ebrahimi ha sido clara en su postura sobre la justicia: “No quiero qisas [retribución] ni ejecución, quiero que el atacante sea encarcelado de por vida”. Ella considera que la violencia no debe ser respondida con más violencia y que los atacantes temen más a la prisión que a la pena de muerte. Su lucha no es solo personal, sino también por otros sobrevivientes a quienes visita regularmente.

Ebrahimi representa una voz firme contra la violencia de género en Irán (Instagram: Marzieh Ebrahimi)
Ebrahimi representa una voz firme contra la violencia de género en Irán (Instagram: Marzieh Ebrahimi)

En octubre de 2020, Ebrahimi levantó de nuevo su voz cuando el Imam de los viernes de Isfahan, Yousef Tabatabaei-Nejad, hizo nuevamente comentarios incendiarios sobre el uso del velo. “La sociedad debe volverse insegura para las mujeres que no usan el velo”, dijo en una reunión con el subdirector de Inteligencia y Seguridad de las Fuerzas Armadas de la provincia de Isfahan. Ebrahimi reaccionó enérgicamente a estas palabras a través de sus redes sociales: “Es nuestro derecho caminar por las calles de nuestra ciudad sin miedo. Es nuestro derecho vivir sin terror. No somos rehenes. Somos ciudadanos.”

A lo largo de los años, Marzieh Ebrahimi ha mantenido su firmeza e integridad, convirtiéndose en una inspiración para muchas mujeres y víctimas de violencia en todo el mundo. Actualmente, a sus 34 años y con el rostro marcado por el ácido, ella sigue usando su experiencia trágica para abogar por cambios realmente importantes y asegurar un futuro donde ataques como los que sufrió no se repitan para nadie.

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