Villanueva de la Torre, un pequeño municipio de la provincia de Guadalajara, España, implementó el año pasado una serie de normas que han generado controversia entre sus residentes. La Ordenanza Reguladora General de la Convivencia Ciudadana ha introducido prohibiciones que muchos consideran insólitas.
Según la normativa del pueblo recogida en el artículo 16.2.f, “se prohíbe tender o exponer ropas, prendas de vestir o elementos domésticos en balcones, ventanas, antepechos, terrazas exteriores o paramentos de edificios situados hacia la vía pública o cuando sean visibles desde esta”. Esta restricción tiene el objetivo de preservar la estética visual del pueblo, que se enorgullece de su belleza natural y arquitectónica.
Otra norma que ha causado debate es la prohibición de los ladridos de perros durante las horas de descanso. El artículo 41 establece que “desde las 22 hasta las 8 horas, y entre las 15 y las 17, se prohíbe dejar en patios, terrazas, galerías y balcones a animales que con sus sonidos, gritos o cantos perturben el descanso de los vecinos”. En el resto de horas, deben ser retirados por sus propietarios si son “especialmente ruidosos”.
Estas medidas fueron adoptadas en diciembre de 2012 bajo el mandato de un alcalde del Partido Popular. Desde entonces, no han dejado de generar reacciones y opiniones variadas entre los habitantes del municipio. La localidad, histórica desde el siglo XVI y urbanizada a partir del año 2000, ha evolucionado notablemente en las últimas décadas. Villanueva de la Torre pasó de tener 114 habitantes en 1991 a unos 6.554 actuales este año, gracias al desarrollo urbanístico experimentado.
Sus residentes, muchos de los cuales han llegado atraídos por el entorno y los servicios disponibles, se adaptan ahora a vivir bajo una regulación estricta que busca combinar modernidad y respeto por la tradición. Entre las infraestructuras más destacadas del lugar se encuentra la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVI y que aún hoy conserva su atrio renacentista y torre de tres cuerpos.
Un vecino expresó al diario La Vanguardia su desconcierto ante las normas: “No entiendo por qué no podemos colgar la ropa fuera. Es algo muy común en toda España”. Otra residente señaló al sitio Xataka: “Controlar que los perros no ladren parece una tarea imposible. No sé cómo vamos a manejar esto”.
Además de los comentarios locales, la atención mediática ha llevado a que estas normas sean conocidas a nivel nacional e internacional. Según un informe de la guía turística, Guia Repsol, “estas restricciones han capturado la imaginación de muchos, destacando a Villanueva de la Torre como un ejemplo de convivencia regulada”.
La aplicación de estas normas, sin embargo, reportaron desafíos prácticos. ¿Cómo controlar los ladridos de los perros durante las horas de descanso sin afectar la comodidad de los propios animales y sus dueños? Así mismo, la prohibición de tender ropa en el exterior obliga a los residentes a buscar alternativas como secadoras eléctricas, una opción que no todos pueden permitirse debido a su costo.
Además de mantener la estética, estas pautas también están diseñadas para garantizar la tranquilidad en las calles del pueblo. El control del exceso de ruido es fundamental para evitar conflictos entre vecinos y mejorar la calidad de vida de los habitantes. Asimismo, estas restricciones buscan ofrecer una experiencia más placentera para los visitantes, quienes podrían preferir un ambiente más sereno en comparación con destinos más bulliciosos
Mientras tanto, la vida sigue en Villanueva de la Torre, un lugar que combina belleza natural y urbanización, tradición e innovación, con una normativa única que sigue dando de qué hablar. Las autoridades locales reiteran que las medidas respondieron a la necesidad de mantener una convivencia respetuosa entre los vecinos y subrayan que, a pesar del revuelo inicial, muchos residentes ya se están adaptando a las nuevas normas.