La innovadora Plataforma de Instrumentos Flotantes (FLIP, por sus siglas en inglés) se destaca como uno de los instrumentos de investigación oceanográfica más pioneros jamás creados. Esta creación, con una longitud de 108 metros y un diseño que le permite girar 90 grados para posicionarse verticalmente en el agua, ha sido esencial para la comprensión de las propiedades acústicas y la dinámica del océano.
Origen e Innovación
Fred Fisher, un científico de mediados del siglo XX, se encontraba frustrado por la inestabilidad de los submarinos al realizar experimentos acústicos. Intentando medir un tono que se emitía desde un buque situado a 48 kilómetros, Fisher se dio cuenta de que la más mínima ola afectaba sus mediciones. De ahí resurgió la propuesta del físico y oceanógrafo Allyn Vine, quien años antes había sugerido construir una plataforma vertical flotante capaz de mantenerse estable incluso en condiciones de fuerte oleaje.
El diseño final fue construido por la Gunderson Brothers Engineering Company de Portland, Oregon, y presentado en 1962, sobre una inversión de 600.000 dólares. La estructura única de FLIP lo posiciona como una “boya de mástil”, capaz de sumergirse verticalmente, que deja solo 17 metros visibles sobre la superficie del mar.
Su propósito original y uso militar
La iniciativa del FLIP nació en una época donde la propagación del sonido en el océano era de máximo interés para usos militares. La capacidad de una estructura estable y vertical para obtener datos acústicos de alta precisión era esencial para deducir la posición de submarinos y navíos enemigos, que proporciono así una ventaja estratégica significativa.
Robert Monroe, director asociado de Comunicaciones del Scripps Institution of Oceanography, señaló: “Más de cinco décadas de operaciones han incluido muchos despliegues en el Pacífico hasta Hawái y un despliegue en el Atlántico. Si bien originalmente estaba destinado a la investigación acústica, se convirtió a lo largo de los años en una plataforma versátil para la investigación en oceanografía física, meteorología, geofísica y biología de la parte superior del océano”.
Detalles del diseño y funcionalidad
Uno de los aspectos más notables de FLIP es su estabilidad. A medida que se llena parcialmente con 1500 toneladas de agua, la estructura se inclina verticalmente en un proceso que dura aproximadamente 28-30 minutos. En esta posición, el extremo inferior de la plataforma se encuentra a una profundidad que reduce significativamente el efecto del oleaje, que permite a los tripulantes realizar mediciones sin interferencias.
John Hildebrand, un oceanógrafo de Scripps, ha descrito la experiencia como: “Era como estar en tierra firme, excepto que estábamos en medio del océano. Era glorioso”. La estabilidad de FLIP le permite tolerar tormentas con olas de hasta 24 metros de altura, como sucedió durante una misión en Hawái registrada en los años 60, lo que demuestra su robustez frente a condiciones extremas.
Los habitáculos del FLIP están diseñados para ser funcionales tanto en su posición horizontal como vertical. Esto incluye cocinas montadas sobre ejes rotativos, sanitarios que pueden ajustarse manualmente y sistemas de escaleras para ambas orientaciones. Estas características aseguran que los investigadores puedan vivir y trabajar eficientemente a bordo.
“FLIP fue desarrollado como un instrumento para estudiar acústica y mejorar la capacidad de la Armada para defenderse contra submarinos, pero su valor como plataforma fue inspirar”, expresó Robert Sparrock del Office of Naval Research (ONR).
Contribuciones científicas
El FLIP ha permitido avances significativos en diversas áreas científicas. Los investigadores han utilizado sensores avanzados y sistemas de sonar para estudiar las corrientes oceánicas, la acústica submarina, las interacciones aire-mar y mucho más. El uso de micrófonos de gran longitud, suspendidos de la parte inferior de la plataforma, ha permitido mediciones precisas de las ondas sonoras a diferentes profundidades.
Luc Lenain, oceanógrafo, destacó: “El FLIP revolucionó nuestra comprensión del acoplamiento entre el océano y la atmósfera, permitiéndonos validar nuevas tecnologías de observación como vehículos autónomos de superficie, radar y sensores electroópticos”.
Tras 60 años de servicio y múltiples renovaciones, la plataforma FLIP ha sido retirada, pero su legado persiste. Sigue siendo una referencia en manuales escolares y un objeto de fascinación pública. Las contribuciones de FLIP a la ciencia y la tecnología no solo han beneficiado a la comunidad científica global, sino que también han proporcionado un marco para futuros proyectos innovadores.
“Mientras FLIP se retira, seguirá generando dividendos y aportes para la ONR y la comunidad científica en general”, afirmó Tom Drake del ONR. Esta icónica plataforma, resistente y transformadora, continúa como una inspiración para la próxima generación de científicos marinos e ingenieros.