Cuáles son los secretos para sobrellevar de la mejor manera un vuelo de larga distancia

Es una realidad que para muchas personas representa una gran preocupación pasar muchas horas en un avión. La incomodidad o imposibilidad de conciliar e sueño hacen que usualmente, uno de estos viajes pueda llegar a hacerse eterno, es por ello que un asistente de vuelo reveló sus secretos para afrontar estas travesías de la mejor manera.

Desde trucos para dormir y elegir el mejor asiento hasta consejos para viajar con niños y combatir el miedo a volar, esta guía te ayudará a disfrutar al máximo tu próximo viaje, sin importar la distancia.

Kris Major, asistente de vuelo británico con 25 años de experiencia y presidente del Comité Conjunto de Tripulaciones de la Federación Europea de Trabajadores del Transporte, detalló varios aspectos importantes que pueden facilitar la experiencia de cualquier viajero.

Para aquellos que se embarcan en un vuelo nocturno, Major sugiere comer antes de abordar el avión, especialmente en vuelos más cortos dentro de las categorías de larga distancia como el trayecto de Nueva York a Londres. Esto permite maximizar el tiempo de descanso, ya que el servicio de alimentos y bebidas a bordo puede tomar hasta dos horas. “Los viajeros experimentados, después del despegue, se duermen rápidamente en sus asientos”, dijo Major, sugiriendo aprovechar los servicios de los salones de aeropuertos para estar bien nutridos antes de embarcarse.

No obstante, Major admite que esta opción no siempre es factible debido a las largas filas de seguridad y las terminales ocupadas. Incluso con las mejores intenciones, algunos pasajeros podrían conformarse con un sándwich rápido mientras corren hacia la puerta de embarque. Sin embargo, en clases ejecutivas o primera clase, se puede caer en la tentación de disfrutar de las ofertas culinarias a bordo, lo que implica una pérdida de tiempo valioso para descansar.

Kris Major recomienda llevar almohada de viaje y antifaz, además de mantas, ya que a veces, aunque raro, las aerolíneas pueden quedarse sin almohadas o pueden no ser de la comodidad esperada. “Satisfaga sus propias necesidades de confort tanto como pueda”, subraya.

Para quienes encuentran difícil dormir durante el vuelo, Major indica que no tiene sentido forzar el sueño si no se está cansado. Sin embargo, es crucial considerar lo que se hará al aterrizar. “Si vas a conducir o asistir a una reunión, intenta descansar lo más posible”, recomienda. En cuanto a entretenimiento, sugiere traer dispositivos personales y auriculares con cancelación de ruido como respaldo, ya que los sistemas de entretenimiento a bordo pueden fallar. “Lo único que podemos hacer es reiniciar el sistema”.

Moverse durante el vuelo es fundamental, incluso si solo es mover los dedos de los pies. Major enfatiza la importancia de la circulación y aconseja a aquellos con problemas circulatorios consultar con su médico. Sobre la controversia de quitarse los zapatos en el vuelo, Major lo recomienda para mejorar la circulación y la comodidad: “Los asistentes de vuelo también lo hacemos. La mayoría de la gente lo hace, es lo correcto en un vuelo de larga distancia”.

Según Kris Major, los asientos en la parte delantera del avión son menos afectados por turbulencias. Para los pasajeros altos, sugirió los asientos de salida de emergencia por el espacio adicional para las piernas, aunque advierte que no se pueden colocar objetos en el suelo y algunas aerolíneas cobran extra por estos asientos. Major prefiere los asientos de ventana: “Es puramente una cuestión de preferencia, puedo apoyar mi cabeza y dormir”.

Cuando se trata de viajar con niños, Major destaca que mantener la calma es clave. “Si estás tenso, tu hijo estará tenso”, comenta. Los asistentes de vuelo son expertos en tranquilizar tanto a los niños como a los padres. Además, llevar juguetes y mantas familiares puede hacer que el entorno desconocido del avión sea más confortable para los pequeños.

Para los pasajeros con miedo a volar, Major observa que el temor generalmente se debe a la falta de control o al miedo a un accidente aéreo. Algunos pasajeros se sienten tranquilos al recibir explicaciones sobre los ruidos del avión y los procedimientos de seguridad, mientras que otros prefieren ser distraídos. En esa línea, recordó haber pasado dos horas en la cocina del avión charlando con un pasajero nervioso para aliviar su ansiedad.

Para sentirse fresco después de un descanso en el avión, Major sugiere algo tan simple como “lavarse los dientes”, lo cual afirma hace una gran diferencia. Además, aconseja aprovechar al máximo el tiempo entre vuelos, incluyendo la posibilidad de reservar una habitación de hotel para dormir. Major relató una experiencia maratónica con múltiples escalas que lo dejó exhausto: “Cuando bajé del avión, estaba casi muerto”, bromeó.

Por último, Major ofrece su visión sobre los vuelos ultra largos que prometen estar en el horizonte, como los vuelos de más de 19 horas propuestos por Qantas. Aunque reconoce que aún queda mucho por entender sobre el impacto en los pasajeros y tripulaciones: “Es la evolución del vuelo”, opina. “Tenemos los aviones para hacerlo, así que necesitamos encontrar maneras de hacerlo realidad”.