París parecería ser un destino imperdible, aunque también puede ser un lugar lleno de sorpresas para los visitantes. Las leyes francesas, algunas de ellas vigentes desde hace más de un siglo, podrían crear situaciones inesperadas para los turistas, especialmente durante los Juegos Olímpicos que se celebrarán en la ciudad entre el viernes 26 de julio y el domingo 11 de agosto.
Francia, como muchos otros países, cuenta con una serie de leyes que podrían parecer inusuales para los turistas. Estas normativas, aunque perfectamente normales para los residentes locales, podrían resultar en situaciones incómodas e inesperadas para los visitantes extranjeros.
Para evitar contratiempos y asegurar una experiencia placentera, es invaluable que los turistas se informen sobre las particularidades del sistema legal francés. Este conocimiento no solo les permitirá disfrutar mejor de su estadía, sino también evitar posibles sanciones por infringir involuntariamente alguna de estas leyes curiosas.
Cuáles son las leyes más insólitas de Francia
Uno de los ejemplos más curiosos se encuentra en las piscinas del undécimo arrondissement de París, donde solo se permite el uso de trajes de baño ajustados. Esta regulación data de 1903 y su objetivo es evitar que la arena y otros contaminantes ingresen a las piscinas.
Otra ley reciente afecta a los bañistas que utilizan largas túnicas que cubren el pelo. Conocida como la “prohibición del burkini”, esta legislación fue ratificada por el Conseil d’Etat en 2022, después de ser cuestionada por violar las libertades civiles de sus principales usuarios, en su mayoría musulmanes. Desde este año también será ilegal fumar en cualquier playa francesa.
Para aquellos que viajan en tren con sus mascotas, es fundamental conocer que en Francia está prohibido transportar caracoles sin un boleto adecuado. En 2008, un pasajero y su caracol fueron multados por el operador nacional de ferrocarriles SNCF. El costo del pasaje para pequeños animales de menos de seis kilogramos oscila alrededor del 50% de un boleto de segunda clase.
Una de las regulaciones más sorprendentes es que no se puede fotografiar la Torre Eiffel de noche sin autorización. Aunque la estructura en sí es de dominio público desde 1993, el espectáculo de luces que ilumina la torre a partir de 1985 está protegido por derechos de autor. “En teoría, cualquiera que tome fotos de las 20.000 luces entre el atardecer y la 1 am puede infringir la ley de copyright”, difundió el NZ Herald. Aunque resulta difícil de ejecutar, la Societe d’Exploitation de la Tour Eiffel tiene el derecho de impedir que los fotógrafos profesionales aprovechen económicamente las imágenes nocturnas.
Otro dato curioso se refiere a la desnudez en propiedades privadas visibles desde el exterior. Pese a la reputación de Francia por ser permisiva con la desnudez, hay leyes estrictas sobre cuándo y dónde es permitida. Los turistas podrían enfrentar multas que van de los USD 27.000 a USD 54.000 por ser vistos desnudos en sus hoteles con las cortinas abiertas.
El almuerzo también es un asunto serio en Francia. Según el artículo R4228-19 del Código Laboral francés, se prohíbe a los empleados almorzar en sus escritorios con el propósito de proteger la pausa para el almuerzo y apoyar a los cafés y bistrós locales. Además, las panaderías están obligadas por ley a cerrar al menos 24 horas a la semana, como ocurrió en 2018 cuando una premiada panadería en Lusigny-sur-Barse fue multada por trabajar muchas horas.
Finalmente, la legislación francesa sigue siendo estricta en nombres permitidos para los bebés, a pesar de que la lista de nombres oficiales se eliminó en 1966. Hoy en día, cualquier nombre nuevo debe ser aprobado por los jueces para proteger al niño de posibles burlas.