La extraña historia de Skopje, la capital menos conocida de Europa

Un devastador terremoto en 1963 destruyó el 80% de esta ciudad pero se refundó bajo una modernidad ecléctica

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La baza otomana de Skopje destaca por su laberinto de calles y minaretes (REUTERS/Ognen Teofilovski)
La baza otomana de Skopje destaca por su laberinto de calles y minaretes (REUTERS/Ognen Teofilovski)

Skopje, la capital de Macedonia del Norte, es una ciudad que combina una rica historia con una modernidad vibrante. Aunque poco conocida, esta urbe europea ofrece una experiencia única para los viajeros que buscan destinos fuera de lo común.

Para los turistas, Skopje es una ciudad que, aunque pequeña, está llena de vida en sus distritos más concurridos. Su historia fascinante incluye un devastador terremoto de 6.1 grados en 1963 que destruyó el 80% de la ciudad. El museo de Arte Contemporáneo, construido poco después del terremoto, alberga obras de Picasso y Alexander Calder, además de ofrecer vistas panorámicas de la ciudad.

La capital macedonia ha sido testigo de la historia desde tiempos antiguos. Fundada originalmente por los romanos, la ciudad ha experimentado numerosas transformaciones a lo largo de los siglos. En 1963, un devastador terremoto destruyó gran parte de la ciudad, lo que dio lugar a una reconstrucción que ha dotado a este lugar de su actual apariencia moderna y ecléctica.

En el corazón de Skopje, la capital de Macedonia del Norte, es imposible no notar la obsesión de la ciudad por los monumentos. Inaugurada en 2011, la estatua “Warrior On A Horse”, de 22 metros de altura, domina la Plaza de Macedonia. Aunque oficialmente no es Alejandro Magno, todos los que miran hacia arriba bajo el sol del sur de Europa saben claramente a quién representa. Este intento de apropiarse del pasado macedonio provocó tensiones con Grecia, que finalmente se resolvieron con el Acuerdo de Prespa en 2018, cuando la República de Macedonia acordó renombrarse como Macedonia del Norte.

La estatua "Warrior On A Horse" domina la Plaza de Macedonia desde 2011
La estatua "Warrior On A Horse" domina la Plaza de Macedonia desde 2011

La Porta Macedonia, un arco monumental inaugurado en 2012 que imita al Arco de Triunfo en París, es otro ejemplo de la monumentalidad exagerada en Skopje. El entonces primer ministro Nikola Gruevski, un nacionalista declarado, fue la fuerza impulsora detrás de “Skopje 2014″, un proyecto que buscaba conectar el presente del país con un pasado glorioso. Durante este período también se construyeron el Puente del Arte y el Puente de las Civilizaciones, adornados con estatuas de filósofos, actores y dramaturgos.

Sin embargo, no todos estos proyectos han envejecido bien. De los tres galeones instalados en el río Vardar en 2012, solo uno sigue en uso como restaurante, mientras que uno está abandonado y otro ha sido retirado. Gruevski, después de perder el poder, fue sentenciado a dos años de prisión por corrupción y buscó asilo en Hungría en 2018.

El Museo Arqueológico de Macedonia también destaca en el frente del río, aunque su fachada de múltiples columnas, construida en 2014, traiciona su reciente origen. A pesar de su impresionante apariencia, carece de profundidad, a diferencia del Museo de la Lucha de Macedonia, que explora la historia del país desde la época otomana hasta las guerras mundiales.

La Porta Macedonia, inaugurada en 2012, imita al Arco de Triunfo de París
La Porta Macedonia, inaugurada en 2012, imita al Arco de Triunfo de París

La controversia sobre el proyecto Skopje 2014 no solo se limita a la opinión pública, sino también a los expertos. “La intención, dicen, es hacer que Skopje se parezca a París”, comentó Danica Pavlovska de la Asociación de Arquitectos del país al describir la escala desconcertante del proyecto. Muchos críticos señalan que el dinero podría haberse gastado en mejorar infraestructuras como escuelas, hospitales y carreteras.

Otro sitio histórico importante en Skopje es el Puente de Piedra del siglo XV, que sobrevivió al terremoto y sigue siendo un testigo mudo de la rica historia de la ciudad. El Kale es una fortaleza bizantina del siglo VI, reconstruida y ampliada por los otomanos en el siglo XIV. Cerca de allí, la antigua estación de trenes, parcialmente destruida en 1963, ahora funciona como el Museo de la Ciudad.

El Puente de Piedra del siglo XV sobrevivió al terremoto de 1963 (REUTERS/Ognen Teofilovski)
El Puente de Piedra del siglo XV sobrevivió al terremoto de 1963 (REUTERS/Ognen Teofilovski)

A pesar de la controversia y las críticas, no se puede negar que el proyecto de Gruevski ha dejado una huella indiscutible en Skopje. La ciudad ha cambiado drásticamente desde su independencia de la entonces Yugoslavia en 1991, y las adiciones arquitectónicas recientes han ayudado a ponerla en el mapa, aunque no siempre de manera halagadora.

Finalmente, la vieja baza otomana sigue siendo uno de los rincones más fascinantes de Skopje. Con su laberinto de calles, minaretes y cafeterías, la zona evoca la vida durante el dominio otomano que duró más de cinco siglos. Además, sus numerosos restaurantes ofrecen platos tradicionales, como el burek, un hojaldre relleno de carne, queso, papas y espinacas.

Skopje es una capital que merece ser descubierta. Su fascinante combinación de historia, cultura y modernidad la convierten en un destino atractivo para aquellos que buscan explorar algo diferente. Ya sea paseando por sus antiguas calles o disfrutando de su vibrante vida nocturna, esta ciudad promete una experiencia inolvidable.

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