Un turista holandés dejó la huella de su visita al firmar con un rotulador indeleble de color negro en una pared con frescos de una domus de época romana situada en el parque arqueológico de la antigua ciudad de Herculano, sepultada por la ceniza del famoso Vesubio junto a Pompeya en el año 79 d.C.
El autor, un turista de 27 años y que estaba de vacaciones en la región de Campania, dejó su firma sobre la pared de estuco que aún conserva restos de un fresco. Las fuerzas de seguridad fueron alertadas de inmediato por otros visitantes que presenciaron el acto de vandalismo, logrando identificar al autor y presentando una denuncia por dañar y desfigurar obras artísticas.
El ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiuliano, expresó esta mañana su indignación ante este nuevo caso de daño al patrimonio cultural del país. “Una vez más nuestros bienes culturales son víctimas de la incivilidad y la idiotez. Hace apenas unas semanas, la fachada del Palacio Real de Caserta había quedado manchada de pintura.
Ayer le tocó el turno a una domus romana del parque arqueológico de Herculano, desfigurada por un turista con un rotulador permanente. Cualquier daño es una herida a nuestro patrimonio, a nuestra belleza y a nuestra identidad y por eso debe ser sancionado con la máxima firmeza”. Gracias a un cambio reciente en las leyes de protección del patrimonio, “este individuo también tendrá que pagar de su propio bolsillo los trabajos de restauración de la obra”, apuntó el ministro.
Herculano, situada actualmente en el sur de Nápoles, es junto con Pompeya uno de los lugares arqueológicos más valorados para la investigación histórica y arqueológica del Imperio romano y está catalogada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
Durante la erupción pliniana que acabó con miles de habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano, una biblioteca con miles de papiros en una villa quedó sepultada y los papiros carbonizados. Hoy, gracias a un proyecto de investigación apoyado en herramientas de inteligencia artificial y que cuenta con las últimas tecnologías informáticas, ha podido descifrar el contenido de varios de estos papiros. El último en papiro en ser descifrado tras pasar más de 2.000 años carbonizado desveló la ubicación exacta de la tumba de Platón.
No es la primera vez que el patrimonio arqueológico de Italia sufre actos vandálicos por parte de los turistas. En 2020, un turista se tomó un selfie desde uno de los tejados de Pompeya y el pasado 2023 otro grabó su nombre y el de su pareja en el mismo Coliseo de Roma. Estos actos van en contra del esfuerzo que se hace para preservar estos sitios históricos, considerados como tesoros invaluables por arqueólogos y expertos en patrimonio cultural de todo el mundo.
El yacimiento arqueológico de Herculano es uno de los puntos arqueológicos más preciados de Italia, y junto a Pompeya fue completamente destruido por la erupción del Vesubio hace casi dos milenios. Ambos recintos son catalogados como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Herculano, situada en el sur actual de Nápoles, era una ciudad costera donde residían sectores de la sociedad romana más adinerada. Los primeros restos de la antigua urbe se descubrieron a inicios del siglo XVIII, tras la excavación de un pozo.
El alcalde de Herculano, Ciro Buonajuto, también condenó enérgicamente el acto vandálico: “El turista holandés realizó un acto vergonzoso, es una afrenta no solo a nuestro municipio y a nuestra historia, sino también a toda la humanidad. Cualquiera que cometa tales gestos no tiene respeto por la cultura y el valor inestimable de nuestro Parque arqueológico. Es inaceptable que alguien piense que puede venir aquí y destruir lo que es patrimonio de todos”.
Para poner en contexto, Herculano y Pompeya son ciudades antiguas que ofrecen una ventana única a la vida cotidiana en el Imperio romano. El sitio arqueológico de Herculano es especialmente conocido por la excepcional conservación de sus edificios y artefactos, debido a la capa de material piroclástico que los sepultó, lo cual ha permitido a los arqueólogos estudiar diversos aspectos de la vida privada y pública de sus habitantes.
En tiempos recientes, el parque arqueológico ha implementado medidas de seguridad adicionales para proteger mejor sus restos históricos, pero los actos aislados de vandalismo continúan siendo una amenaza. Se espera que las nuevas políticas que incluyen sanciones económicas ayuden a disuadir a potenciales infractores y a mantener el patrimonio cultural intacto para las futuras generaciones.