Lo que comenzó como una simple renovación de una bodega en Gobelsburg, en el distrito de Krems, Austria, se convirtió en un fenómeno arqueológico de gran envergadura. Andreas Pernerstorfer, el enólogo responsable de la bodega, se encontró con varios huesos enormes que más tarde se confirmaron como pertenecientes a mamuts de la Edad de Piedra.
Este hallazgo fortuito llevó a Pernerstorfer a ponerse en contacto con la Oficina Federal de Monumentos, que a su vez notificó al Instituto Arqueológico de la Academia Austríaca de Ciencias (OeAW).
Esta entidad ha estado a cargo de las excavaciones, y según los arqueólogos Thomas Einwögerer y Hannah Parow-Souchon, pertenecientes al OeAW, los artefactos de piedra y el carbón encontrados en el lugar sugieren que los huesos tienen una antigüedad de entre 30.000 y 40.000 años.
“Es raro encontrar una capa ósea de mamut tan densa”, apuntó Parow-Souchon, encargada de las excavaciones, en el comunicado del medio oficial del Austrian Archaeological Institute. Y agregó: “Es la primera vez que podemos investigar algo así en Austria con métodos modernos”.
Los arqueólogos han identificado huesos que pertenecen a al menos tres mamuts diferentes, lo que incrementa la importancia y el valor de este hallazgo. Estos restos se encuentran en condiciones notables y proporcionan una oportunidad única para la investigación arqueológica en Austria.
Hipótesis de caza
La localización de los huesos sugirió inicialmente a los expertos que los mamuts podrían haber muerto en el mismo lugar donde se encontraron. Esta teoría ha sido fundamental para especular sobre las técnicas de caza de los humanos de la Edad de Piedra.
“Sabemos que los humanos cazaban mamuts, pero todavía sabemos muy poco sobre cómo lo hacían”, afirmó Einwögerer del OeAW. El hallazgo podría añadir evidencia sobre la coexistencia y caza de mamuts por parte de humanos primitivos.
Las investigaciones que han tenido lugar hasta ahora indican que los humanos podrían haber tendido trampas a los mamuts, aprovecharon quizás su incapacidad para moverse con facilidad en terrenos inclinados. Esta teoría, aunque plausible, aún requiere una validación más extensa a través de estudios adicionales de los restos óseos y del contexto en el que fueron encontrados.
Casos similares y futuros
Hace unos 150 años, un hallazgo similar tuvo lugar en un sótano adyacente en Gobelsburg, donde se encontraron capas gruesas de huesos, herramientas de pedernal y fósiles decorativos. Estos descubrimientos fueron en su mayoría excavados a finales del siglo XIX y, lamentablemente, muchos se han perdido para la investigación moderna, según un comunicado del Austrian Archaeological Institute.
En contraste, el hallazgo más reciente no solo tiene un valor histórico significativo, sino que también permite la aplicación de tecnologías modernas como el mapeo 3D y el análisis detallado del sitio.
“Utilizando la moderna tecnología de mapeo 3D, el equipo puede descubrir más sobre cómo murieron estos mamuts y qué pasó con los huesos en los años posteriores”, explicó Parow-Souchon a NBC News.
Después de terminar las excavaciones, los huesos serán transportados al Museo de Historia Natural de Viena, donde serán restaurados y sometidos a análisis adicionales. Según declaraciones recogidas por BBC, Parow-Souchon indicó que estarían trabajando meticulosamente para preservar y mantener la integridad de los huesos durante el proceso.
El hallazgo en la bodega de Pernerstorfer no solo añade una valiosa pieza al rompecabezas histórico de Austria, sino que también abre nuevas posibilidades de investigación en el campo de la arqueología prehistórica. Con métodos modernos y equipos especializados, los científicos esperan arrojar luz sobre la vida y muerte de los mamuts que una vez caminaron por lo que hoy es el distrito de Krems.
Este descubrimiento fortuito ha transformado una simple renovación de una bodega en un sitio arqueológico de notable importancia, proporcionando una rara oportunidad de estudiar restos prehistóricos con técnicas modernas. “Es una oportunidad única para la investigación”, concluyó Parow-Souchon.