Bernard McDonagh, de 41 años, y Ann McDonagh, de 39, ambos de Swansea, Gales, fueron condenados a prisión después de llevar a cabo múltiples delitos de fraude conocidos como “dine and dash”. La explicación de lo que hacían es simple: consumían comidas en restaurantes y no las pagaban. El Tribunal de la Corona de Swansea los sentenció a 8 y 12 meses de prisión, respectivamente, luego de que se declararan culpables de cinco cargos de fraude en conjunto, según informó PA Media.
La pareja frecuentaba restaurantes de alto perfil, ordenaba comidas costosas y luego abandonaba el lugar sin pagar. Utilizaban más de 40 alias y 18 fechas de nacimiento diferentes para ocultar su identidad. Se los consideró como delincuentes reincidentes. “Ustedes dos se embarcaron en un curso deliberado de deshonestidad sostenida”, afirmó el juez Paul Thomas en la sentencia.
Entre agosto del año pasado y abril de este año, los McDonagh estafaron a cuatro restaurantes y un negocio de comida para llevar en el área de Gales del Sur, y acumularon cuentas impagas por unos USD 1485. En uno de los hechos, ocurrido el 19 de abril, se dirigieron al restaurante Bella Ciao en Swansea, donde precisamente dejaron una cuenta de USD 412 sin pagar. La reserva había sido hecha bajo el nombre ficticio de Lucy Logan.
El método de operación de la pareja incluyó dejar a sus hijos en los restaurantes con la excusa de ir a un cajero automático, para luego abandonar el lugar sin pagar. “Ustedes pedían los artículos más caros del menú, como bifes T-bone, con pleno conocimiento de que no tenían intención de pagarlos,” dijo el juez Thomas, quien también condenó la explotación de sus hijos para realizar las maniobras delictivas.
Los otros cargos contra los McDonagh
Las actividades delictivas de Ann McDonagh no se limitaron a los fraudes en restaurantes. Admitieron cuatro cargos de robo, incluyendo la sustracción de artículos valorados en USD 1300 de una tienda Tommy Hilfiger en el Designer Outlet de Bridgend. En un incidente, la mujer fingió estar embarazada de nueve meses para evitar ser interrogada por la policía, según Alycia Carpanini, la fiscal del caso.
Los dueños de los negocios afectados describieron el impacto que tuvieron estos delitos en sus establecimientos. “Sentí como si no hubiera protegido mi restaurante y hubiera fallado como propietario”, lamentó Giovan Cangelosi de Bella Ciao, citado por Manchester Evening News. Según otros testimonios recogidos por WalesOnline, la desconfianza aumentó y los empleados comenzaron a vigilar más de cerca a los clientes por temor a ser nuevamente víctimas de fraude.
Bernard McDonagh tiene un historial delictivo extenso, con 27 condenas anteriores por 40 delitos, incluyendo daños criminales y posesión de drogas controladas. Su esposa, Ann, tiene 18 condenas por 36 delitos, incluyendo robo y fraude.
“Estas sentencias demuestran que la ley sí se aplica”, señaló el inspector Andrew Hedley de la Policía de Gales del Sur, y agradeció a los ciudadanos por su colaboración en las investigaciones. La comunidad local fue fundamental en la identificación de la pareja, lo que permitió a la policía llevarlos ante la justicia, como detallaron las plataformas PA Media y Sky News.
Los McDonagh fueron además obligados a pagar una compensación total de USD 1633 en concepto de las cuentas impagas y los artículos robados, dentro de un plazo de siete días. A pesar de que Bernard McDonagh llevó dinero al tribunal con la intención de pagar, esto no evitó su condena a prisión.
Los comentarios del juez durante la sentencia fueron claros: la conducta de la pareja no buscaba alimentar a su familia, sino que se trataba de un caso de “criminalidad por el simple placer de hacerlo”, una afirmación contundentemente distinguida en las audiencias y recogida por los medios. La estrategia de engaño se había convertido en una rutina bien ensayada para ellos, poniendo en evidencia una falta de respeto total hacia las leyes y hacia las personas afectadas por sus acciones.