Un informe del Foro Económico Mundial (WEF) reveló cuáles son los mejores países para hacer turismo en el mundo, en un año en el que, según explican, se espera que los viajes de turistas internacionales alcancen a los niveles previos a la pandemia. No obstante, esta recuperación enfrenta desafíos derivados de factores macroeconómicos, geopolíticos y ambientales que ejercen presión adicional sobre el sector.
El WEF ha revelado los factores que determinan los puestos para el ranking del Índice de Desarrollo de Viajes y Turismo (TTDI), destacando diversos elementos que influyen en la competitividad y resiliencia de las economías globales en el sector turístico.
Entre estos factores se incluyen la capacidad y conectividad de las rutas aéreas globales, la reapertura internacional, la inversión en recursos culturales y naturales, los entornos empresariales y laborales favorables, la adopción de tecnologías avanzadas, y la infraestructura de transporte y turismo. Además, el índice también evalúa la resiliencia del mercado laboral, la competitividad de los precios, la sostenibilidad y las medidas ambientales, así como la seguridad y salud en el contexto de los viajes. Estos componentes se combinan para ofrecer una visión integral de cómo las diferentes economías están posicionadas para enfrentar futuras oportunidades y riesgos en el sector turístico post-pandemia.
Estados Unidos mantiene el primer lugar en el Índice de Desarrollo de Viajes y Turismo (TTDI por sus siglas en inglés), destacando como la mejor economía para el turismo. Pese a esto, Europa domina entre las diez primeras posiciones del índice, mostrando una recuperación desigual en comparación con otras regiones.
Cuáles son los 10 mejores países para hacer turismo según el FEM
- Estados Unidos: Con una economía sólida y opciones turísticas diversas, Estados Unidos lidera el ranking.
- España: Famosa por su cultura, gastronomía y playas, España sigue siendo uno de los destinos más populares.
- Francia: Hogar de símbolos globales como la Torre Eiffel y el Louvre, Francia mantiene su atractivo.
- Alemania: Gracias a su riquísima historia y excelente infraestructura, Alemania se destaca en Europa.
- Japón: La mezcla de tradición y tecnología avanzada hace de Japón un destino único en Asia.
- Australia: Sus impresionantes paisajes naturales y ciudades vibrantes colocan a Australia entre los destinos más deseados.
- Italia: La rica herencia cultural y los impresionantes paisajes hacen de Italia un destino turístico relevante.
- Suiza: Conocida por sus paisajes alpinos y su alta calidad de vida, Suiza es un destino preferido.
- Reino Unido: Londres y sus diversas atracciones históricas y culturales siguen convocando a millones de turistas.
- Canadá: La diversidad natural y cultural de Canadá la coloca en el top 10 del índice.
Entre los 30 países con mejores puntuaciones en el índice, la mayoría son países de renta alta, con 19 en Europa y otros siete en Asia-Pacífico. Estos países cuentan con entornos empresariales favorables, mercados laborales robustos y políticas de apertura que facilitan los viajes, junto con infraestructuras de transporte y turismo avanzadas y atractivos naturales y culturales.
Este grupo de países representó más de tres cuartas partes del PIB de la industria de viajes y turismo en 2022 y contribuyó con el 70% del crecimiento del PIB entre 2020 y 2022. Sin embargo, países menos desarrollados continúan obteniendo puntuaciones inferiores a la media y requieren más inversión para mejorar su participación en el mercado y su preparación para futuros riesgos y oportunidades.
Factores de Recuperación y Desafíos
El índice muestra que, aunque 71 de las 119 economías analizadas mejoraron sus calificaciones entre 2019 y 2023, la mejora media es de solo un 0.7% por encima de los niveles anteriores a la pandemia. El repunte de los viajes y el turismo ha coincidido con el aumento de la capacidad y la conectividad de las rutas aéreas globales, la reapertura internacional y el incremento de la inversión en recursos naturales y culturales.
El sector de viajes y turismo enfrenta desafíos críticos como la rigidez de los mercados laborales, crecientes restricciones fiscales y preocupaciones de salud y seguridad. La capacidad de los mercados laborales para adaptarse será fundamental, pero cuestiones como igualdad de oportunidades laborales, derechos de los trabajadores y protección social son obstáculos, especialmente en economías de renta baja y media.