La sorprendente historia de Mike, el pollo que vivió durante un año y medio sin cabeza

Actualmente, el suceso sigue siendo un misterio que desconcierta a los científicos

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Lloyd junto a Mike, el pollo descabezado
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Lloyd junto a Mike, el pollo descabezado (163)

Lloyd Olsen y su esposa Clara estaban sacrificando pollos en su granja ubicada en Fruita, Colorado, Estados Unidos. Mientras realizaban su tarea habitual, uno de los animales decapitados se comportó de manera inusual. Aunque su cabeza fue cortada, el pollo seguía vivo y corriendo sin parar. El sorprendente animal fue dejado en una caja de manzanas durante la noche. A la mañana siguiente, Lloyd lo encontró vivo.

Lloyd llevó al pollo decapitado al mercado del pueblo, para mostrar el fenómeno. Hope Wade, un promotor de espectáculos de Salt Lake City, se interesó y le propuso a los Olsen llevar al pollo, apodado Mike, al circuito de ferias para obtener un beneficio económico.

Durante varios meses, los Olsen viajaron por distintos estados de EE.UU., incluidos California y Arizona, para mostrar al decapitado Mike. “Los viajes del animal quedaron registrados en un cuaderno que Clara conservaba rigurosamente”, cuenta Troy Waters, el bisnieto de Lloyd, quien escuchó la historia múltiples veces de la boca de Lloyd.

El hecho ocurrió el 10 de septiembre de 1945. Desde ese día, Mike vivió durante 18 meses sin cabeza y sorprendió tanto a los Olsen como a los expertos en comportamiento animal. Waters dice: “El pollo era alimentado con comida líquida y agua administrado directamente en su esófago mediante un gotero, y su garganta era limpiada regularmente con una jeringa.”

La dieta especial de Mike durante sus 18 meses sin cabeza

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La dieta especial de Mike durante sus 18 meses sin cabeza (163)

En la primavera de 1947, mientras visitaban Phoenix, la increíble historia de Mike tuvo un trágico final. “La noche de su muerte, Mike comenzó a sofocarse y Lloyd no pudo encontrar la jeringa a tiempo. Como resultado, Mike murió asfixiado”, narra Waters. El bisnieto de los Olsen, agrega: “Es probable que el cuerpo haya sido dejado en algún lugar del desierto cercano a Phoenix y fue consumido por los coyotes.”

A lo largo de su vida, Mike recibió atención tanto positiva como negativa por parte del público. “Los Olsen compartieron varias anécdotas y recibieron cartas, algunas críticas, sobre su sorprendente mascota”, explica Waters.

Troy Waters rememora cómo la comunidad de Fruita reaccionó ante la noticia y cómo la historia se transmitió de generación en generación dentro de su familia. Su esposa Christa Waters expresó: “Este es un capítulo singular de nuestra historia familiar, que sigue siendo recordado con asombro y fascinación.”

La ciencia de la supervivencia

El fenómeno de Mike, el famoso pollo sin cabeza, ha despertado la curiosidad de científicos y expertos en comportamiento animal durante décadas. La explicación científica detrás de su sorprendente supervivencia radica en varios factores biológicos y anatómicos.

Tom Smulders, experto en comportamiento animal de la Universidad de Newcastle, señala: ”Al decapitar a un pollo, los circuitos de la médula espinal contienen oxígeno residual que puede mantener a las neuronas activas por un breve período, causando movimientos involuntarios”. Sin embargo, el caso de Mike es extremadamente inusual debido a la duración de su supervivencia.

Una de las claves para entender este fenómeno es el hecho de que no todo el cerebro de Mike fue removido. “La decapitación eliminó solo el pico, la cara, los ojos y una oreja del pollo, dejando intacto aproximadamente el 80% de su masa cerebral”, explicó Smulders. Esta masa cerebral remanente incluía parte del tronco encefálico, que es responsable de funciones vitales como la respiración y el ritmo cardíaco. “La supervivencia de Mike se debe a que gran parte de su cerebro y las funciones vitales se mantenían intactas en la parte posterior del cráneo”.

Mike recorrió ferias de Estados Unidos 
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Mike recorrió ferias de Estados Unidos (163)

Además, otro elemento crucial fue un coágulo de sangre que impidió que Mike se desangrara tras la decapitación. Sin este coágulo, el pollo habría muerto rápidamente. “El corte en el caso de Mike fue hecho en el lugar justo”, detalló Smulders. Este coágulo efectuó una especie de “sellado” que evitó la pérdida masiva de sangre, que permitía que las funciones corporales esenciales continuaran operando.

Smulders también señala que el cerebro de un pollo es relativamente compacto y muchas de las funciones básicas están localizadas en la parte trasera de la cabeza. “Te sorprendería cuán poco cerebro hay en el frente de la cabeza de un pollo”, afirma. Esto implica que incluso después de perder una gran parte de su cabeza, las zonas del cerebro responsables de las funciones vitales pueden seguir operando.

A pesar de los intentos de varias personas y científicos cercanos a los Olsen por replicar el fenómeno, ninguno logró mantener viva a otra ave en condiciones similares durante tanto tiempo. “Lo sorprendente no es tanto que Mike haya sobrevivido, sino que no se haya muerto desangrada”, afirma Smulders. “Las condiciones que permitieron la supervivencia de Mike fueron únicas, con el corte preciso y el coágulo de sangre oportuno”.

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