La ciencia reveló que la producción de sustancias nutritivas para el cuidado de las crías no es exclusiva de los mamíferos. Un reciente estudio publicado en la revista Science por el biólogo Carlos Jared y su equipo del Instituto Butantan, en São Paulo, Brasil, documentó cómo Siphonops annulatus, un anfibio de aspecto similar a un gusano, secreta un fluido graso comparable a la leche materna para alimentar a sus crías durante dos meses. Este hallazgo señala una evolución convergente, donde la leche no se origina en mamarias sino a través de la cloaca del anfibio.
La investigación destaca que las crías de esta especie muestran un comportamiento similar al de cachorros hambrientos, incluso produciendo sonidos agudos al acercarse a su madre en busca de alimento. Jared explica: “Los cachorros están emocionados y constantemente competían por lugares alrededor de ella, colocando sus cabezas casi por completo dentro de ella”. Este comportamiento maternal y la secreción de una sustancia lechosa demuestran una capacidad de cuidado parental profunda entre los anfibios, similar a lo observado en los mamíferos pero evolucionado de manera independiente.
Joshua Benoit, entomólogo de la Universidad de Cincinnati, añade que aunque no es idéntica a la leche mamífera, la sustancia secretada por Siphonops annulatus y otros animales no mamíferos “hace lo mismo, e incluso algunas de las proteínas presentes son similares”. Este fenómeno no se limita a los anfibios; aves como palomas, pingüinos y flamencos también producen sus propias versiones de leche para alimentar a sus crías. Benoit resalta: “Para todos los efectos, hace lo mismo”.
Los estudios demuestran que la provisión de cuidado parental a través de la secreción de líquidos nutritivos evolucionó múltiples veces en el reino animal, incluso en invertebrados. Por ejemplo, en 2018 se descubrió que una especie de araña saltarina suministra una sustancia láctea a sus crías hasta que están suficientemente maduras para valerse por sí mismas. Benoit señala que este tipo de sustancias lácteas “han evolucionado entre los artrópodos unas pocas veces” y sugiere que la capacidad probablemente se remonte al origen del grupo de moscas tsetse hace aproximadamente 50 millones de años.
El fenómeno de cuidado parental y la producción de sustancias nutricionales sugiere una estrategia evolutiva recurrente para asegurar la supervivencia de la descendencia. El estudio de estos comportamientos y sus orígenes evolutivos es complejo debido a que los tejidos blandos que producen estas sustancias raramente se conservan en el registro fósil. Sin embargo, ejemplos recientes y el estudio de asociaciones entre cuidado parental y sustancias nutritivas en especies modernas pueden ofrecer pistas sobre cómo y cuándo diferentes organismos comenzaron a producir leche o sustancias similares.
Otros animales que no son mamíferos y producen leche
Palomas
Las palomas, al igual que otros pájaros como los flamencos y algunos pingüinos, producen una sustancia conocida como “leche de paloma” para alimentar a sus crías. Esta sustancia no es leche en el sentido mamífero del término, sino un líquido nutritivo regurgitado que se produce en el buche de ambos padres palomas. El proceso se inicia a partir de una secreción de células especiales localizadas en la pared del buche, que se desintegran para formar la leche de paloma. Esta leche es rica en proteínas y grasas, siendo esencial para el desarrollo y crecimiento de las crías durante los primeros días de vida, cuando aún no pueden digerir otros alimentos. La capacidad de producir esta sustancia permite una alimentación intensiva que contribuye al rápido crecimiento de los pichones.
Cucarachas
Las cucarachas, específicamente la especie Diploptera punctata, que es la única conocida por dar a luz a crías vivas en lugar de poner huevos, producen una sustancia nutritiva muy parecida a la leche para alimentar a sus embriones en desarrollo. Esta “leche” de cucaracha se forma dentro de las vesículas brood o sacos embrionarios y tiene proteínas, grasas y azúcares.
La leche de cucaracha se caracteriza por contener cristales de proteína que son ricos en energía. Los investigadores descubrieron que estos proporcionan más de tres veces la cantidad de energía que la misma cantidad de leche de búfala, que estaba entre los alimentos de mayor valor energético conocidos hasta ahora. Los cristales son absorbidos por los embriones a través de un proceso en el que los embriones ingieren el líquido nutritivo, permitiéndoles desarrollarse dentro de sus madres hasta que están listos para nacer.
Aunque la idea de consumir cualquier producto derivado de cucarachas pueda resultar desagradable, el estudio de estos cristales de proteína podría tener aplicaciones futuras en la nutrición humana, especialmente en entornos donde se requiera una alta eficiencia en la entrega de nutrientes.
Pez disco
Los peces disco tampoco producen leche en el sentido tradicional en el que lo hacen los mamíferos, sino que generan una secreción cutánea nutritiva que sirve como alimento para sus crías. Después de la puesta de huevos y su eclosión, tanto el macho como la hembra desarrollan en su piel esta sustancia rica en nutrientes a partir de su epidermis. Las crías de pez disco se alimentan raspando esta “leche” de la piel de sus padres durante varias semanas, lo que constituye una fuente importante de alimento para ellas en las primeras etapas de su vida.
Este proceso no solamente suministra nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo de las crías, sino que también les confiere inmunidad pasiva al transmitirles a través de esta secreción cutánea sustancias inmunológicas de los padres. La alimentación con esta “leche” cutánea es vital para las crías, ya que les provee un balance adecuado de lípidos, proteínas y anticuerpos necesarios para su desarrollo en las primeras fases de vida.