La historia de Henrietta Lacks, la mujer cuyas células inmortales salvaron millones de vidas

Permitieron importantes descubrimientos médicos, pero la revelación de su origen y la falta de consentimiento plantearon serias cuestiones éticas

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La figura de Lacks fue relativamente desconocida fuera de la comunidad científica hasta la publicación del libro de Rebecca Skloot, “La vida inmortal de Henrietta Lacks”. (Shutterstock)
La figura de Lacks fue relativamente desconocida fuera de la comunidad científica hasta la publicación del libro de Rebecca Skloot, “La vida inmortal de Henrietta Lacks”. (Shutterstock)

La historia de Henrietta Lacks y el impacto inmortal de sus células HeLa en la medicina moderna constituyen un hito crucial en la biomédica que continúa al generardebates éticos significativos y avances científicos. Luego de que pasaran más de 70 años de su muerte, Lacks es una figura de relevante en el ámbito médico y un símbolo de los dilemas éticos en la investigación.

El comienzo de todo fue en 1951 cuando, Henrietta Lacks, una mujer afroamericana de 31 años, falleció a causa de un agresivo cáncer cervical. Durante su tratamiento en el Johns Hopkins Hospital, sin su conocimiento o consentimiento, se extrajeron células de su tumor. Esas células, denominadas HeLa por las iniciales de su nombre, mostraron una capacidad asombrosa para crecer y duplicarse en condiciones de laboratorio, algo nunca antes visto en otras células humanas cultivadas.

La habilidad de las células HeLa para proliferar indefinidamente bajo las condiciones correctas transformó la investigación biomédica, que facilita avances significativos como el desarrollo de la vacuna contra la polio y el estudio del virus del VIH/SIDA y COVID-19.

Luego de que pasaran más de 70 años de su muerte, Lacks es una figura de relevante en el ámbito médico y un símbolo de los dilemas éticos en la investigación
Luego de que pasaran más de 70 años de su muerte, Lacks es una figura de relevante en el ámbito médico y un símbolo de los dilemas éticos en la investigación

La figura de Lacks fue relativamente desconocida fuera de la comunidad científica hasta la publicación del libro de Rebecca Skloot, “La vida inmortal de Henrietta Lacks”, que exploró no solo la contribución de las células HeLa a la ciencia, sino también la complejidad ética en torno a cómo se obtuvieron estas células.

El libro y su posterior adaptación a película arrojaron luz sobre las intersecciones de raza, clase y ética médica, que atrae a la conversación pública el tema del consentimiento informado y la compensación a las familias de quienes se ha extraído material genético.

La revelación de que Henrietta Lacks no había obtenido el consentimiento de Lacks o su familia para la extracción de sus células abrió un debate sobre la ética de la investigación con muestras biológicas. Aunque el hospital ha afirmado que “nunca vendió ni se benefició del descubrimiento o distribución de las células HeLa” y que en aquel momento no existían políticas claras respecto al consentimiento para la recolección de muestras, esta situación pone de relieve la necesidad de regulaciones más estrictas en la investigación médica para proteger los derechos individuales.

El impacto de las células HeLa se extiende más allá de los logros médicos; también han sido protagonistas en debates sobre los beneficios financieros derivados del uso de material genético. En 2023, Thermo Fisher Scientific alcanzó un acuerdo con la familia Lacks, y reconoció los beneficios económicos obtenidos a partir de productos relacionados con las células HeLa. Este acontecimiento marca un precedente significativo en la compensación a las familias por el uso comercial de material genético, que establece un posible marco para futuros casos similares.

Las células de Lacks permitieron importantes descubrimientos médicos, pero la revelación de su origen y la falta de consentimiento plantearon serias cuestiones éticas. La familia de Lacks no supo de esta utilización hasta casi dos décadas después de su muerte.

A medida que la ciencia avanza y se exploran nuevas fronteras en la genética y la biología molecular, los casos como el de Henrietta Lacks sirven como recordatorios críticos de la necesidad de equilibrar el progreso científico con el respeto a la autonomía y la dignidad humana.

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