Lew Burja, un intrépido abuelo de Leeds, West Yorkshire, Inglaterra, logra resignificar el envejecimiento con estilo y salud. A sus 92 años se mantiene activo, practica artes marciales diariamente, un secreto que, según él, es la clave de su salud y vitalidad duraderas. El abuelo, de tres nietos, pareciera tener la receta para vivir por siempre y demuestra que la edad es sólo un número.
Burja ha dedicado décadas a mantenerse en forma. Esto le permite seguir el ritmo de sus nietos, sobre todo cuando salen juntos a pasear el perro. Y, además, disfruta de una dieta rica con comidas como carnes al horno o chocolates.
“A mi edad, tengo amigos muriéndose a mi alrededor y el Tai Chi me ha mantenido en marcha. Es realmente importante mantenerse en movimiento, lo cual es una suerte porque no puedo quedarme quieto”, aseguró a la agencia británica SWNS.
Su encuentro con el Tai Chi sucedió en sus 50 años después de sufrir repetidas infecciones de pecho y problemas de espalda. Aunque ya era un deportista antes: había ido al gimnasio por levantamiento de pesas y había practicado judo, rugby, fútbol y hasta atletismo. Un aficionado del deporte nato.
Fascinado por una demostración de Tai Chi que vio en una feria, decidió probarlo. Entonces, decidió iniciar sesiones semanales de dos horas. Estas clases también incluían media hora de Kung Fu.
Sin embargo, sobre esta última arte marcial, aclaró: “Ya no peleo en Kung Fu, pero todavía puedo dar golpes y patadas”.
El Tai Chi, un arte marcial chino conocido por sus movimientos lentos e intencionales, se practica tanto para la defensa personal como para la salud. Por otro lado, el Kung Fu, en su sentido más amplio, se refiere a cualquier habilidad lograda a través del trabajo duro y no se limita específicamente a las artes marciales.
Burja descubrió que el Tai Chi ofrecía una secuencia específica de movimientos que podía utilizar para manejar ciertas condiciones de salud. Dijo: “Así es como dejé de tener infecciones de pecho. Solía tener resfriados antes de empezar con el Tai Chi y también se me fueron”. Y agregó: “He dejado de tener dolores de cabeza presionando cierta parte de mi mano y haciendo un ejercicio de respiración profunda”.
Estos cambios llevaron a una mejora notable en su salud general. Sobre todo para permitirle continuar con actividades físicas demandantes. Incluso es capaz de caminar hasta 11 kilómetros al día y correr sin problema. Sí, con 92 años.
Además de su disciplina física, Burja busca mantener su mente igual de activa, por eso entrena para convertirse en escritor de thrillers. Esta actividad le brinda un pasatiempo estimulante, que también refuerza su convicción de que el ejercicio físico aporta una perspectiva positiva hacia la vida. El abuelo sostuvo: “El ejercicio es lo que te mantiene en marcha, pero también te da una perspectiva realmente positiva sobre la vida”.
A pesar de su edad, Burja no se adhiere a una dieta especial. Disfruta plenamente de comidas y bebidas que ama, como el vino tinto o los dulces, sobre todo el chocolate. “No veo el sentido de estar sano si no puedes disfrutarlo. A mi esposa y a mí nos encanta comer bien en casa y en los restaurantes”, dice a modo de consejo.
Su enfoque de la salud es holístico: equilibra el bienestar físico con el mental y emocional. Demuestra que mantenerse activo puede tener beneficios transformadores a cualquier edad. Bruja aseguró que las artes marciales, sobre todo el Tai Chi, fueron un salvavidas para él. Con 92 años revela el secreto de la longevidad: hacer deporte y disfrutar la vida. Darse gustos en las comidas y mantenerse activo.