En un sorprendente caso de realismo pastelero, Anna Railton y su pareja Chris Smowton, residentes de Oxfordshire, en Reino Unido, recibieron un pastel con la forma exacta de su perro lebrel, Arthur. La repostería local de The Cake Shop, situada en el Mercado Cubierto de Oxford, fue la encargada de crear esta obra maestra que, para sorpresa de los anfitriones y los invitados, resultó ser un clon casi perfecto del canino.
La idea de conmemorar la fiesta con un pastel en forma de su perro se le ocurrió a la pareja, quienes no pudieron ocultar su asombro ante la precisión del trabajo. “Arthur tiene ocho años”, comentó Anna, quien inicialmente pensó que sería una excelente idea. Sin embargo, al ver el resultado final, admitió: “Cuando llegó, ambos nos quedamos, de hecho, razonablemente horrorizados, tanto por su tamaño como por su realismo”.
La pareja había previsto que el pastel sería de un tamaño convencional, suficiente para alimentar entre 30 a 40 personas. Los invitados, tras superar la impresión inicial, disfrutaron del pastel. The Cake Shop recibió elogios por su habilidad para elaborar casi cualquier solicitud con un alto nivel de calidad, aunque esta vez, según Anna, “hicieron quizás demasiado buen trabajo, fue demasiado fantástico”. Esta experiencia llevó a los presentes a reflexionar sobre los límites de la creatividad, con Anna que añadió: “Solo porque puedes, no significa que debas, ¿verdad?”
La réplica comestible de Arthur fue tan realista que planteó un dilema emocional para la pareja. “Era tan sorprendentemente realista.”, afirmó Railton. La semejanza era tal que necesitaron la ayuda de alguien más para cortar la cara del pastel. “Alguien más tuvo que cortarle la cara”, reveló Railton sobre el momento en que tuvieron que partir el pastel para sus invitados.
La naturaleza detallada de la torta, que incluía elementos tan específicos como el globo ocular comestible, refleja la habilidad y dedicación de los creadores de The Cake Shop, quienes disfrutan de los retos que presentan los pedidos no estándar. “Les he pedido pasteles antes y son leyendas enormes que disfrutan haciendo pasteles no estándar”, comentó Smowton, destacando la experiencia previa con la pastelería y su capacidad para superar las expectativas.
The Cake Shop, con más de 35 años de experiencia en el arte de la repostería, ha sido el artífice detrás de este inusual pedido. Su capacidad para encapsular en azúcar y harina la esencia misma de personas, animales, y otras figuras deseadas, fue puesta a prueba de una manera muy particular con este encargo. La tienda afirmó estar “encantada” de contribuir a las celebraciones de la pareja, enfatizando su compromiso con la calidad y la precisión en cada creación.
“Son demasiado buenos en el mercado cubierto, demasiado realistas,” expresó Railton, quien también ejerce como concejal en el Ayuntamiento de Oxford.
Curiosamente, Arthur, el perro que inspiró el pastel, no pareció reconocerse en la réplica. Anna confirmó que el canino estaba consciente de la presencia de la torta, pero no “se dio cuenta de que era un perro”. Este detalle añadió una nota de humor a la celebración, lo que demostró la destreza incomparable de la pastelería al capturar no solo la apariencia, sino el espíritu de Arthur, sin causarle confusión al verdadero perro.
Este evento destaca la tendencia creciente hacia pasteles personalizados y altamente detallados, como también al talento extraordinario de los artistas reposteros de Oxford. Las obras de The Cake Shop, en particular, se han convertido en un punto de referencia para aquellos que buscan celebrar momentos especiales de maneras inusuales y memorables. Sin duda, la historia de este pastel y su parecido con el querido Arthur será recordada tanto por los anfitriones como por los invitados durante mucho tiempo.