Donna Jean Wilde, de 58 años, estableció un nuevo récord mundial Guinness: “la Tabla Abdominal Femenina Más Larga” y lo logró en 4 horas, 30 minutos y 11 segundos en la categoría femenina. La mujer vive en Alberta, Canadá y es madre de cinco hijos y abuela de 12 nietos. La flamante ganadora no estuvo sola mientras intentaba batir el récord, sino que su familia la acompañó durante las cuatro horas del reto.
Wilde logró superar la marca anterior de plancha abdominal de su compatriota canadiense Dana Glowacka por diez minutos. Aquel récord se había establecido en 2019. Estuvo más de cuatro horas haciendo un ejercicio de fortalecimiento central que implica mantener una posición similar a la de una lagartija durante el mayor tiempo posible. Ese ejercicio trabaja varios grupos musculares y para realizarlo correctamente, es esencial mantener el cuerpo recto desde la cabeza hasta los talones y contraer los músculos de la zona abdominal durante todo el tiempo.
Donna Jean descubrió su pasión y habilidad para la plancha hace aproximadamente diez años, tras fracturarse la muñeca. Wilde buscó una manera de mantenerse activa y encontró que la plancha abdominal era viable con su lesión y que también le proporcionaba el entrenamiento cardiovascular que deseaba. Este hallazgo, que comenzó como una solución temporal, se transformó en una disciplina que la llevaría a establecer un récord mundial.
Wilde experimentó momentos de intensa dificultad, especialmente durante las últimas horas, mientras intentaba conseguir el récord. “La última hora fue la más difícil, simplemente mantener la concentración y la forma”, dijo la nueva poseedora del récord. Esta etapa final probó su capacidad física y su fortaleza mental.
La preparación y el desempeño de Wilde en este desafío reflejan un nivel excepcional de dedicación y entrenamiento. A pesar de las adversidades enfrentadas durante el intento, que incluía dolor en los codos y cuádriceps causado por la tensión, su determinación permaneció inquebrantable.
“Me dolían mucho los codos. Me preocupaba mucho perder la forma, y creo que por eso me dolían los cuádriceps, porque estaba muy tensa”, dijo Wilde sobre las complicaciones que enfrentó mientras buscaba alcanzar el récord. La mujer explicó que se centró en: “Respirar, mantener la calma y no temblar”.
Wilde rompió el récord mundial en una escuela secundaria de Alberta, lugar donde Wilde se desempeñó como vicedirectora antes de retirarse. El logro fue supervisado por Tina Shi, jurado oficial del Guinness World Records, para asegurar su validez y de ese modo incluirla en el famoso libro de récords.
“Cuando éramos niños, cada vez que nos despertábamos, nuestra mamá ya había corrido seis kilómetros. Y eso simplemente progresó”, dijo Ray Wilde, uno de los hijos de Donna Jean.
Donna Jean decidió continuar su educación universitaria hace aproximadamente 20 años para cursar una maestría. ”Hizo toda su maestría en posición de plancha”, dijo su hija Laura Stevenson.
Mientras Wilde estaba en la universidad, desarrolló mielitis transversa, una enfermedad inflamatoria que afecta la médula espinal y se caracteriza por síntomas como dolor, debilidad muscular, parálisis, sensaciones alteradas y, en algunos casos, disfunciones de la vejiga y el intestino.
La resistencia de Wilde es aún más admirable dado sus dolores crónicos en manos, brazos y su muñeca rota, un reto adicional que enfrentó con notable valentía. Según palabras de Randy, su esposo, ese padecimiento de dolor crónico no hizo más que fortalecer su resiliencia y determinación para culminar el desafío con éxito.
El récord Guinnes muestra la capacidad física sobresaliente de Donna Jean Wilde y también es una inspiración para personas de todas las edades. Esta hazaña ahora queda registrada en la historia del deporte y la resistencia física.