Una trágica caída resultó la muerte de Mónica Reginato, una alpinista de 55 años, quien se precipitó desde una altura de 300 metros, de una de las montañas más conocidas, llamada Sorapiss, en la región del Véneto del norte de Italia, el pasado 20 de abril. A pesar de contar con el equipamiento de seguridad necesario, no logró evitar su fatídico desenlace
Según los relatos de quienes presenciaron el accidente, el momento crítico se produjo al ajustarse los crampones, equipamiento esencial para moverse con seguridad por superficies heladas o nevadas. Esta maniobra, aparentemente rutinaria, fue complicada por el peso adicional y la mala distribución de la carga en la mochila, provocando un desequilibrio fatal. La caída resultó en un fuerte impacto contra una formación rocosa, lo que generó lesiones severas y su posterior inmovilización dentro de una cueva cercana al lugar del accidente.
El incidente tuvo lugar mientras Reginato y su grupo llevaban esquís consigo, una práctica común en la zona para facilitar el descenso. Los servicios de emergencia fueron alertados y acudieron al lugar aproximadamente a las 15:30 horas del mismo día. A pesar de la rápida respuesta, incluida la presencia de un helicóptero y personal médico especializado en rescates en montaña, solo pudieron confirmar el fallecimiento inmediato de Reginato. Durante las dos décadas anteriores, ella había aportado su experiencia como maestra de una escuela de montañismo, convirtiéndose en una figura respetada en la comunidad alpina.
La muerte de Reginato ha conmocionado a los fanáticos de esta actividad, manifestándose profundos homenajes a través de redes sociales por parte de la escuela de montañismo en la que enseñó durante años. En estos mensajes, se destacó su pasión por la montaña, su entusiasmo en la enseñanza y la prudencia que siempre promovió entre sus alumnos. El impacto emocional del suceso también se extendió a sus amigos presentes durante el accidente.
En reconocimiento a su legado, su funeral se llevó a cabo en la catedral de Castelfranco Veneto, seguido de su sepultura en el cementerio local el miércoles posterior a su deceso.
Este trágico evento se suma a otros recientes accidentes en la montaña que han tenido un fatal desenlace, remarcando la importancia de la seguridad y la preparación en estas peligrosas. Un escalador de 42 años también encontró la muerte en el Monte St. Helens, en Washington, y un influencer de fitness falleció mientras filmaba en un pueblo fantasma en Italia, subrayando la imprevisibilidad y los riesgos inherentes al alpinismo y la exploración de entornos naturales extremos.
Quién era Mónica Reginato
La alpinista era hija de los propietarios de la Pelletterie Reginato, una tienda histórica de Castelfranco, en Véneto. Formaba parte desde hacía 20 años de la escuela de montaña CAI “Le Torri”, donde brindaba clases a alumnos y jóvenes con su habitual e imparable ilusión. Precisamente por el papel de responsabilidad que desempeñaba, se actualizaba periódicamente sobre prácticas de autorrescate tanto en caso de avalancha y de roca.
Nada parecía poder detenerla y el planeta Tierra era su única frontera. Coordinadora de Aventuras en el Mundo, había viajado mucho. Son famosas sus excursiones de trekking en los Andes, decenas de kilómetros recorridos, con sus ganas de descubrir, explorar y, esencialmente, vivir.