Durante años, los búnkeres de Benito Mussolini en Villa Torlonia, Roma, han permanecido como vestigios silenciosos de una era marcada por el autoritarismo y la guerra. Ocultos a la vista del público, estos refugios subterráneos, construidos para proteger al dictador italiano y su familia, nos ofrecen ahora una cápsula del tiempo que revela intrigas y estrategias de supervivencia en uno de los periodos más turbulentos de la historia europea.
El líder del fascismo italiano marcó la historia de su país y del mundo entre las dos guerras mundiales. Su gobierno dictatorial se caracterizó por el culto a la personalidad, la supresión de las libertades civiles y la persecución política.
La ideología de Mussolini promovía el nacionalismo extremo y el expansionismo, lo que llevó a Italia a conflictos militares y a alianzas con otros regímenes autoritarios. A pesar de sus intentos de modernizar la economía, su legado está profundamente manchado por sus acciones represivas y por el desastre de la Segunda Guerra Mundial.
Tras su último cierre en el año 2021, en las últimas horas se difundió la noticia de la reapertura de esta fascinante pieza de la historia, , que ofrece una visión única de la preparación para la guerra y la vida cotidiana del dictador.
Además de los refugios, la visita guiada de 50 minutos permite a los visitantes experimentar la simulación de un ataque aéreo, mientras exploran instalaciones que incluyen sistemas de purificación de aire y medidas de seguridad contra ataques con gas.
La historia de los búnkeres
Construidos entre 1940 y 1943, estos refugios subterráneos incluyen un primer búnker adaptado de una antigua bodega, un segundo refugio dentro del Casino Nobile con paredes de hormigón armado de 120 centímetros de espesor y un tercer búnker blindado, más avanzado aunque inacabado, ubicado a seis metros bajo tierra.
A pesar de que el primer búnker fue descartado por Mussolini por no cumplir con las expectativas de seguridad, los esfuerzos posteriores reflejan un intento por emplear las últimas tecnologías para asegurar la supervivencia.
La guerra y la caída del dictador impidieron completar este último refugio, que carecía de elementos esenciales como puertas estancas y sistema de ventilación final. La reapertura de estos sitios, tras su cierre en 2021, incluye una exposición multimedia que narra la vida en Roma durante el conflicto bélico, con especial atención al trágico bombardeo en el barrio de San Lorenzo en 1943.
El Centro de Investigación Espeleoarqueológica Subterráneos de Roma (CRSA), encargado de la gestión de las visitas, destaca que el segundo refugio, ubicado directamente bajo la residencia de Mussolini, fue probablemente el único en ser utilizado efectivamente por el dictador para protegerse de los bombardeos aliados.
Esta serie de búnkeres revelan no solo sobre las medidas defensivas de la época, sino también sobre la psicología de Mussolini y su relación con otros líderes como Adolfo Hitler, a quien deseaba emular con estas construcciones.
Cómo realizar la visita guiada a los búnkeres
Para aquellos interesados en realizar esta inmersión histórica, las visitas están disponibles de viernes a domingo y requieren de una reservación previa.
El costo de la entrada es de 12 euros, con la advertencia de que el recorrido no es accesible para personas con problemas de movilidad. Con paneles informativos, fotografías y reproducciones de señales de alarma, los búnkeres de Mussolini prometen no solo un viaje al pasado, sino una reflexión sobre la guerra, la supervivencia y el impacto en la sociedad italiana.
La relevancia de estos búnkeres trasciende el marco histórico, proporcionando lecciones sobre las consecuencias del autoritarismo y la guerra.
La reapertura de estas estructuras subterráneas permitirá a una nueva generación comprender mejor la complejidad de la historia europea del siglo XX, al mismo tiempo que ofrece una experiencia educativa única para todos los visitantes.