La contaminación del aire de Nueva Delhi alcanzó este jueves nuevos niveles de toxicidad, tras una breve calma concedida por las lluvias que acabó tan pronto como llegó por los petardos del festival hindú de Diwali y la quema de rastrojos, a pesar de las medidas para controlar la polución.
La capital de la India llegó a registrar un pico de 535 microgramos de PM (contaminación por partículas) 2.5 por metro cúbico de aire, los más dañinos para la salud y treinta y cinco veces superiores a los límites diarios de contaminación marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según la plataforma IQAir.
De acuerdo con el índice elaborado por esta compañía, Nueva Delhi volvió a ocupar el primer puesto de las grandes ciudades más contaminadas del mundo, en el que se mantiene desde hace unas dos semanas, aunque la polución se extiende a buena parte del norte de la India.
En este contexto, el ministro de Medio Ambiente de Nueva Delhi, Gopal Rai, anunció la formación de un grupo operativo especial “para controlar la implementación” de las restricciones para controlar la contaminación impuestas en la urbe de 22 millones de habitantes.
Algunas de estas medidas incluyen la suspensión de los trabajos de construcción no esenciales y la prohibición a la entrada de camiones diésel en la capital hasta nuevo aviso, así como el cierre de colegios, aunque estas han sido criticadas por tratar únicamente los síntomas y no la raíz del problema.
Inicialmente, las autoridades también anunciaron que limitarían la entrada de vehículos a la capital a partir del lunes, permitiendo que solo los vehículos privados con matrícula par, o impar, circulen cada días por sus calles, pero las dudas que arrojó el Tribunal Supremo sobre la eficacia de esta medida llevó a los gobernantes a dar marcha atrás.
“La publicidad en torno a accesorios como las torres purificadoras de aire no significan nada”, afirmó el gobernador de Nueva Delhi, Vinai Kumar Saxena, un oficial nombrado por el Gobierno central con amplios poderes administrativos y frecuentemente enfrentado con las autoridades de Nueva Delhi, en manos del partido opositor Aam Admi Party (AAP).
Saxena culpó al estado vecino de Punjab, también controlado por el AAP, de “hacer novillos” a la hora de detener la quema de rastrojos en su territorio.
Los miles de incendios provocados para deshacerse de los desechos del cultivo de arroz, las emisiones de vehículos, el polvo de la construcción y la quema constante de desechos sólidos suponen las principales fuentes de contaminación del aire en la capital india.
A estos factores se une la llegada del invierno y la disminución de los vientos que impiden la dispersión de los agentes contaminantes.