“Las cinco palabras más peligrosas del periodismo son: ‘El mundo nunca será igual’. En más de cuatro décadas de periodismo, rara vez me he atrevido a utilizar esa frase. Pero ahora voy a hacerlo a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin”.
Con ese sintético párrafo, el prestigioso periodista Thomas L. Friedman, comenzó la escritura de su última columna -Nunca hemos estado aquí antes- en The New York Times, donde analiza la situación dramática que vive Europa tras la invasión ordenada por el dictador de Moscú en Ucrania.
Friedman dice que, sin embargo, esta vez sí es necesario y oportuno aplicar esa frase cliché que tantas veces se pronunció de manera hueca y sin argumentos sólidos. “Nuestro mundo no va a volver a ser el mismo porque esta guerra no tiene paralelo histórico. Se trata de una cruda apropiación de tierras al estilo del siglo XVIII por parte de una superpotencia, pero en un mundo globalizado del siglo XXI. Esta es la primera guerra que será cubierta en TikTok por individuos superempoderados armados solo con teléfonos inteligentes, por lo que los actos de brutalidad serán documentados y difundidos en todo el mundo sin editores ni filtros”, señaló el multipremiado cronista.
“Sí, el intento ruso de apoderarse de Ucrania es un retroceso a siglos anteriores -antes de las revoluciones democráticas en América y Francia-, cuando un monarca europeo o un zar ruso podía simplemente decidir que quería más territorio, que era el momento oportuno para apoderarse de él, y así lo hizo. Y todo el mundo en la región sabía que devoraría todo lo que pudiera y que no había comunidad mundial que lo detuviera”, comparó Friedman en su último artículo.
Pero no sólo se comporta como aquellos conquistadores del siglo pasado, de acuerdo al intelectual norteamericano. También rompe las reglas establecidas para mantener la paz mundial tras el término de la Guerra Fría. “Al actuar así hoy, Putin no sólo pretende reescribir unilateralmente las reglas del sistema internacional vigentes desde la Segunda Guerra Mundial -que ninguna nación puede devorar a la nación de al lado-, sino que también pretende alterar ese equilibrio de poder que, en su opinión, se impuso a Rusia tras la Guerra Fría”, añadió.
“No estamos en 1945 ni en 1989. Puede que hayamos vuelto a la jungla, pero hoy la jungla está conectada”, analizó Friedman. Y prosiguió: “Está conectada más íntimamente que nunca por las telecomunicaciones, los satélites, el comercio, Internet, las redes de carreteras, ferroviarias y aéreas, los mercados financieros y las cadenas de suministro. Así, mientras el drama de la guerra se desarrolla dentro de las fronteras de Ucrania, los riesgos y las repercusiones de la invasión de Putin se hacen sentir en todo el mundo, incluso en China, que tiene buenos motivos para preocuparse por su amigo del Kremlin”.
Friedman también comparó la voracidad territorial de Putin con Adolf Hitler y su expansión durante la Segunda Guerra Mundial. “¿Se derrumbará Putin por la sobrecarga imperial? Es demasiado pronto para decirlo. Pero estos días me han recordado lo que observó otro líder retorcido que decidió devorar a sus vecinos en Europa. Su nombre era Adolf Hitler, y dijo: ‘El comienzo de toda guerra es como abrir la puerta de una habitación oscura. Uno nunca sabe lo que se esconde en la oscuridad’”.
“Rusia está en proceso de apoderarse por la fuerza de un país libre con una población de 44 millones de personas, que es un poco menos de un tercio de la población de Rusia. Y la mayoría de estos ucranianos llevan 30 años luchando por formar parte del Occidente democrático y de libre mercado y ya han forjado innumerables lazos comerciales, culturales y de Internet con empresas, instituciones y medios de comunicación de la Unión Europea”, sentenció el norteamericano.
Friedman continuó: “Mientras esta guerra se desarrolla en TikTok, Facebook, YouTube y Twitter, Putin no puede cerrar a su población rusa -y mucho menos al resto del mundo- las horribles imágenes que saldrán de esta guerra cuando entre en su fase urbana. Sólo en el primer día de la guerra, más de 1.300 manifestantes en toda Rusia, muchos de ellos coreando ‘No a la guerra’, fueron detenidos citando a un grupo de derechos. No es un número pequeño en un país en el que Putin no admite la disidencia”.
“Si me preguntan cuál es el aspecto más peligroso del mundo actual, diría que es el hecho de que Putin tiene más poder sin control que cualquier otro líder ruso desde Stalin. Y Xi Jinping tiene más poder sin control que cualquier otro líder chino desde Mao. Pero en la época de Stalin, sus excesos se limitaban en gran medida a Rusia y a las zonas fronterizas que controlaba. Y en la época de Mao, China estaba tan aislada que sus excesos sólo afectaban al pueblo chino”, analizó.
Finalmente, el columnista Premio Pulitzer concluyó: “Ya no: el mundo actual descansa sobre dos extremos simultáneos: Nunca los líderes de dos de las tres naciones nucleares más poderosas -Putin y Xi- han tenido un poder más desenfrenado y nunca más gente de un extremo a otro del mundo ha estado conectada con cada vez menos topes. Por lo tanto, lo que esos dos líderes decidan hacer con su poder desenfrenado nos tocará a todos, directa o indirectamente. La invasión de Ucrania por parte de Putin es nuestra primera muestra real de lo loco e inestable que puede llegar a ser este tipo de mundo conectado. No será la última”.
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