El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, declaró este martes el estado de emergencia pública en todo el territorio nacional debido a un brote de peste porcina africana, el primero que se detecta en los últimos dos años.
La medida estará vigente durante al menos un año a menos que sea levantada o extendida, dependiendo de la situación sanitaria. Además, permite a las distintas autoridades del país destinar los fondos adecuados para contener el virus, lo que incluye el Fondo de Respuesta Rápida.
En un mensaje difundido por la cadena de televisión ABS-CBN, el mandatario indicó que desde que se detectó la enfermedad por vez primera en 2019 se propagó a doce regiones, 46 provincias, 493 ciudades y municipios y más de 2.500 barrios. El ministro de Agricultura, William Dar, señaló este lunes en una rueda de prensa que dieron positivo 14 de las 20 muestras analizadas, procedentes de las provincias de Rizal y Bulacan, ambas colindantes con Manila.
Así, la población porcina se vio disminuida en unos 3 millones de cabezas, lo que supuso una pérdida de unos 2.000 millones de euros. Se trata de una enfermedad viral grave que afecta a los cerdos domésticos y salvajes. Es inofensiva para el ser humano, que según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) supone una grave amenaza para el sustento de millones de personas. Se puede propagar a través de cerdos vivos o muertos y de los productos derivados, así como por medio de piensos y objetos contaminados como calzado, vestimentas, vehículos, cuchillos y equipos, entre otros.
Dar afirmó que el presidente, Rodrigo Duterte, aprobó la formación de un equipo especial para combatir la potencial propagación del brote.
Desde que en agosto de 2018 se detectara en China la aparición de los primeros focos, la epidemia se propagó por todo el gigante asiático y llegó a países como Mongolia, Camboya, Laos y Vietnam, nación esta última donde se sacrificaron más de 2,6 millones de cerdos para tratar de contener la enfermedad.
El virus, que es inofensivo para el ser humano, produce una enfermedad altamente infecciosa entre el ganado porcino y para la que no existe vacuna, por lo que el sacrificio de los animales afectados es la única forma de atajarla.
La FAO advirtió en julio de la posibilidad de que la epidemia sea más grave de lo que indican las informaciones oficiales, debido a la rapidez de su propagación y a que las granjas de pequeño tamaño, que contribuyen de manera notable al comercio de los mercados nacionales, carecen de las medidas de bioseguridad apropiadas.
Según los expertos, que auguran una mayor propagación del virus, la epidemia provocará un descenso de animales en la ganadería porcina, lo que “inevitablemente” tendrá un impacto de los precios en el mercado.
No existe ninguna vacuna autorizada contra la peste porcina africana, a diferencia de la peste porcina clásica, causada por un virus diferente. Históricamente, se notificaron brotes en África y partes de Europa, Sudamérica y el Caribe, si bien desde 2007 ha habido brotes en numerosos países de África, Asia y Europa, tanto en cerdos domésticos como salvajes.
(Con información de EFE y EP)
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